VALÈNCIA. El Valencia CF decidió fulminar a Javi Gracia a 4 jornadas del final de la temporada y a tan sólo 6 puntos de los lugares de descenso con sólo 12 por jugarse. La destitución sorprendió no por las motivaciones, sino porque los tiempos vuelven a ser impropios de la correcta gestión de un club de fútbol de élite. Que la relación entre Gracia y el club era imposible y estaba rota era un secreto a voces que no podía sorprender a nadie.
Todo comenzó un 11 de septiembre, justo un año después de dinamitar el proyecto ganador destituyendo a Marcelino. Era la primera rueda de prensa antes del debut ante el Levante UD y Javi Gracia sacó toda la artillería al declarar sentirse decepcionado: "La tristeza que siento es que creo que el club no va a poder exigirnos por ser el Valencia, por nuestra historia y potencial. Esa es la pena que tengo. Quiero poder competir por unos objetivos acordes con lo que es el Valencia". Además añadió que el club no le apoyaba en la política de refuerzos de la que el propio Gracia afirmó públicamente apartarse: ": "Se ha trabajado y me he involucrado personalmente en facilitar algunas llegadas y en estos momentos estoy un poco decepcionado y desgastado".
Pese a ser llamado en privado a capítulo, Gracia no cejó en su empeño de exponer públicamente que el proyecto para el cual se le había fichado no se estaba poniendo en marcha por parte de la propiedad. Volvió a recordar que él ya no tenía nada que ver en la política de fichajes: " Satisfecho no puedo estar desde el punto de vista que se han ido los que se han ido y no ha venido ninguno. No estoy al tanto del día a día de las negociaciones, puedo saber que hay alguna opción, pero en este tiempo hubo muchas circunstancias y opciones que al final no han terminado en nada. No estoy en el día a día".
El 2 de octubre (tres días antes de finalizar el periodo de fichajes sin realizar el Valencia CF compra alguna Gracia volvió a avisar: "No hay comunicación para tomar decisiones sobre jugadores. Ahora mismo no hay".
El 8 de octubre Gracia presenta su dimisión ante Anil Murthy ofreciéndose a cobrar sólo los 75 días trabajados. Murthy le deniega dicha posibilidad remitiéndole a su cláusula de rescisión (3 millones de euros) y como consecuencia de la habitual arrogancia singapurense, ellos marcan los tiempos. Gracia continúa, pero ya muy tocado y además no duda en hacer público un comunicado en el que no esconde su amago de abandono "El hecho de que un equipo que la temporada pasada finaliza noveno en Liga y empieza la siguiente campaña con tantas e importantes bajas, y ninguna incorporación, es un dato objetivo para entender que la plantilla se ha debilitado. Y que, por tanto, los retos ambiciosos que se me plantearon cuando firmé por el club forzosamente se vean afectados".
Tan sólo siete días más tarde Gracia llama mentiroso a Murthy al exponer la sucesión de hechos que finalizan con la marcha de Kondogbia al Atlético de Madrid: "La última comunicación directa fue del presidente en el entrenamiento, me dijo (Murthy) que era posible que saliera el jugador, cuando ya sabéis que hacía dos semanas me había dicho que era imposible. Ya sabéis mi opinión, la manifesté claramente cuando se cerró el mercado. Os dije que había habido una llamada exclusivamente del presidente para decirme que el jugador no iba a salir. Ya sabéis lo que pienso, sobran las palabras".
El siguiente desencuentro fuerte se produce cuando el entrenador se desentiende de las incorporaciones que pretendía hacer el equipo en el mercado de invierno. Justo en ese momento, Gracia está a punto de ser entrenador del Valencia CF tras un empate frente al Cádiz. Es el 4 de enero y tras empatar ante el Cádiz Murthy mueve ficha para buscarle sustituto e incluso hasta se habla con Míchel. Tras filtrarlo en la misma noche del 4 a la prensa, el 5 de enero el club informa de que Peter Lim ha frenado en seco la destitución con una premisa: el finiquito del entrenador no le puede costar un dinero extra al club; hay que mantenerlo en el cargo hasta que la situación sea casi irreversible.
Gracia sigue y tiene otro episodio público de desencuentro tras la crisis originada por la imagen y la derrota en Valdebebas. En ese momento Murthy se encuentra en la obligatoria cuarentena que debe pasar para visitar su Singapur natal y el club filtra una reunión telemática con Gracia para interesarse por él y por el equipo. En la siguiente rueda de prensa (previa al partido del Celta de Vigo) Gracia desmonta la propaganda de la cúpula rectora: "No he estado en ninguna reunión. Esta semana el día de descanso sí me pasaron una llamada de teléfono suya realizada al teléfono de Corona. Me preguntó por la situación del equipo y nada más. Sé que al día siguiente hubo una reunión con los capitanes y los embajadores".
El equipo mejora y las aguas parecen calmarse. Hace algo más de dos semanas el club filtró que se estaba planteando la continuidad de Gracia; una cortina de humo a la que nadie en su sano juicio podría dar credibilidad.
La semana pasada ya volvieron a sonar nombres de entrenadores para el futuro del banquillo valencianista. Nombres que tendrán que esperar a este verano y a que Voro consiga acercar a puerto los restos maltrechos que quedan de la embarcación.
Las cero victorias en los últimos seis partidos ha sido el detonante -de manera oficial- para una destitución con tantos motivos para su puesta en marcha como razones para sorprenderse de la inoportunidad de la misma.