CASTELLÓN. Qué difícil es saber cuando parar. No solo en la música, también en esas series que se extienden a través del tiempo obviando qué hilo conductor las sujetaba capítulo tras capítulo. Decir Adiós no es tarea fácil para artistas ni para sus seguidores. Por eso, muchas veces el camino menos doloroso sea el del "parón indefinido". Sin embargo, qué tanto se puede recuperar tras tanto tiempo perdido. La respuesta no queda al alcance de nadie. Aun así, el riesgo muchas veces compensa, y marcharse a tiempo también. Sería complicado pues crear un mapa extenso sobre todas las bandas locales que extienden o cierran sus alas a lo largo del año; el mercado es más holgado de lo que nuestro imaginario puede abarcar. No obstante, algunos de esos nombres quedan marcados en este 2018 por el veterano grupo de La Raiz, Vadebo o La Ranamanca.
Fue justo a finales de 2017 cuando los de Gandia anunciaban su retirada hasta nuevo aviso en una gira que se dio por terminada el pasado mes de noviembre. "No sabemos el final de la historia todavía; ésta se escribirá después de una parada que, ahora mismo, necesitamos", escribían desde sus redes sociales. Hacía 12 años que La Raiz empezó a llenar las primeras salas, convirtiéndose con el tiempo en uno de los grupos valencianos más emblemáticos y reconocidos. De hecho, su posible "final" ha caminado -en sus últimos pasos- de la mano del galardón a Mejor Disco de Rock que los artistas recibieron en los primeros Premios de la Música Valenciana. Allí, entre la esperanza por escuchar nuevas letras y la nostalgia de las que todavía quedan, la banda dio las gracias a todos aquellos que les dieron su respaldo desde el principio hasta la despedida y, sin olvidar su tomo más crítico, recalcaron que "hay que reivindicar el apoyo de las instituciones", ya que -como aseguraron- "hacen falta más oportunidades para tocar". 'Nos volveremos a ver', es el lema que ahora les acompaña.
Más convulsa ha sido, por otra parte, la despedida de Vadebo. El grupo de rap valenciano presentaba a principios de año su nuevo disco La Por, un trabajo que venía a continuar su carrera musical, empezada hace un lustro, partiendo de la denuncia a las injusticias sociales como protagonista de sus temas. Sin embargo, como decían en una entrevista a Cultur Plaza su mayor "miedo" era que todo su trabajo no valiese la pena. "La única cosa que nos puede dar respeto es que nuestros problemas personales terminen afectado al rendimiento del grupo, ya que al final cada uno tiene su vida y su trabajo", manifestaban. Como si estas palabras fueran premonitorias, durante el verano uno de los principales vocalistas, Pau Vayà, recibía una denuncia de agresión sexual. Motivo por el cual el grupo estuvo en standby durante semanas, hasta encontrar una nueva voz con la que restablecerse y continuar su gira.
La cantante, Laura Esparza fue quien se sumo al elenco de voces de Vadebo. Y así ha sido, de hecho, hasta su último concierto en el Trovam Pro Weekend, celebrado el pasado 10 de noviembre. Pero ahora, "sin dramas y contentos por lo vivido durante estos cinco años", el grupo ha anunciado que necesita hacer un parón, con el que todavía no saben si será un adiós definitivo o no. "Ahora mismo es lo que nos pide el cuerpo, pero queremos agradecer a tanta y tanta gente que nos hemos encontrado por el camino: gente de la cual hemos aprendido, con la que hemos disfrutado y con la que nos hemos apoyado. Esto ha sido lo mejor de todo".
Desde la escena más local se despedirán también en este 2018 La Ranamanca, grupo de Castellón que despegó hace ocho años y que tras tres discos en el mercado, ha decidido echar el cierre definitivo. Si bien, de los nombres por ahora dados es el más desconocido, dicha agrupación ha sido durante este tiempo una de las propuestas musicales más participativas de la ciudad. Su "éxitosa" fórmula era la autodenominada como "rumba de La Plana", donde revisitaban canciones populares para hacerlas suyas a través de la rumba o el ska. La banda se despidió el sábado pasado con un multitudinario concierto. "Esto es un adiós, no vamos a ser hipócritas y tirar de un tópico diciendo que es un hasta luego, pero como dicen los Estopa, las penas con rumba, son menos penas. Y si lo vivido es lo vivido, queda mucho por hacer".
A todos ellos, se suma el cese de la banda madrileña Nudozurdo, quienes han puesto punto y final a una aventura que prácticamente ha durado dos décadas; también Txarango, que por su parte, prefiere hablar de un adiós momentáneo, especialmente referido a los escenario. Por ello, para su despedida han querido lanzar incluso un último tema, 'Tanca els ulls'. Igualmente, entre las bandas que suelen ocupar los festivales de la provincia, el próximo año no será el de Vendetta, la banda navarra y referente en el ska, ha decidido "echar la persiana", como ellos mismos dicen. Y tampoco 2019 será el año de Berri Txarrak, quienes anunciaron la semana pasada su separación tras 24 años de carrera interrumpida.