AL OTRO LADO DE LA COLINA / OPINIÓN

¿Volverán los felices años 20s?

La historia es pendular, y nuestra España más todavía, por eso hay que mantener la fe en nosotros mismos, para tener un futuro esperanzador, sin perder la caridad con nuestro entorno internacional al sur, que está mucho peor

28/11/2020 - 

Los análisis geopolíticos en general, tienen un mayor horizonte temporal respecto a otros estudios, por eso el público de forma mayoritaria, muchas veces no los comprenden, e incluso a veces, considera que son cuentos chinos o más bien propios de la historia ficción.

Por eso, muchos son los analistas, que hacen cábalas respecto a lo que está por venir; que si un nuevo orden internacional tiránico, que si la mayor crisis económica cualitativa (en cuanto su profundidad) y cuantitativa (respecto a su larga larga duración), etcétera, etcétera, etcétera, y son  múltiples los escenarios distópicos que se nos presentan, y no es para menos, viendo en manos de quien estamos, las decenas de miles y miles de muertos por culpa del Covid-19, ya sea directa o indirectamente, y la cifra de cientos de miles de trabajadores en ERTE y en ERE.

Pero existe otra opción más convencional, más historicista, y porque no, más optimista (que falta hace), y es que tras la tempestad vendrá la calma, pues no hay mal que cien años dure, y después de esta crisis sanitaria, económica, social y política (vamos que lo tiene todo), vendrá la recuperación, que en este caso puede ser híper acelerada, pues no sería la primera vez.

La situación actual de crisis era inevitable que se produjera, la economía, como la vida, tiene ciclos o periodos. Al igual que las personas, que ineludiblemente, nacen, viven y se mueren, las economías alternan crecimiento y decrecimiento, crisis y expansión, hasta en las épocas de menos cambios en las estructuras y sistemas económicos, como era la antigüedad, basada en la agricultura, los eventos catastróficos climatológicos, entre otros, suponían un reseteo en la vida de las personas.

La inevitabilidad de esta crisis, se reflejaba en todos los analistas cuando hablaban del black swan (cisne negro) o evento impredecible, que estaba por llegar, y del que en estas mismas líneas también les hemos hablado de ello. También por el hecho del largo periodo de crecimiento económico que se estaba viviendo, según la información recogida en el National Bureau of Economic Research USA (Oficina Nacional de Investigación Económica de los Estados Unidos de América) desde 1854, ha sido el mayor de la historia, hasta que apareció el maldito bicho vírico; la anterior crisis, muchos de ustedes la sufrirían, fue la crisis financiera del 2008, y la anterior la de las puntocom en 2001.

La historia nunca se repite tal cual, a no ser que pensemos como Karl Marx, que dejó escrito aquello de “la historia se repite primero como tragedia y después como farsa”, aunque no hay duda que existen procesos similares, con patrones parecidos. Por eso, en otras ocasiones en la historia, tras una pandemia se produce una gran recuperación económica, y que incluso tras esos tristes momentos provocados por la multitud de muertes de la epidemia, ha surgido un cierto desenfreno, dirigido a disfrutar de la vida como si no hubiera un mañana.

La ultima gran pandemia, la de la gripe de 1918 a 1920 (ya ven que omito su maldito y tramposo nombre, pues parece que nació ademas en los USA), que causó millones de muertes, más aún que la recién acabada Primera Guerra Mundial, trajo con sigo, tras su superación, un periodo denominado “los felices años veinte” o incluso “los locos años 20”, en donde además de la recuperación económica, se produjo una relajación en las costumbres, incluso una revolución cultural, que se percibió sobre todo en los USA, ademas de en Europa.

Pero lo malo es que en ese periodo echaron raíces ideologías totalitarias y populismos, que nos condujeron al siguiente fracaso colectivo, por no aprovechar convenientemente ese periodo de crecimiento y euforia generalizada. Hoy, aunque estamos en uno de los momentos más oscuros y críticos como sociedad, debemos de resistir y tener fe en nosotros mismos, como proyecto común, llamado España, que lleva 500 años navegando por las procelosas aguas de la historia; ya saben (porque ya lo he escrito) somos la nación más fuerte del mundo, llevamos intentando destruirla nosotros mismos durante cinco siglos y no lo hemos conseguido, según decía el Canciller de Hierro alemán Otto von Bismarck.

Porque, aunque se pueda estar en una compleja y tensionada situación nacional, estamos dentro de otro gran proyecto, el europeo, que sirve cual Bálsamo de Fierabras para atenuar la visceralidad de los hispanos, y nuestro carácter pendular. Y a pesar de que económicamente seamos de los peores países de nuestro entorno, ya saben que nuestra economía está muy abierta al exterior, y en cuanto nuestros vecinos remonten, y con tanta noticia de vacunas por aqui, vacunas por allá, no han de tardar, harán de catapulta para nuestras empresas y negocios, entre los que se encuentra el Turismo, generando un gran flujo monetario de entrada desde el exterior.

Pero esta vez, a diferencia de aquellos años 20 del siglo pasado, debemos aprender las lecciones pasadas, y aprovechar el crecimiento para apoyar a los más desfavorecidos y olvidados de la sociedad, como parados, desarraigados, niños víctimas de la violencia familiar, o esas mujeres también víctimas que celebraron el día 25 su dia internacional, oscurecido por el Coronavirus y la muerte de Diego Armando Maradona

Una oportunidad perdida para haber recordado (también) a aquella gran líder, la reina Isabel la Catolica, fallecida precisamente un 26 de noviembre (de un lejano 1504), que contra viento y marea, y gran parte de la Corte se supo imponer, !!!toda una defensora de sus derechos!!!, a pesar de la violencia que se ejerció sobre ella. A esta mujer, que perfectamente podría ser referente para los movimientos feministas, y que además desarrolló políticas inclusivas, aprobó por ejemplo los matrimonios mixtos indios-europeos, 450 años antes que los norteamericanos lo permitieran entre los caucásicos y los afroamericanos, no se le ha hecho justicia entre esos grupos. Pero claro, el hecho de ser mujer, católica y castellana, en esta España centrifugada y anticlerical, no es muy cool (moderno-fresco), y ha hecho que esos movimientos antepongan otras ideologías antes que tenerla como uno de sus referentes. Aunque igual ocurre ciertas agresiones, acosos, insultos y escraches recibidos por diferentes políticas, que dependiendo de su color político, son defendidas o no, por el movimiento antaño morado, dado que ahora ese color pertenece a Podemos. Ya ven una Piel de Toro, repleta de subjetividad.