CASTELLÓ. No es fácil hacer encajar en 48 minutos de documental 20 años de Sons. Este lunes, a partir de las 19.30 horas, el Teatro del Raval proyectará el particular recorrido que ha dirigido Adam Brenes de estas dos décadas del Cicle de Músiques Independents de Castelló y con el que se puede comprobar la huella que el festival ha dejado en la ciudad -y que sigue creciendo-. No en vano, este particular evento ha permitido descubrir a infinidad de bandas y disfrutar de los primeros conciertos de artistas ahora consagrados como Nils Frahm, Peter Broderick o Balmorhea.
El realizador del Grau de Castelló recoge a través de imágenes de archivo, entrevistas y actuaciones exclusivas la evolución que el Sons ha vivido y el papel que a día de hoy sigue teniendo a pesar de la mucha música que se escucha en streaming.
-¿Cuándo comienza tu vínculo con el Sons?
-Creo que fue el año 2006 cuando empiezo a asistir como público a estos conciertos con mi hermano. Dos años más tarde es cuando empiezo a grabar algunas actuaciones. Tenía una handycam pequeñita para cuando me iba de vacaciones. El mundo audiovisual siempre me ha gustado mucho, así que con esa cámara empecé a grabar y a montar vídeos. Coincidió en el tiempo con los inicios de YouTube y empecé a subir las canciones de los grupos a los que iba a ver. Les pedía autorización y en cuanto me daban permiso los colgaba en mi canal.
-Entonces, ¿tu relación con el ciclo empieza como espectador?
-Sí. Así empezó mi relación con el Sons. Yo era parte del público de ese momento y me parecía una pena que aquello no quedara grabado, así que empecé a registrarlo. Enseguida vi que lo que estaba ocurriendo allí era algo especial. La música, sin ir más lejos, era totalmente diferente a lo que normalmente se escuchaba.
-¿Los primeros registros del Sons que se conservan son tus cintas?
-Si, porque de la época anterior al 2008 no hay apenas nada. Lo único que se puede encontrar de documentación previo a ese año son fotos y algunos carteles. He ido pidiendo material para hacer el documental, y todo el audiovisual grabado es mío. Y eso que alguna cosa, por desgracia, se ha perdido, ya que estoy seguro de que ha quedado algún bruto original por algún disco duro que no he podido localizar.
-¿O sea, que te estrenaste con el Sons en lo que luego fue tu carrera profesional?
-Si, pero cuando empecé lo único que hacía era estar sentado entre el público y grabar con un plano fijo. No hacía mucho más en ese momento. Luego ya me puse a estudiar Publicidad y más tarde Comunicación Audiovisual.
-En ese sentido, el festival te debe mucho...
-No, no. Yo lo veo de la siguiente manera: con estas grabaciones y ese material que recopilé le he devuelto al Sons parte de lo que a mi el Sons me ha aportado, que ha sido mucho. Esa es mi mentalidad y mi forma de entender la relación con este ciclo.
-En el documental, ¿qué se puede ver además del material de conciertos que tu grabaste?
-Las personas que lo vean encontrarán los directos de las bandas pero también las entrevistas que para la ocasión se han hecho a los organizadores y a los grupos que han formado parte del ciclo. He de decir que, por circunstancias laborales, no he podido dedicar todo el tiempo que me hubiera gustado para montarlo, pero creo que al final en el documental se hace un fiel recorrido a estas dos décadas y estoy muy satisfecho de haber aportado mi granito de arena al aniversario.
-¿Qué esperas de la gente cuando vea tu 20 años de Sons?
-Hay que tener en cuenta que durante estos 20 años ha habido una clara evolución del público. Por eso habrá personas que han ido últimamente a los conciertos que igual no reconoce todo lo anterior, es decir, la parte inicial del ciclo. En este documental verán muchas imágenes de aquellos años. Pero hay también un buen número de fieles del Sons, los que estuvieron ya en aquellos inicios, a los que estoy seguro de que ver este trabajo les traerá muy buenos momentos y recuerdos.
-También vas a los orígenes del Sons...
-Precisamente, en el documental se explica la idea de cómo surgió el ciclo y lo novedoso que era todo. La organización siempre nos sorprendía. Muchas veces íbamos a los conciertos sin conocer al grupo. Algunos de ellos me encantaron y pasaron a convertirse en grupos de referencia para mi. Ese proceso de descubrimiento fue la base que definió y marcó al Sons, y eso queda patente en este trabajo. Por otra parte, otra de las cosas que siempre me ha interesado del proyecto es la autoproducción, el hecho de que un grupo de personas que tenían sus trabajos y sus vidas se juntara y pusieran el suficiente empeño para darle forma y estabilidad.
-¿Antes del Sons no había nada parecido aquí, verdad?
-No. Había conciertos aislados, pero nada que se pareciera a lo que luego ha sido el Sons. No recuerdo que hubiera nada similar en Castellón. Una cosa bonita ha sido ver cómo grupos de música de fuera venían aquí. Nils Frahm estuvo en la ciudad y no era el pianista reconocido y famoso que es ahora. Y tocó dos veces en Castelló, en un ambiente íntimo, y eso ahora es impensable.
-Es evidente que el Sons ha sido importante para ti y para mucha gente de Castellón...
-Yo colecciono vinilos. Con 42 años que tengo ahora, los discos son mi biografía, mi historia. Y echando un vistazo a mi colección me doy cuenta de lo importante que ha sido el Sons para mi. No son pocos los vinilos que han llegado a mi después de los conciertos.
-En el documental se explica muy bien el trabajo que hay en cada edición y la manera tan particular que se da a la hora de decidir a quién invitar a formar parte del Sons...
-Si, se explica muy bien gracias a las entrevistas que se han realizado. Los inicios fueron cosa de personas, Toni y Jose Luis, y luego se abrió a más gente. Los fundadores nos dieron la oportunidad de opinar y participar a los que asistíamos, y por eso el grupo de gente que está detrás del ciclo ha crecido. Ellos dos proponen grupos que por gira pueden encajar en Castelló, teniendo en cuenta el presupuesto y el calendario, y luego lo hablamos entre todos. Es complicado encontrar a ese grupo que te sorprenda y que pueda gustar al público, pero esa es la tarea de programación, clave en el Sons.
-¿Qué momentos clave destacarías de estas dos décadas?
-En el documental cada uno cuenta cuál ha sido su concierto más importante, el momento más significativo o aquel que le ha tocado la fibra. Si hablo por mí, un músico a quien podría citar es Peter Broderick. Lo descubrí gracias al Sons. Fue un concierto que me dejó fascinado y que me convirtió en fan suyo para siempre. En el documental sale una prueba de sonido que le grabé en su segunda visita a Castelló. En la misma línea también podría citar Balmorhea.
-¿Sigue teniendo vigencia el Sons, ahora que es tan fácil escuchar todo tipo de música en streaming?
-Tiene más sentido que nunca. Aunque lo cierto es que las ayudas económicas que recibe son las que marcan un poco si se puede hacer más o menos grande el ciclo un año, creo que el Sons está vigente porque la esencia de descubrimiento no la ha perdido. Las cosas son muy diferentes ahora, eso es así. Por ejemplo, si anuncian un concierto de un grupo que no conoces es muy fácil escuchar su música en spotify, por lo que antes de ir a uno de los conciertos puedes hacerte una idea de lo que vas a escuchar. Pero insisto, este ciclo de música independiente tiene sentido más que nunca. En los festivales, que es algo muy distinto, aparte de que la gente está hablando en lugar de escuchar música, los carteles que presentan siempre son los mismos. Estás viendo los mismos grupos una y otra vez. El Sons no es así. El Sons te permite descubrir grupos diferentes y, además, en tu ciudad. La cantidad de grupos que hemos descubierto gracias al ciclo es impagable. Si eso se perdiera sería muy triste.