CASTELLÓ. Aunque con varios meses de retraso respecto al cronograma previsto, el Ministerio de Fomento da un nuevo impulso al Corredor Mediterráneo. Concretamente, a las obras para implantar el tercer carril entre València y Castelló en la vía que actualmente no cuenta con el ancho mixto. El consejo de administración de Adif ha adjudicado estas labores a la Unión Temporal de Empresas formada por Acciona y Siemens por 40,3 millones de euros. Ambas compañías disponen, a priori, de dos años para llevar a cabo la materialización de los trabajos, con lo que a partir del verano de 2021 las dos vías de este recorrido deberían contar con el ancho mixto. Esto tendría que redundar en una mejora del servicio.
Para llevar a cabo estas labores, Adif ha adjudicado además a Duro Felguera el suministro de los cambiadores (aparatos de vía) de este tramo por un importe de 30 millones de euros. Y eso que en gran parte del trayecto ya están implantados, desde València a Puçol, con lo que solo son necesarios desde Massalfassar a la capital de la Plana.
Desde que Adif licitó las obras han pasado nueve meses, en un proceso que se ha visto ralentizado debido a su complejidad. Los trabajos comprenden la sustitución de 50.000 traviesas (las de la vía lado montaña, que no cuenta aún con el tercer carril) entre Sagunt y Castelló. En este tramo también se trabajará en la superestructura y la electrificación, además de la implantación del tercer carril propiamente dicha.
Asimismo, también se deberá implantar el tercer hilo entre la Font de Sant Lluís y Sagunt (en este caso en la vía lado mar), donde los trabajos de sustitución de traviesas ya se han llevado a cabo debido a que estas labores se incluían en el contrato de la primera fase para implantar el ancho mixto.
Además, el nuevo contrato incluye la creación de vías de apartado de 750 metros de longitud o la ampliación de las que ya existen hasta alcanzar este tamaño en las estaciones de Massalfassar, Sagunt, Almenara y Moncofa. Con ello se trata de facilitar el desplazamiento de trenes de mercancías, el objetivo fundamental del Corredor Mediterráneo, dado que los trenes más cortos no tienen unos índices de rentabilidad adecuados.