la violencia de género, el valenciano y el cambio climático, batallas del socio de los populares

Ahora cambio climático: el PP asume el desgaste de las polémicas de Vox 

Foto: EDUARDO MANZANA
30/09/2023 - 

VALÈNCIA. En las semanas posteriores al pacto entre el PP y Vox, ya surgió una previsible preocupación en las filas populares: cómo gestionar el discurso público del Consell. La esperanza inicial residía en que las salidas de tono de sus nuevos socios no fueran la tónica habitual y en que pudieran ejercer un control en los posicionamientos que salieran desde el Ejecutivo valenciano.

La tarea, sin embargo, no parecía fácil desde en principio. Y no lo está siendo, de hecho, pese al escaso recorrido de la legislatura. Vox ha dejado claro que quiere mantener la voz propia y hacer patente su posición dentro del Gobierno autonómico, especialmente en las materias que tocan sus competencias. 


El PP, que ostenta la portavocía del Ejecutivo, ya ha comprobado que va a tener que contrarrestar cada declaración pública de sus colegas. Además, de manera inevitable con la celebración semanal de la rueda de prensa posterior al pleno del Consell en la que da la cara Ruth Merino

La sensación parece ser la de aceptación de la situación. Los populares han asumido bien pronto el desgaste que les va a generar, por lo que la salida sólo es una: tratar de marcar igualmente su posición como aquella que sí representa a todo el Consell y fiar a la gestión la prueba palpable de que no comparten todo aquello que dice Vox. 

Varios han sido ya los ejemplos hasta la fecha: la violencia de género, el valenciano y, el último, el cambio climático. Aunque no ha habido encontronazos realmente graves –cada uno dice la suya sin atacar al otro–, los dos partidos marcan sus diferencias en todos estos asuntos. Así se ha visto en todas las comparecencias de consellers de Vox en Les Corts.

Ocurrió con el vicepresidente primero y titular de Cultura, Vicente Barrera, quien aunque se autoproclamó como un "socio fiable" y evidenció sintonía con el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, tejió un discurso muy político donde su mensaje principal fue la lucha contra el "pancatalanismo supremacista y cultural" que busca  "robar nuestra singularidad, la identidad propia y busca separarnos de nuestros compatriotas de España". 

Parte del grupo de Vox en Les Corts. Foto: EDUARDO MANZANA   

En esta línea, apostó por una redefinición del sistema de ayudas culturales y anunció que desde su área se destinarán ayudas nominativas tanto a la Real Academia de Cultura Valenciana (RACV) como a Lo Rat Penat, dos instituciones que han sido "sistemáticamente ignoradas" por el Botànic. 

A estas afirmaciones se han unido otro tipo de iniciativas en relación al valenciano. Así, Vox ha presentado una proposición no de ley (PNL) en Les Corts para pedir que se reconozcan oficialmente los títulos de valenciano impartidos por Lo Rat Penat "con la mayor celeridad posible", así como su homologación y convalidación.

Igualmente, solicita la capacitación oficial para los profesores que imparten Valenciano "siguiendo la normativa establecida por la Real Academia de Cultura Valenciana (RACV) basada en las Normas del Puig", así como "rehabilitar en su capacitación oficial tanto a quienes la perdieron en su condición de profesores, como a quienes obtuvieron los títulos otorgados por Lo Rat Penat". En el PP han eludido por el momento el asunto diciendo que lo estudiarán. 

La consellera de Justicia, Elisa Núñez, y la portavoz del Consell, Ruth Merino. Foto: GVA   

A ello se sumó la comparecencia en el Parlamento de la consellera de Justicia, Elisa Núñez, donde marcó territorio en el tema de la violencia de género. El término es reconocido por los populares, pero Vox lo rechaza y lo sustituye por el de "violencia doméstica", "violencia sobre la mujer" o "violencia intrafamiliar" –como así se reflejó en el pacto de gobierno con el PP–. "Están tan obsesionados con el género que creen que este departamento –en referencia a la Dirección General de Atención a las Víctimas– es sólo para mujeres, y nosotros lucharemos por otras víctimas. Ustedes utilizan a las mujeres como coartada para sus delirios. No les permitiremos que utilicen a las mujeres y protegeremos a todas las víctimas", sostuvo Núñez. 

Pocas horas antes, la vicepresidenta segunda del Consell y responsable de Bienestar Social, Igualdad y Vivienda, Susana Camarero (PP), sí utilizó el término violencia de género en diversas ocasiones en su intervención para asegurar que el ejecutivo tiene un "compromiso" con esa lucha. 

La agenda 2030 de las elites globalistas

La polémica más reciente ha sido esta semana por la comparencia en Les Corts del conseller de Agricultura, José Luis Aguirre, a cuenta del cambio climático. El dirigente de Vox aseguró que dará herramientas al sector de agricultores y ganaderos para combatir las plagas y afrontar los retos y directrices europeas con las que se sentirán arropados "frente al fanatismo climático, la demagogia, el animalismo o la Agenda 2030 de elites globalistas".

La portavoz del Consell, Ruth Merino, tuvo que salir este viernes al paso para garantizar que el Gobierno valenciano reconoce que "el cambio climático existe". "Evidentemente, somos personas diferentes y no tenemos por qué estar de acuerdo al cien por cien. Lo que sí puedo asegurar es que no existe ninguna fricción entre ningún miembro del Consell en la acción de gobierno: no hay disputas internas a la hora de que se retrasen medidas o se bloqueen otras. Porque la acción de gobierno la tenemos clarísima: todos trabajamos en equipo y somos un único gobierno", aseveró al ser preguntada por si contemplan establecer una de comisión de seguimiento del pacto de gobierno ante las diferencias que puedan surgir.

De este modo, insistió en que el Consell "sí" cree en la Agenda 2030 y rechazó que sus miembros pertenezcan a las "élites globalistas". "Vamos a trabajar en la sostenibilidad necesaria y siempre con un equilibrio con el desarrollo económico. Sin fanatismos, por supuesto, porque no llevan a ningún sitio, pero ni de un lado ni de otro", argumentó. 

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