Aitana Mas y las residencias

La vicepresidenta del Consell, Aitana Mas, estuvo en Elche esta semana con una apretada agenda y entre los diferentes asuntos que trató destaca la visita a la residencia de mayores de Altabix. El día antes hubo follón en la residencia. De repente aparecieron unos operarios y se pusieron a limpiar el jardín, llegó el técnico a ver si podía poner en marcha la caldera, aparecieron vasitos y tubos de pasta de dientes y en general, se procedió a lo que los familiares de los usuarios han denunciado como “operación maquillaje”.

Sombra aquí, sombra allá como Mecano, no engañaron a nadie. Porque este centro, que supuestamente debe atender en las mejores condiciones a personas mayores vulnerables, lleva casi una década ya en una situación lamentable. Lo gestiona una contrata y se acabó en periodo en octubre. Pero no es esta empresa de ahora, es que con la anterior pasaba lo mismo o parecido. Es el modelo de gestión el que falla.

Este verano, que tuvimos desde junio a octubre temperaturas asfixiantes como todos ustedes saben y sufrieron, los mayores han estado allí sin aire acondicionado en muchas estancias, y por supuesto, con la llegada del frío ha pasado lo mismo con la calefacción. Bueno, hasta el martes que decidieron arreglarla para que la responsable de Políticas Inclusivas al día siguiente creyera que los familiares exageran.

El Síndic de Greuges lo ha advertido ya por activa y por pasiva y las familias están tan hartas que muchas optan por llevarse de nuevo a casa a su familiar, a pesar de lo que cuesta conseguir plaza y a pesar de lo que conlleva y que suele ser un coste económico desorbitado, en muchos casos inasumible y una persona cuidadora 24/7 para atender que debe renunciar a trabajo, vida y salud casi siempre. Y los que no pueden permitirse dejar la vida a un lado y el trabajo pues los mantienen allí y viven con ese miedo y ese sentimiento de culpa de dejar a su familiar sabiendo que no está en las condiciones necesarias.

No me explico cómo esta sociedad permite eso y cómo no hemos sabido abordar este asunto de una manera seria y rigurosa. Nos regodeamos de tener una sanidad pública maravillosa, que lo es y lo ha demostrado, pero maquillamos como decían ayer desde la Asociación de  Familiares en Residencias de la Comunidad Valenciana, o miramos para otro lado en el trato a los mayores en centros públicos cuando sabemos a ciencia cierta que esto va a más y todos o casi todos acabaremos ahí. Cada vez vivimos más años, tenemos menos hijos y a una edad mayor y  la atención geriátrica es ya una necesidad urgente. Aunque sea por egoísmo habrá que tomarse en serio esto ¿no?

Aitana Mas explicó en Elche que la contrata nueva de esta residencia ha salido a licitación pero que además, van a estudiar dos opciones; poner un vigilante en los centros de mayores para que se asegure si las empresas adjudicatarias hacen las cosas bien, (ella lo llamó empleado público en la dirección de los centros) o bien, estudiar la reversión de los geriátricos a la gestión pública por completo.

En fin, no sé si es la solución, pero esto se hace largo y mientras, hay personas que viven los últimos años de sus vidas, esos en los que somos más vulnerables, en lugares inadecuados donde los arrinconan  y los ponen a mirar el techo, les dan la comida fría y les dejan con el pipí o el vómito encima más tiempo del que podemos tolerar.

Una amiga mía tenía allí en esa residencia de Altabix de Elche a su abuela hace años. Ella es huérfana y su abuela había hecho de madre, padre y de todo. Mi amiga tenía que trabajar para vivir y no podía dejar sola en casa a su abuela ni pagar a alguien para que la atendiera. La llevó a la residencia después de mucho tiempo en lista de espera y todos esos trámites y la visitaba casi todos los días, aunque fuera media hora. En seguida detectó que no la cuidaban bien, adelgazó mucho, llevaba ropa que no era suya… Mi amiga decidió aunque fuera cinco minutos pasar todos los días por allí para asegurarse de cómo estaba.  No estaba tranquila. Eso fue hace años, ahora y con la excusa del covid han estado mucho tiempo prohibiendo visitas y cuando la asociación de familiares ha obligado a que se les deje lo han hecho pero han limitado mucho ese acceso.

Ojalá este asunto y otros con tanta importancia entraran en campaña electoral, pero no, otra vez y ya sería la tercera legislatura, discutimos por si mercado gastronómico o de yo que sé. Todo mal.