FOTO: VILLARREAL CFVILA-REAL. Akiko Odagawa es una aficionada del Villarreal japonesa que vive en Canadá, país en el que trabaja actualmente. La fan 'grogueta' empezó a seguir al Submarino en 2004, con la llegada de Diego Forlán al equipo. Odagawa se aficionó al club porque el delantero charrúa era su jugador favorito, pero, a pesar de su marcha, la fan japonesa se enamoró del Villarreal.
"Seguí animando al Villarreal porque me enamoré del club, de Vila-real y de la pasión de los fans", declara Odagawa. Además, a esta aficionada internacional le fascinó el recorrido del Villarreal en la UEFA Champions League durante la temporada 05-06: "Su trayectoria fue como la historia de David contra Goliath". Odagawa reconoce que la valentía del Villarreal le inspiró a nivel personal. La aficionada también asegura que uno de los motivos por los que se enamoró del Villarreal fue que permite dar salida a jugadores formados en la Cantera Grogueta y no necesita gastar grandes cantidades en fichajes para formar un equipo competitivo.
La fan japonesa ha visitado el Estadio de la Cerámica en dos ocasiones. La primera fue en la temporada 10-11 para presenciar el partido de vuelta de la semifinal de la UEFA Europa League ante el Oporto. En la siguiente temporada, Odagawa volvió a visitar el Estadio de la Cerámica en un partido liguero ante el Atlético de Madrid. Además, la aficionada japonesa también ha presenciado dos partidos del Villarreal como visitante. Un encuentro ante el Mallorca y otro ante el Valencia en Mestalla. El resto de partidos que ve desde casa, Odagawa los ve a través de internet. Además, escucha los partidos del Submarino por Radio Vila-real.
Odagawa tiene claro cuáles son sus dos mejores momentos como aficionada del Submarino: el ascenso a LaLiga en 2013 y la consecución del título de campeones de la UEFA Europa League en 2021. "Tengo muy buenos recuerdos de aquella final", asegura la fan internacional del Villarreal. Por último, reconoce que no puede elegir solo un jugador favorito y se queda con dos 'groguets': Santi Cazorla y Bruno Soriano.
