VALÈNCIA. Los fondos se lanzan a la caza de las empresas valencianas. La profesionalización de las organizaciones, su saneamiento financiero y mayores niveles de competitividad, sumada a la gran liquidez que hay en el mercado, han provocado un arranque de año agitado en el sector M&A -mergers and acquisitions o fusiones y adquisiciones en español-. Un dinamismo que, según los expertos, se va a mantener a lo largo de este 2023, principalmente en sectores como la agricultura, tecnologías o la cerámica, donde los inversores detectan grandes oportunidades.
"Estamos en un momento de ajuste de precios y determinadas compañías industriales son muy atractivas. Además, determinados sectores de la Comunitat Valenciana son muy dinámicos y están a buen precio. Creo que eso explica que se haya dinamizado la actividad. Y ello pese a los pronósticos pesimistas", asegura Francisco Martínez Boluda, socio de Uría Menéndez en Valencia.
Lo cierto es que a cierre del pasado año, trascendieron no pocas operaciones de compra de compañías valencianas tanto del 100% de su participación como de una parte. Y no solo de capital extranjero, sino también autóctono. Este fue el caso de la venta de la tecnológica Sothis por parte de Angels, sociedad de inversión de Juan Roig, a Nunsys. Una operación con el que la compañía liderada por Paco Gavilán buscaba impulsar su estrategia de crecimiento y acelerar su objetivo de crear un referente tecnológico a nivel nacional.
También la empresaria Hortensia Herrero se lanzaba también este año a explorar nuevos nichos empresariales y, por primera vez, daba el paso de invertir en una compañía industrial. A través de Herrecha Inversiones -sociedad patrimonial de la vicepresidenta de Mercadona- entraba en el accionariado de Istobal con una participación del 22%.
Pero, los fondos internacionales también han sabido moverse y han puesto a la Comunitat Valenciana en su foco. "Existe mucha liquidez en el mercado y lo que buscan los fondos son rentabilidades potentes más allá de la bolsa, por lo que están invirtiendo en empresas rentables, estables y saneadas. Hay una avidez del capital y cualquier empresa con beneficio y un balance positivo ha tenido varias propuestas y ha escuchado cantos de sirena y más la empresa familiar que es muy resiliente", explica Francisco Vallejo, presidente del Instituto Valenciano para el Estudio de la Empresa Familiar (Ivefa)
Así, el fondo estadounidense KKR se hacía el pasado año con el control del 80 % del grupo IVI, especialista en tratamiento de la infertilidad fundado por José Remohí y Antonio Pellicer, que conservan el 20% restante, en una operación valorada en 3.000 millones de euros. También Portobello Capital adquiría una participación minoritaria del 35% en Bodegas Torre Oria con el objetivo de impulsar su crecimiento e iniciar una nueva etapa de expansión.
Días antes de cerrar 2022, trascendía que The Natural Fruit Company (TNFC), compañía participada mayoritariamente por el fondo de inversión Fremman Capital, compraba la valenciana Bollo International Fruits, empresa centenaria fundada por la familia Vercher y con sede en Benifairó de la Valldigna (Valencia). También daba a conocer este mes el diario Expansión que la forma de capital riesgo MCH estaba en proceso de adquirir la conocida compañía de telefonillos Fermax.
"La Comunidad Valenciana siempre ha sido un polo de atracción para las multinacionales que quieren crecer inorgánicamente y Fondos de Inversión. En los últimos ejercicios hemos asistido a la consolidación de sectores apoyados por capital privado. Un ejemplo de ello es el sector hortofrutícola, con Citri&Co (Familia Martinavarro y Miura) o The Natural Fruit Company (Fremman Capital) que solo en la Comunidad Valenciana y en 2022 ha integrado SG Marzal, Bollo International Fruits, y Hermanos Bruñó", señala Javier Navarro, de Vinca Capital.
No han sido los únicos casos porque, pese a las dificultades que atraviesa el azulejo, también se han cerrado operaciones en este sector y los expertos creen que será uno de los que protagonizará nuevas transacción en este ejercicio. En 2022, el fondo de capital riesgo CVC se hizo con el control de Neolith, que pocos años antes Investindustrial había adquirido a sus fundadores, los hermanos Esteve, que siguen conservando una pequeña participación.
"El año 2022 ha sido atípico. A la crisis sanitaria y posterior recuperación en 2020, le siguió una crisis logística y de suministro en 2021 y el conflicto en Ucrania en 2022. Todos estos factores han condicionado de manera muy significativa la actividad corporativa ante la creciente incertidumbre de los mercados. No obstante, este escenario viene igualmente condicionado por un largo período de tipos de interés bajos, lo que favoreció la financiación barata e incentivó la búsqueda por parte de los inversores de buenos activos que ofrezcan buenas rentabilidades. En este sentido, en 2021 y 2022 se han batido récords de fondos levantados, lo que ha llevado a un exceso de liquidez en los mercados", señala Javier Arribas, socio de Financial Advisory de Deloitte en Comunidad Valenciana y Región de Murcia.
Y así lo confirma Martínez Boluda. "La evolución de las operaciones de M&A en 2022 ha sido creciente. En enero se cerraron en la Comunitat Valenciana y Murcia 22 transacciones; en febrero, 31; en marzo, 33; en abril fueron 23; en mayo, 25; en junio, 33; en julio, 32; en agosto bajó a diez por ser un mes de vacaciones; y ya en septiembre se recuperó con 22 operaciones; 27 en octubre y noviembre, respectivamente; y diciembre se cerró con récord y 37 transacciones", explica, a la vez que destaca que cada vez más las empresas valencianas valoran este tipo de integraciones o adquisiciones para agilizar el crecimiento de las organizaciones.
"El factor fundamental para que se materialicen operaciones corporativas es la existencia de buenas compañías, con negocios sólidos y equipos directivos potentes y valientes, con capacidad de arriesgar, innovar e internacionalizar sus negocios y crecer de forma sostenida y rentable. Y esto es algo que abunda y mucho en nuestra región, lo que sin duda se materializará en muchas operaciones a futuro", asegura Arribas.
En este sentido, Vallejo comenta que la entrada de inversores permite a la empresa familiar crecer de una forma más ágil, así como aportan a las empresas nuevos conocimientos porque esas personas suelen acabar formando parte del consejo de administración y aportan su visión más general del mercado. También, asegura que en otros casos sirve para reestructurar el capital y que un socio que no quiere seguir en el proyecto pueda salir o para mantener su continuidad en los casos que no haya una clara sucesión familiar.
De hecho, la mentalidad de los empresarios está cambiando. Y, en esa nueva cultura, tiene mucho que ver el relevo generacional en las organizaciones. "El empresario tradicional veía la empresa como algo propio, pero ahora las compañías están más profesionalizadas y ese tabú sobre la posibilidad de que entre capital externo se va perdiendo. Ahora las empresas están más dispuestas a escuchar", reflexiona Vallejo.
Sobre esta cuestión, Martínez Boluda comenta que dado que la mayoría de empresas se han modernizado, con criterios de selección del personal ajeno a la familia porque lo que interesa es mantener la salud financiera de la firma. "El capital foráneo con estas familias que se han actualizado está encantado y lega para invertir y ayudarles a su diversificación o expansión", apostilla el socio de Uría.
Tanto es así que en Ivefa están abordando cada vez más las operaciones corporativas. "No hay que verlas como fracaso de la empresa familiar, sino en algunos casos como una buena solución para crecer o porque se necesita vender dado que la situación familiar no es la adecuada. No hay que demonizarlo y lo que hay que hacer es una empresa familiar más potente, pensando en la familia y los trabajadores", insiste Vallejo.
"Estamos ante un escenario propicio para que los inversores y grupos corporativos revisen sus estrategias de inversión y se muevan con audacia. En el contexto actual las compañías bien pueden optar por adoptar iniciativas defensivas, con el objetivo de preservar el valor, o bien adoptar iniciativas ofensivas para transformar la organización, liderando el cambio hacia un nuevo escenario. En ese contexto, las compañías de la Comunidad Valenciana y Región de Murcia han demostrado su solidez y potencial, lo que les ha convertido en ‘caballo ganador’ en un entorno donde los activos de calidad escasean", recomienda Arribas.
Entre los sectores que más interés han despertado en los últimos meses se encuentran los tradicionales como el agroalimentario. "Siempre son claros candidatos. Más aún, desde la aparición de los fondos, que en los últimos años han continuado con sus procesos de crecimiento y consolidación en este sector cuando tradicionalmente nunca habían apostado por invertir en él", reconoce el socio de Deloitte. Según explica, también se han puesto de manifiesto operaciones en el sector logístico e industrial y cada vez toman mayor protagonismo las operaciones en el sector energético, impulsado por el incremento del coste del gas y la electricidad.
"Otro ejemplo de consolidación, esta vez llevado a cabo tanto por grandes grupos industriales como fondos de capital riesgo, es el del sector de envases y packaging de cartón", apunta Navarro. En este sentido, destaca las adquisiciones de José Soler Soler por parte de Fedrigoni, la empresa de Beniparrell Cartonajes Obrador ha sido adquirida por Ino Packaging, Cartonajes Bañeres por la multinacional SAICA, y Carton Pack en Ibi por A&M Capital.
También hay compañías valencianas que han salido al mercado de compras, como Boluda Corporación Marítima, que ha adquirido la empresa holandesa Smit Lamnalco por entre 800 y 900 millones de euros y que situará a la naviera valenciana como líder mundial en remolque portuario, con presencia en unos 200 puertos de 53 países. La flota alcanzará los 750 remolcadores, con un valor de 6.000 millones de euros.