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A la cola

5/02/2024 - 

Los Fondos Next Generation de la Unión Europea deberían haber sido la bocanada de aire fresco que la economía española necesitaba para recuperarse de los estragos causados por la pandemia. Sin embargo, la realidad es otra: una ejecución deficiente que está dejando al tejido productivo con una inversión deprimida y que apuntala el enfriamiento de la coyuntura económica en un momento cargado de desafíos.

El impacto de estos fondos está muy por debajo de lo esperado. España tiene que adjudicar en los dos años y medio próximos más de la mitad del capital conseguido. De los más de 69.000 millones de euros de subvenciones asignados a nuestro país, el 55% están sin adjudicar, según los últimos datos de Observatorio NextGen de LLYC.

El Gobierno de la nación no ha sabido ni gestionar ni ejecutar con éxito estos fondos europeos. Y el problema es grave. El tiempo se agota. Europa ya ha avisado de la improbabilidad de que se extienda el plazo de ejecución y el ritmo actual vaticina que se pueda volver a repetir el peor de los escenarios: España ya lidera el podio como país con peor porcentaje de absorción de fondos estructurales europeos 2014-2020. Somos el país a la cola de Europa.

Si los valencianos tenían la esperanza de poder “sacar tajada” de esta oportunidad histórica, nada más lejos de la realidad. Con el reparto de los fondos del gobierno de Sánchez, la Comunitat Valenciana es la segunda que menos importe ha recibido per cápita hasta el momento. Un suma y sigue. Un nuevo golpe para los que pertenecemos a una comunidad históricamente infrafinanciada.  

No pararemos de alzar la voz hasta que nos escuchen. De hecho, la Generalitat Valenciana va a reclamar al Gobierno central un fondo transitorio, hasta que se reforme el actual sistema de financiación autonómica, de 1.782 millones de euros anuales para los próximos cuatro años.

Pero volvamos al tema que nos ocupa: los fondos europeos. Los fondos Next Generation EU unidos al presupuesto a largo plazo de la Unión conforman el Plan de Recuperación de la UE, que es el mayor paquete de estímulo jamás financiado en Europa. Un plan con la finalidad de reconstruir Europa después del impacto de la COVID-19 y transformarla estructuralmente para que sea más verde, más digital y resiliente. Un plan tan ambicioso, que multiplica por 13 el famoso Plan Marshall, la iniciativa liderada por Estados Unidos para la recuperación de Europa tras la Segunda Guerra Mundial.

España es uno de los grandes beneficiados. Teníamos una ocasión única para la reconstrucción de nuestra economía que se ha topado con la ineficiencia total de quienes nos gobiernan y que ha llevado a la falta de consecución de los objetivos marcados.

A la gestión caótica del Gobierno socialista, se suma la opacidad y falta de conexión entre el sector público y el privado; la información no llega de una forma ágil a las empresas, sobre todo, a las pequeñas y medianas que constituyen cerca del 99% de nuestro tejido empresarial.

Imagen de archivo. Foto: VOJTECH OKENKA/PEXELS

Si queremos revertir esta situación, es necesario fortalecer la cogobernanza en la gestión de los fondos europeos y garantizar la participación de todos los actores relevantes, incluyendo a las administraciones locales.

Como firme defensora de la innovación, sería oportuno crear una plataforma digital, ágil e intuitiva, que permita a las pymes y autónomos acceder a convocatorias y licitaciones de manera más sencilla y efectiva.

Otra línea a trabajar podría ser introducir un programa de incentivos fiscales, financiado con el Mecanismo de recuperación y Resiliencia, para inyectar los fondos de manera eficaz y rápida en el sector empresarial.

Propuestas de mejora hay muchas, pero para ello es necesario querer escuchar. Lamentablemente la gestión económica de España no parece estar en la agenda de los dirigentes actuales, únicamente centrados en perpetuarse en el poder, trasformar nuestro sistema político y manosear todas las instituciones del Estado.

Mientras están entretenidos con la Ley de Amnistía y sus pactos con los independentistas, lo importante se olvida. En esta ocasión, la ausencia de gestión está dejando pasar un tren de oro cuyas consecuencias llevan a hipotecar nuestro futuro y el de las nuevas generaciones. De eso en Valencia sabemos: 10 millones de euros que deben poner este año a pulmón todos los valencianos después de que 8 años de incapacidad en la gestión del anterior gobierno de izquierdas del Cap i Casal nos hayan llevado a la pérdida de fondos europeos EDUSI.

Reaccionen. Debemos mandar el mensaje a Europa y al mundo, de que somos un país resiliente, capaz de salir fortalecido de una crisis y que sabe aprovechar la oportunidad que brindan estos recursos para reactivar nuestra economía. Para ello, no se olviden de lo importante: crean en nuestras empresas, en nuestros autónomos, en nuestros ciudadanos y en nuestro futuro como país.

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