CASTELLÓ. Los vecinos desalojados de Villanueva de Viver y Puebla de Arenoso por el incendio declarado hace una semana ha sido los primeros que han podido volver a sus casas, y están contentos, aliviados y alegres tras haber podido descansar en sus viviendas, que no han sufrido daños. Celebran poder estar recobrando poco a poco la normalidad tras un fuego que ha calcinado ya 4.600 hectáreas en el Alto Mijares y que sigue activo.
Desde el Puesto de Mando Avanzado, situado en Barracas, se autorizó este miércoles la vuelta de unos 200 vecinos de Higueras, Pavías, Villanueva de Viver y Puebla de Arenoso y sus pedanías de Los Cantos y La Monzona. Este jueves se ha autorizado la vuelta de otros 115 vecinos de Torralba del Pinar, Arañuel y su pedanía Artejuela ante la buena evolución del incendio, que está pendiente de la meteorología de esta jornada, con previsión de vientos de poniente, y en el que los medios trabajan para enfriar puntos calientes y asegurar el perímetro.
Acompañados por la Guardia Civil, el miércoles por la tarde llegaron a sus casas los vecinos de Villanueva de Viver, con una "alegría importante". Así lo ha explicado a los medios de comunicación José Vicente, quien asegura que durante estos días ha estado "todo el día dándole vueltas a la cabeza" y pensando si se le iba a quemar la casa o no.
Ahora se centra en arreglar la vivienda e intercambia palabras y preocupaciones con los vecinos que hay en el pueblo "aunque no son muchos", según señala. Griselda regenta el único bar de Villanueva de Viver, y reconoce que ha vivido estos días "con bastante angustia y preocupación" porque no sabía hasta dónde iba a llegar el fuego. "Al ver las noticias te das cuenta de la magnitud que estaba alcanzando esto", añade, mientras resalta que viendo las imágenes se le ponían "los pelos de punta".
Afirma que regresar ahora "es como pisar la tierra que uno conoce", y siente "angustia" ante "esta desolación", pero al mismo tiempo se muestra contenta "por poder volver a casa". Griselda indica que "aparentemente no se han sufrido daños materiales" aunque sí "daño ecológico", pero todavía se tiene que ver el estado de los animales del pueblo.
Teresa Fuertes, otra vecina de Villanueva de Viver, explica que al llegar no esperaban que estuviera "tan bien el pueblo" porque "salió de aquí el fuego". También muestra su satisfacción por el hecho de que sus conejos "no hayan sufrido daños" y explica que le autorizaron a entrar a ponerles comida y bebida dos veces. Fuertes asegura que han hecho acopio de víveres para varios días, ya que, de momento, no pueden desplazarse hasta otras poblaciones a las que habitualmente van a comprar, como a Barracas, porque "si sales ya no entras", señala.
En Puebla de Arenoso, se ven abrazos y muestras de alegría entre los vecinos que se han podido reencontrar tras los días de desalojo. Pedro Navarro, teniente de alcalde y vecino de esta localidad, afirma que al llegar al pueblo tuvieron la "sorpresa agradable" de que la zona sur no está quemada, cuando se habían "hecho a la idea de que estaría todo quemado". También se alegra de que no haya habido ninguna desgracia personal y de que no se haya quemado ninguna de las casas del pueblo. "Queremos a este pueblo y se te llena el corazón" al volver, explica emocionado.
Agustina Tamborero dice que ha podido descansar bien en casa y que todavía hay "algo de lío"; se alegra de que nadie haya sufrido daños, y quita importancia a que se le haya descongelado la comida, algo que también ha ocurrido en el bar, que tenía la compra hecha ya en previsión para los visitantes de Semana Santa. Tamborero muestra su enfado con "los ecologistas", porque "no dejan cortar nada, ni una caña, ni arreglar los barrancos que tienen leña acumulada de la última nevada".