entrevista al director general de à punt (1)

Alfred Costa: "Si soy parte del problema, me aparto; si lo soy de la solución, pongamos las luces largas"

Foto: KIKE TABERNER
22/01/2024 - 

VALÈNCIA. Alfred Costa (Torrent, 1969) fue ratificado el pasado marzo como director general de À Punt. Ocurrió a las puertas de las elecciones autonómicas de mayo, tras las cuales se produjo un cambio de Gobierno en la Comunitat. Costa afronta desde entonces su segundo mandato, puesto que el primero comenzó en marzo de 2020 por un periodo de tres años. El listado de cuestiones de gestión pendientes de resolver es infinito, pero si hay un asunto que se deberá abordar más pronto que tarde es el cambio de la ley de la radiotelevisión valenciana. 

En otra parte de la entrevista, aborda cuestiones sobre programación y relación con el sector audiovisual.

-En su última comparecencia en Les Corts lanzó una serie de peticiones a los responsables políticos que ya se arrastran desde hace tiempo pero que nadie soluciona. Una de las principales es un cambio de la ley para simplificar la contratación, tanto en cuestiones tan básicas como la cesión de imágenes como en personal. Otra la fusión de las dos sociedades que componen À Punt. ¿Ha adquirido algún partido un compromiso con usted en este sentido? ¿Cree que serán capaces de impulsarlo?
-Ayuda muchísimo observar que desde el Consell hay un interés especial por agilizar todo lo que tiene que ver con la administración. Ese mensaje, a los organismos autónomos y especialmente a las mercantiles que competimos en un mercado abierto, nos da algo de oxígeno. O al menos nos permite pensar que nos dejarán interactuar con ellos para proponer soluciones. En los últimos informes de auditoría y de la Intervención no estaba la Societat Anònima de Mitjans de Comunicació entre las observadas. Aquí no se está llevando a cabo un ejercicio discrecional en contratación laboral. Se ha negociado todo con los agentes sociales y con los gobiernos. Ahora mismo, esa facilidad para mejorar los procedimientos administrativos a nosotros nos lleva a pensar que hay una oportunidad para que la mercantil se vea beneficiada.

Nosotros no hemos pedido ningún contrato que no haya tenido autorización previa. Nuestro problema, y yo lo he dicho algunas veces, es que aun teniendo la autorización previa, tenemos bolsas de trabajo que se agotan. Tenemos gente apuntada a las bolsas que por razones personales, de distancias del lugar de trabajo, de salud, decide no hacer sustituciones de vacaciones. Y cuando eso sucede, no hay excusa para rebajar el tiempo de ese servicio público o la dedicación. Y ya no digo cuando eso pasa un 15 de agosto o cuando te enfrentas en el 2023 a dos periodos electorales. Tienes que responder con inmediatez a los picos noticiosos y ahora mismo no hay herramientas que faciliten esas situaciones. Seguramente no las hay en la administración, pero en nuestro caso se multiplican los daños colaterales. 

Pese a todo, hemos cumplido con las garantías y hemos sido fiscalizados muy por encima de lo que nos corresponde. Lo estamos internamente por una razón de hipoteca reputacional y, externamente, hemos pedido que se entiendan las particularidades que tiene una mercantil en el sector audiovisual. 

-¿Pero ha habido algún compromiso ya con sus reivindicaciones? 
-Yo entiendo que primero lo tendrán que abordar desde un punto de vista general y luego aplicarlo a nosotros. Lógicamente, tenemos ahora mismo desde el punto de vista laboral dos Relaciones de Puestos de Trabajo (RPTs) que habrá que empezar a trabajar en 2024, pero no nos olvidemos de que las convocatorias de las oposiciones están siendo aprobadas en tiempo y forma. 

Foto: KIKE TABERNER   

-El PP parece proclive a cambiar la ley. ¿Confía en que consensúe un modelo de radiotelevisión con el actual equipo directivo?
-Yo creo que eso sucederá. La fusión de las dos entidades no es un capricho. Es algo que la intervención, el síndic, etc. han manifestado en sus informes anuales. Si el actual Gobierno está pidiendo racionalidad, eficacia y eficiencia, esta empresa, su corporación y su mercantil tienen esa posibilidad. Yo creo que encontrarán seguro en el entorno parlamentario el consenso suficiente para hacerlo.

-¿Creen que lo harán más rápido que en la anterior legislatura, donde no se solucionó?
-No me preocupan tanto los tiempos, sino que se pacte un modelo lo suficientemente estable como para que garantice la continuidad del mismo y todos entiendan que es favorable para las necesidades de cualquier gobierno de cualquier color.   

-¿Qué sensaciones tiene, precisamente, tras el cambio de color del gobierno autonómico? ¿Qué espera?
-Hasta ahora he tenido el mismo trato que con el anterior. A algunas preocupaciones que puede tener el nuevo le estamos respondiendo con los informes de pluralismo. A muchas de las acusaciones de si ha habido o dejado de haber intervencionismo ya hemos contestado. Nadie dentro de la casa ha puesto en marcha factor alguno de modificación de escaleta. Y estamos intentando hacer partícipe al nuevo gobierno de muchas de las líneas de colaboración que teníamos abiertas con el anterior. En estos presupuestos, que han sido los primeros, no están especificadas porque había muchas prioridades, pero estamos en el camino de recuperar muchas de esas ayudas. De hecho, la de la dirección general de Política Lingüística que teníamos con el anterior Consell la tenemos renovada este año. Al final, de lo que se trata es de que los gestores confíen en el trabajo que se hace desde aquí.

Las líneas nominativas no son de ayudas a acción para la tele, sino que la tele las vehicula. Más allá del servicio público de información, aquí hay un sector audiovisual que necesita entender que alguien genera espacios económicos y de inversión suficientemente atractivos como para que las luces largas de otros entornos de inversión nos miren.

Y eso se hace dedicando muchas horas a encontrar acuerdos como el que tenemos con Televisión Española. En el que la Ley del Mar es, digamos, el faro más grande, pero en el que detrás hay dos series de producción documental, dos docu-series, y dos productos de ficción. Oye, pues si al final la inversión de Televisión Española la sumas, estamos hablando de un ejercicio de financiación para cinco productoras valencianas que lideran el proyecto. Por lo tanto, se abren ventanas de inversión para la Comunitat Valenciana que son muy interesantes. 

-Desde la derecha siempre se ha criticado el sesgo de los informativos. ¿Cómo prevé que serán las relaciones con esos partidos, que ahora se encuentran en la Generalitat?
-Nosotros nos vamos a los hechos. La distribución que se hace de los tiempos viene marcada y no hemos tenido injerencia alguna. Se abrió una convocatoria para la dirección de informativos y se presentaron las personas que lo consideraron oportuno. Salió elegido el mejor de los proyectos, que se adecuaba en ese contexto en concreto para mantener el punch de la cadena. Ahora mismo está abierto otro proceso, el de la dirección de contenidos, en el que existe una convocatoria que tiene lugar de manera abierta y transparente. No todas las comunidades autónomas tienen esta realidad. El director general no elige a su equipo.

-La comisión que tiene que valorar a los candidatos para esos puestos solo está formada por personas de la dirección de À Punt. Por tanto, la dirección de À Punt sí que elige. 
-Bueno, tienes que redactar un proyecto creíble, veraz, profesional... si yo lo pudiese elegir no tendría que dar seguramente explicaciones de nada. Pero yo tengo que dar explicaciones si en esos proyectos hay cosas que no corresponden a la realidad, están distorsionados, tienen un desconocimiento de la casa... la dirección de informativos por ejemplo se elige cuando pasa una votación en asamblea más un informe del Consejo de Informativos vinculante más, digamos, la ratificación del Consejo Rector. Muy discrecional no es la elección. Y se puede presentar cualquiera que tenga los requisitos. 

Foto: KIKE TABERNER

- À Punt acabó 2023 con un 3% de audiencia. Es un punto por debajo del objetivo del contrato programa y empeorando ligeramente el share de 2022. ¿Ha tocado techo la televisión autonómica? ¿Cuáles son las principales causas de este estancamiento?
-Yo diría que no ha tocado techo. Es verdad que tenemos muchos recursos destinados a otros entornos que no son los meramente televisivos. Tenemos un campo digital potente. Una vez la FORTA ha ido perdiendo la posibilidad de tener derechos como los de la Champions o del cine de Paramount, tenemos que centrarnos en el universo digital. Hay unas audiencias digitales de las que hablamos poco. Tal vez porque el medidor no tiene la total confianza. Nosotros, en digital, somos la segunda autonómica posicionada en engagement. Eso significa que, en este entorno de cambio, en cinco años hemos encontrado la clave. Hay que sumar la audiencia digital a las que ya conocemos, porque es hacia donde van todos. Nosotros ya hemos abierto ese melón.

Respecto a la medición de audiencias, hemos aplicado dos lógicas en el mercado televisivo: lo que funcione no lo toques y renuévalo. Si hacemos eso y el mercado competitivo tampoco hace cambios significativos y, por tanto, tienes un consumo regular, ¿por qué programas que eran top hace cinco meses, sin modificar ni día ni hora, ahora no funcionan? ¿por qué si creciste un 4,5% de share en el prime time durante el primer semestre, baja? La razón puede ser endógena, y lo analizamos: por ejemplo, puedes haber sobreexplotado el producto, aunque no es lo que nos ha llegado.

Pero también puede haber factores exógenos. Si bajamos al detalle, da miedo. Por ejemplo, hay 20 audímetros instalados en clientes de Orange y ninguno de ellos pasa por À Punt. Preguntamos al jefe de operaciones por qué no nos han situado en el canal 7 de su plataforma y nos dicen que, como cerró Canal 9, dejaron de hacerlo. A la pregunta de qué tienen en el dial 7 en la Comunitat Valenciana, nos dicen que nada. ¿Entonces cómo pongo yo À Punt en el 7? Nos dicen que se lo tiene que pedir el cliente. Para ver À Punt, un cliente de Orange tiene que salir de su descodificador y volver a la televisión analógica, y eso es un muro. 

En esto estamos haciendo un trabajo de guerrilla. Hay operadores que no han tenido la sensibilidad de responder a la vuelta de la radiotelevisión. Llevamos a cabo entonces estrategias de marketing. El año pasado lo hicimos en Castellón. ¿Cómo es posible que en Castellón dé ceros técnicos L’Alqueria Blanca o La ley del mar? El que audita pensará que es que no les gusta. Pero igual es un problema de instalación. Estamos continuamente haciendo campañas porque la señal no está llegando a las casas.

-¿Y es un problema particular de À Punt que no tienen otras autonómicas?
-Sí, porque las otras autonómicas llevan 30 años instaladas en ese mando. Es un problema de cobertura. Lo mismo pasa con las antenas repetidoras, que no son de la Corporación. Yo confío en que hasta al último rincón llega la señal de la televisión en buenas condiciones. O que la señal es lo suficientemente potente para que no falle cuando haga mucho aire o llueva. Cuando la señal empieza a fallar, el espectador automáticamente busca otra cadena.

-Usted es consciente de la afirmación generalizada de "À Punt no la ve nadie". Más allá de los problemas que expone con las mediciones, ¿falla algo a la interna?
-Cuando aplicas la lógica de "si algo funciona, no lo toques" o "si algo funciona en el resto de autonómicas, prueba si a ti también", pero otras autonómicas te triplican en audiencia habiendo copiado y pegado la propuesta; cuando hemos igualado o superado la apuesta cualitativa; y cuando el producto tiene la calidad necesaria y cuenta con la promoción necesaria, ¿por qué la audiencia les funciona a otros y no a nosotros? Pues porque también triplican la cobertura que tienen.

¿Nos hemos equivocado a veces en la programación? Puede que sí, pero hemos seguido dinámicas sencillas. No hemos inventado la Coca-Cola. Cuando ponemos en marcha L’hora fosca es porque sabemos que hay unos mimbres construidos para que funcione. Si un martes un programa te hace un 6% y la semana siguiente te hace un 2%, ¿a qué jugamos? Seguramente sea una cuestión del peso que tenía en el panel el audímetro en una semana y en otra. Nosotros hacemos varios controles de calidad para nuestros programas, no vamos a cesar hasta encontrar donde está la clave.

Nos hemos adelantado, y tenemos monitorizados, a través de la empresa Konodrac, 600.000 Smart TVs. Ahí disponemos de un minuto a minuto y en tiempo real. Y observamos una curva estable, de lunes a viernes a todas las horas. Pero vemos en las audiencias analógicas y hay oscilaciones del 6% al 2%. O vemos datos similares entre La ley del mar y el Zoom de la semana anterior, y las audiencias analógicas dicen que uno ha doblado en audiencia a otro. Para generar estabilidad y certezas al sector audiovisual tenemos que saber medir esto bien, porque parece que subir un 1% tardas un año y hundirte a un 0% puedes hacerlo en una semana. No vamos a dejar de buscar cómo tener más audiencia.

Foto: KIKE TABERNER

-Cuando la audiencia no va bien, se pregunta por la responsabilidad. ¿Hasta qué punto se siente usted responsable?
-Yo soy el responsable máximo de eso con las herramientas que tengo para hacer la programación. Si lee los informes de cumplimiento del contrato programa de los dos años, somos el alumno más aventajado. Donde dice que el índice de inversión en el sector audiovisual tiene que estar en el 35%, nosotros hemos llegado al 40%. Donde dice que la ficción doblada al valenciano debe tener más de un 10% de presencia, nosotros lo hemos cumplido. Donde dice que la inversión en doblaje tiene que llegar al 6%, nosotros lo hemos cumplido. Cuando fiscalizan las horas en las que facilitamos en nuestra programación subtítulos y lenguaje de signos, las cumplimos. Cuando nos dicen que hay que hacer deporte autóctono, o femenino, o minoritarios, lo cumplimos…

Yo tengo una ley y luego un mercado. Y el mercado dice que quiere ver telenovelas turcas, pero no es mi negociado. Llevamos olfateando desde hace tiempo la recuperación de programas clásicos, pero no es fácil porque hay franquicias hipotecadas. Aún así, vamos a poner a punto Alta Tensió. El objetivo es que la gente reconozca una televisión convencional, que no tradicional. Y por el simple hecho de que al resto les funciona.

-Pero si hablamos de gestión, el dato que más se mira es el del share.
-Esa es la espada de Damocles. Sin salir mucho de ese ámbito y con esos datos, también habría que preguntarse por qué hemos podido duplicar los ingresos publicitarios, que es un dato que también nos lo piden. Las previsiones era cumplir los dos millones de ingresos publicitarios y alcanzamos los tres. La realidad es que, a pesar de tener un código de publicidad más restrictivo, tenemos los mismos ingresos publicitarios que Telemadrid. Con una salvedad: nosotros no contamos con los dos millones de la publicidad institucional.

-Recientemente, también en Les Corts, el secretario autonómico de Comunicación, José Manuel Cuenca, opinó que para que À Punt la vean el mayor número posible de ciudadanos se tienen que aumentar los contenidos en castellano. ¿Usted comparte esta consideración?
-Yo la única reflexión que hago es que quienes tienen la capacidad de decidir que eso sea viable saben que hay una ley y un contrato programa y un contrato marco. Es decir, si tienen la solución, que trabajen en encontrarla. 

-¿Pero usted cómo valora esa posible solución?
-Desde un análisis sociodemográfico, hay que pensar cuánta población de la Comunitat Valenciana tiene como lengua vehicular en su domicilio el valenciano. Si de verdad eso es un handicap, significa que yo estoy jugando solo con un porcentaje de la población, ¿no? Y dentro de ese porcentaje de la población, al que le gustan mis contenidos, los entiende y los disfruta, solo ahí, tengo que competir con el resto de cadenas. Hay muchos territorios, poblaciones, comarcas, que quizás no se hayan familiarizado con nosotros por ese componente. Pero yo no tengo datos.

Foto: KIKE TABERNER

-¿Teme que el nuevo Consell busque la fórmula para relevarle de su cargo? 
-Primero, lo que no está en mis manos me deja dormir muy tranquilo. Y segundo, yo ya he trasladado una reflexión: si formo parte del problema, me aparto; si formo parte de la solución, pongamos las luces largas.    

-¿Confía en que el Gobierno realice la aportación por el gasto derivado del IVA?
-Sé que están trabajando para resolverlo. Sé que hay que encontrar una herramienta que no resuelva solo el problema del 2024. Y me gustaría que todos los grupos parlamentarios también colaborasen, habiendo incluido en la ley de presupuestos un artículo que lo garantizaba, aun no habiendo tenido la fortuna de encontrar la herramienta definitiva. Otras cadenas autonómicas tienen diferentes modelos. Algunas tienen la capacidad por ley, por ejemplo, de endeudarse. Nosotros no. Algunos gobiernos han inyectado directamente eso como subvención reintegrable. Y en otros casos me consta que se llegó a estudiar la posibilidad de pedir una póliza de crédito en la que los intereses los pagase la cadena de televisión.

-¿Han comenzado a negociar el nuevo contrato programa con el Gobierno?
-Lo que se dijo es que hay interés en abordarlo porque el hecho de ser prorrogable lógicamente hace que entres en 2024 teniendo que cumplir los objetivos del 2023. Con esos mimbres hemos construido el presupuesto. Ese contrato programa es el entorno de encontrar consenso, porque lo firmaremos cuatro años y debe estar lo suficientemente negociado como para que responda a cualquier realidad futura. Es una herramienta de gestión y puede tener claves que resuelvan algunos de los factores de mejora. 

El contrato programa tiene obligaciones de carácter contractual, de aportaciones, de la inversión que hace la Generalitat en concepto de subvención de transferencia, los 12 millones que van destinados al sector audiovisual, etc. Y ahí hay un asterisco que pone "estas cifras no incluyen el IVA". Pues igual a lo mejor podemos encontrar la manera de tomar una decisión sobre eso. 

-¿Cree que se pueden paralizar las oposiciones?
-No nos consta que haya ahora mismo ningún problema con ellas. Al ser de gran volumen, requieren de un espacio grande, de la constitución del tribunal, etc. Pero a efectos nuestros no se han paralizado.   

Segunda parte de la entrevista

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