CASTELLÓN. Cuando Vicente Montesinos accedió a la presidencia del CD Castellón, manifestó que “este club es inmortal” en clara alusión a la supervivencia del glorioso a pesar de las tentativas, intencionadas o no, de asesinato de la entidad en los últimos años.
Quien escribe no olvida que ese activismo albinegro, que avivó las brasas del sentimiento para evitar que se apagara, esa lucha desinteresada pertenece a unas pocas decenas de aficionados incombustibles. En la mayoría de los casos, socios y accionistas acostumbrados al rodillo de las juntas generales. El fútbol moderno.
Conviene no olvidar cómo en 2012 se consiguieron 20.000 firmas en la Plaza Mayor, la creación de la plataforma Salvemos al CD Castellón y su cantera o el nacimiento de Sentimiento Albinegro como asociación minoritaria que llevó a CS9 a los tribunales y también a Cruz. Cuestiones sin resolución judicial todavía y en las que se piden responsabilidades a esa gestión que tuvo al club al borde de la desaparición.
Volviendo al presente, Montesinos también habló del alma del Castellón como elemento clave para haber sobrevivido a todas estas vicisitudes. El actual presidente sabe cómo conectar con el aficionado a través de su discurso. Él mismo reconoció que fue un grave error entregar las llaves del CD Castellón a un inversor. Económicamente sirvió para regularizar la situación con las instituciones públicas. Pero la gestión fue unipersonal. El máximo accionista tomaba las decisiones y el resto las ejecutaban.
Las inyecciones económicas se efectuaron por medio de ampliaciones de capital, que han llevado a depreciar las acciones hasta los 0,10 euros actuales. Primero aparecieron las grietas en lo deportivo (Pablo Hernández y Dealbert) y posteriormente Montesinos negoció la recuperación del paquete accionarial de José Miguel Garrido. Montesinos calificó esa etapa de una temporada como "de gobierno frankestein". Tras el acuerdo alcanzado en 2,3 millones, el empresario castellonense recuperó la vara de mando del club, anunciando que éste será lo que sus aficionados quieran. Seguramente, el potencial social y económico de la entidad y la mayor garantía jurídica en el control accionarial de la misma, facilitaron esta decisión.
En esta primera temporada, la gestión es antagónica a la anterior. Un apartado económico donde varias personas llevan la voz cantante y una comisión deportiva formada por un grupo de trabajo que toma las decisiones de manera consensuada. Se puede decir que ha democratizado el club. De momento los resultados deportivos avalan esta apuesta. Se da la paradoja que ahora la situación deportiva es buena pero la economía necesita de inyecciones vía esponsorización comercial y también vía ampliación de capital.
Me consta que el club, aprovechará el partido de este domingo, ante el Villarreal, para presentar a los aficionados esa inminente convocatoria a través de una acción que intentará involucrar a toda la masa social albinegra. Días después se ofrecerán públicamente el resto de detalles de esa ampliación. Cantidad total, derecho de suscripción, porcentaje máximo de compra, etcétera.
Si es abierta como parece, ojalá tenga una gran participación. Habrá que esperar a que concluya para hacer valoraciones. En el negocio del fútbol es evidente que en este apartado son los mayores accionistas los que deben cubrir un porcentaje elevado de estas ampliaciones. Ahora bien, abrir el club a que cualquier aficionado invierta su dinero en él es democratizarlo y, por tanto, muy positivo. Pero no se pueden repetir errores pasados. Estaría muy bien que el club apoyara a aquellos que lo defienden en los tribunales e intentar tener más en cuenta la voz del accionista minoritario.
Recuerdo la pasada junta general cuando Garrido dijo aquello de “si ustedes quieren gestionar el club me dan mi dinero y me voy” como claro desafío a los críticos con su proyecto. En ese momento, Montesinos y su equipo cerraron filas en torno al empresario. Meses después cambiaron de opinión. Llega el momento de dar ese paso. Un paso firme que sirva de impulso. Con el cumpleaños centenario del CD Castellón, a la vuelta de la esquina. Afortunadamente.