CASTELLÓ. La alcaldesa de Almassora, María Tormo, ha recibido el distintivo de Sendero Azul para el recorrido de la desembocadura del río Millars que otorga la Asociación de Educación Ambiental y del Consumidor (Adeac). “Este sendero nos permite disfrutar de nuestro entorno natural, en el que el Millars juega un papel fundamental. Sin duda, es un recorrido que merece mucho la pena realizar, invito a todos a recorrerlo porque ofrece un paisaje con gran encanto y valor medioambiental en el que la desconexión está asegurada”, ha indicado Tormo.
Durante la entrega de esta bandera, celebrada en Madrid, la alcaldesa ha estado acompañada de la concejala de Turismo y Playas, Silvana Rovira. De este modo, el itinerario de Almassora se incluye en los 128 senderos azules que hay en España. Este reconocimiento destaca el compromiso del Ayuntamiento de Almassora en la recuperación y puesta en valor de este itinerario paisajístico que promueve la educación ambiental y el disfrute sostenible del entorno a través de la realización de actividades recreativas, deportivas y turísticas sostenibles.
Para lograr este distintivo es necesario cumplir toda una serie de criterios e indicadores, como la señalética e infraestructuras, la conservación y gestión y su uso público. El Ayuntamiento de Almassora gestiona la desembocadura del Millars mediante su participación en el Consorcio Gestor del Paisaje Protegido de la Desembocadura del Millars, espacio natural que comprende también parte de los municipios de Burriana y Vila-real, por lo que la mayoría de las obras de mejora ambiental o regeneración natural de los hábitats del sendero son realizadas por el personal de mantenimiento del Consorcio.
Este itinerario, a su paso por Almassora, abarca aproximadamente cuatro kilómetros, donde se pueden apreciar elementos del patrimonio hidrológico relacionados con el río, como les boqueres o les reballadores, así como los reductos de bosque de ribera que aún persisten y la fauna asociada, incluyendo la avifauna y, en los últimos años, la notable presencia de nutrias, gracias a la mejora de la calidad del agua del río y la disponibilidad de alimento.
El recorrido guiado, dirigido especialmente a escolares, se divide en dos partes. En la primera, se explican los impactos humanos en el río y se lleva a cabo una recogida selectiva de residuos dispersos y, en la segunda parte, se aborda el ecosistema ribereño y sus valores ambientales mediante el juego del teléfono estropeado de la botánica y el de cartas memo de biodiversidad.
Otra de las actividades es la ruta en bici también para escolares, que busca que los alumnos comprendan la problemática de los espacios naturales, la importancia de las zonas húmedas y los ríos, las figuras de protección en el área de estudio, fomentando el interés por el ecosistema fluvial y costero, y promoviendo la sensibilidad y el respeto por la conservación del paisaje. Además, al final del sendero, en la zona costera, se encuentran áreas de protección dunar que desempeñan un papel vital en la reproducción de aves marinas, como el chorlitejo y los charranes.