CASTELLÓ. La Rosaleda de Málaga acogerá la ronda de campeones del Castellón con el recuerdo de la fructífera visita que realizaron los albinegros a ese recinto hace cuatro años, cuando eliminaron al Atlético Malagueño en el play off de ascenso a Segunda División B.
Aquel equipo, dirigido por Kiko Ramírez, defendió con uñas y dientes el 2-1 que obtuvo en el partido de ida con un sufrido 0-0 que le permitió acceder a la última ronda. La clasificación se logró gracias, principalmente, a las intervenciones prodigiosas que realizó el guardameta Álvaro Campos, que hasta en cinco ocasiones abortó ocasiones claras del filial blanquiazul, evitando la eliminación del Castellón.
Campos regresará a ese escenario el 18 de julio, al igual que Marc Castells, el otro futbolista de la actual plantilla que estuvo en ese choque. Lo hará tras reincorporarse a la disciplina albinegra la pasada temporada con el objetivo de ayudar a los orelluts a cumplir el sueño del ascenso a Segunda División, en una situación similar a la del centrocampista valenciano.
El encuentro de esta ocasión, ante el Logroñés, tendrá ingredientes diferentes para la ingesta de sus protagonistas, pues premiará al ganador con el pasaporte al fútbol profesional en una eliminatoria de ascenso directo. Además, La Rosaleda será terreno neutral y el partido se jugará a puerta cerrada.
Lo que no cambiará es el poso que dejará en caso de éxito. El estadio malagueño, que resultó talismán para Castells y sobre todo para Campos, tendrá un significado muy especial para estos jugadores si el Castellón es capaz de celebrar el ansiado ascenso a Segunda División.