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conviene saber / OPINIÓN

Apostemos por la Europa del más

Foto: ROBER SOLSONA/EP
28/05/2024 - 

Hoy, en plena campaña de las elecciones europeas, se cumple un año de las elecciones autonómicas y municipales del 28 de mayo. Y hacer balance sobre qué está suponiendo la coalición reaccionaria entre PP y Vox en las autonomías nos ofrece multitud de pistas de lo que supondría la llegada de la internacional ultraderechista a las instituciones europeas el próximo 9 de junio. Porque aunque éstas nos parezcan lejanas somos cada vez más conscientes de que es en Europa donde se deciden cuestiones esenciales que afectan directamente a nuestro día a día.

Nos enfrentamos a dos modelos diametralmente opuestos. Dos modelos claramente diferenciados. El modelo de más Europa frente al modelo del austericidio.

Y es que ya no es cuestionable que esa Europa más social y más progresista ha puesto fin a las teorías que, por ejemplo, hacían incompatible la cantidad y la calidad en el empleo, que nos hacían elegir entre cualquier empleo y el desempleo, en definitiva, que nos hacían escoger entre el estado del bienestar y el crecimiento del país.

Es obvio que necesitamos a Europa, pero ¿queremos la Europa que dejó caer a la mayoría social en 2012 o la que sostuvo a las empresas y sus trabajadores a través de los ERTES en 2020?

Y es que desafortunadamente, no nos hace falta imaginar lo que será, lo estamos viviendo. Está en marcha en muchas autonomías donde las coaliciones ultraderechistas promocionan la crispación social mientras aplican recortes sociales, limitando los derechos y las libertades, con el claro objetivo de hastiar a la gente corriente, alejarles de la política para así poder campar a sus anchas.

Foto: ROBER SOLSONA/EP

Hace un par de días le preguntaban al señor Mazón por este primer año al frente de la Generalitat Valenciana, y en sus declaraciones pudimos observar una vez más, ese mar de contradicción en el que está inmerso el partido popular y como lo transmite cada vez que tiene ocasión.

Y por ese motivo, es necesario recordar algunas cuestiones para entender el momento actual y sus derivadas. Cuando el gobierno de Ximo Puig salió de la Generalitat, ésta era sustancialmente mejor que la que el president Puig encontró a su llegada en 2015, y esto no lo digo yo, lo avalan las fuentes estadísticas públicas que cualquier interesado puede consultar. Y es que es incontestable que de la mano de la sociedad valenciana, consiguió transformar la Comunitat del despilfarro, la corrupción y los recortes, en una tierra estable, confiable, llena de esperanza y con una reputación que fue capaz de atraer proyectos tan importantes como la gigafactoria de baterías. Además de sembrar algunas semillas más que a lo largo de este tiempo han ido germinando. O acaso ¿alguien cree que las inversiones actuales, han sido el fruto de un gobierno con escasa dedicación, retroalimentado por una ideología retrograda y caótico en su gestión con apenas un 5% de su presupuesto ejecutado en la mitad de sus consellerias?

Un gobierno y un presidente tiene el deber de mejorar la vida de quienes le votaron y de los que no. De hacer política para la mayoría, apostar por el consenso, el dialogo y la verdadera concordia. Pero en el caso del actual jefe del Consell, encontramos todo lo contrario.

No se había cumplido un año de su gobierno y ya tenía a la educación pública en la calle por los recortes en uno de los derechos más esenciales como es el de la educación. La respuesta a esa huelga ha sido más grave si cabe, un recorte adicional de 5.000 docentes para el curso siguiente.

Foto: ROBER SOLSONA/EP

No se había cumplido un año de su gobierno y ya tenía a los colectivos del movimiento LGTBI ninguneados e invisibilizados, con sus injerencias y permitiendo medidas como la retirada de películas y materiales que luchan por la igualdad y por la diversidad.

No se ha cumplido un año y ya tiene a las entidades y empresas reclamando impagos, en materias tan esenciales como la dependencia o la sanidad. Y es que nos habla de esfuerzos extraordinarios de su gobierno para cumplir con los pagos mientras baja los impuestos a los grandes patrimonios, ¿les parece eso coherente?

Estamos ante el presidente más radical de la historia de la Generalitat Valenciana el que mientras agita el avispero del recelo catalán y desempolva al fantasma dels països catalans, responde que la sociedad valenciana está crispada porque así es en general, que esta es la España de Sánchez, ajeno a su papel principal en este escenario de conflicto constante que alimenta el  PP porque no soporta perder el poder y que se desplieguen las políticas progresistas.

Que el PSOE inicie su campaña a las europeas en Valencia no es casualidad, a los socialistas de España les importa la Comunitat Valenciana y por ese motivo, se pone el foco en el apoyo a la ciudadanía valenciana. Porque mientras unos abogan por una falsa libertad, la libertad de insultar mientras recortan 5.000 docentes de la escuela pública, el PSOE apuesta por la libertad de verdad, la libertad para ser y estimar cada cual como quiera, libertad para estudiar y así trabajar en aquello que quiera y como quiera con derechos. El PSOE defiende la libertad que ofrece la formación, la ciencia, las becas, la de los servicios públicos, la de los espacios dignos, la de la vivienda asequible, como reclamaba la candidata socialista Teresa Ribera el pasado jueves en el espacio Rambleta en el inicio de campaña.

Los valencianos y las valencianas nos merecemos un Consell que mire a Europa, con más derechos, más libertades, más crecimiento justo y sostenible, más justicia social. Todos estos valores básicos en democracia están en peligro si dejamos que la coalición ultraderechista avance y ocupe nuestras instituciones europeas.

La ciudadanía valenciana, la española y la europea nos merecemos seguir creciendo en igualdad, en derechos y libertades y eso solamente será posible si apostamos por la Europa del más.

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