VALÈNCIA. ¿Quién puede prever que en un concurso para un puesto directivo va a haber siete candidaturas y ninguna pueda ocuparlo? Pues À Punt, tampoco. La radiotelevisión pública ha dejado vacío el despacho de la Dirección de Administración de la Corporació Valenciana de Mitjans de Comunicació. Lo ha en consecuencia de dos factores: en primer lugar, el cese de Carolina Marín González, la hasta ahora titular de este puesto, que accedió a él en 2017. En segundo, el concurso para sustituirla, que ha sido muy polémico, ha acabado desierto definitivamente tras las alegaciones de las candidaturas.
En el caso del segundo, la Corporació Valenciana de Mitjans de Comunicació ha emitido un informe rechazando los argumentos de las personas candidatas porque ninguna de ellas puede acreditar la posesión de un título de Grado en Economía o Administración y Dirección de Empresas además de tres años de experiencia “en niveles de responsabilidad en el ámbito de la gestión i/o fiscalización económica, contratación del sector público y de recursos humanos”. Tres de las siete personas candidatas han intentado modificar su estatus, sin éxito, por lo que el concurso no se ha podido resolver.
Este proceso ya ha sido noticia al haber À Punt eliminado el requisito del valenciano con la excusa de atraer a más personas válidas para presentarse, algo que ha sido censurado por las principales entidades en defensa del idioma propio en el sector público.
El concurso desierto se da en pleno mes de agosto, cuando la práctica totalidad de directores y directoras de la radiotelevisión descansa por vacaciones, algo que retrasará la urgencia por cubrir la plaza. Según fuentes oficiales de À Punt, en septiembre volverá a iniciarse este mismo concurso, si bien no debería tardar en resolverse más que unas semanas.
El momento más visto fue la bajada de la Senyera con un 20,4% de cuota de pantalla, donde À Punt lideró la audiencia por delante del resto de cadenas.