VALÈNCIA. ¿Cúales son las dos cosas que si tienes te las doy, pero si no las tienes no te las puedo dar? Muy fácil: la razón y la credibilidad. Yo creo que Alberto Núñez Feijóo tiene las dos. Sobre la primera algunos podrán discutirla, pero sobre la segunda no existe la más mínima duda. El presidente del Partido Popular lo volvió a demostrar una vez más la semana pasada, esta vez ante los empresarios más importantes de la Comunitat Valenciana en las visitas que giró a València y Benidorm.
Entiendo que quien no lo haya tratado, y teniendo en cuenta lo que tenemos ahora mismo, fuera escéptico a la cita con Feijóo el pasado jueves. ¿Quién será éste que ahora quiere gobernar?, se preguntarían muchos. Cara a cara, mirándose a los ojos, es como de verdad conocemos a las personas. Aquí dejaré que sea Rosana Crespo en su crónica en Castellón Plaza quien determine las conclusiones del encuentro: La intervención frente al pleno de la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE) “primó la centralidad y por la que sus oyentes manifestaron agrado con asentimientos y aplausos […] con un gran perfil de gran gestor de lo público debido a su trayectoria en Galicia”. Al final, “la impresión entre los empresarios fue que venía con los deberes hechos y que sabía lo que tenía que decir”.
A quienes conocemos a Feijóo y le hemos apoyado durante años no nos puede sorprender. Sabemos que es una persona muy especial, que tiene España entera en su cabeza con un proyecto sólido y sensato, a la par que ambicioso para recuperar todo el potencial de nuestro país y convertirlo en uno de los más prósperos de Europa. Ha conocido la Administración General del Estado, pero también la autonómica porque España no se acaba en la M-30 ni tampoco limita al Este con Cataluña y al Norte con Euskadi.
Todos formamos parte de este gran país nuestro, de ahí que esa llamada “visión autonomista” que achacan al líder del PP no es una crítica, sino un elogio. Cada uno aportando lo mejor de sí mismo para conseguir el objetivo de todos, trabajando como un organismo. No en bloque, sino por partes. Un cuerpo no puede ponerse en marcha sin que todos sus órganos funcionen de manera sincronizada: cerebro, corazón, piernas y brazos. Si las piernas echan a caminar por su cuenta, pero no tienen flujo sanguíneo fallarán y se caerá. Esta es la diferencia entre nacionalista y autonomista, unos quieren ir por su cuenta mientras que otros nos apoyamos a la par para seguir adelante.
De ahí que los compromisos de Núñez Feijóo con los empresarios sean tan firmes a largo plazo. Sí al Corredor Mediterráneo, sí a un nuevo modelo de financiación autonómico que supere el aprobado por el PSOE en 2011 y que ahora maneja ERC a su antojo. Esto solo se puede conseguir a través del consenso de los dos grandes partidos nacionales: PP y PSOE. Esa es otra de las grandes diferencias que hay entre Pedro Sánchez y Núñez Feijóo y que, seguro, notaron los empresario.
Pedro Sánchez piensa en el próximo trimestre, Núñez Feijóo diseña la siguiente década. Mientras el actual presidente del Gobierno habla para sus socios parlamentarios populistas y nacionalistas, el próximo jefe del Ejecutivo lo hace para todos los españoles. Puede ser el jueves para los empresario de Valéncia o el viernes para los hoteleros de Benidorm. Para todos una propuesta y una explicación. A unos les explica su idea de financiación e infraestructuras; a la principal industria de la Comunitat un PERTE de 12.000 millones de euros, programas de modernización y empleo.
¿Se acuerdan de aquello de Pablo Iglesias II? “Para ti las competencias de Turismo, tú dame los telediarios”. Pues eso. Esa es la diferencia de quien quiere el poder para ostentarlo y quien lo hace para gestionarlo. Y es por eso también que desde los ministerios tanto de Podemos como del PSOE no le han hecho ni puñetero caso a este sector tan importante para la Comunitat Valenciana. El colmo, el 80% de los hoteles de Benidorm se han salido del Imserso porque no han actualizado los precios y son incapaces de afrontar el programa sin pérdidas.
Los socialistas y podemitas dicen que se preocupan por los mayores, pero no es solo las pensiones, también es su vida en la jubilación, su ocio y su disfrute bien ganado tras una vida entera trabajando. Pero les importa un pito. Parafraseando a Paco Martínez Soria, “el turismo es un gran problema” para la izquierda. Cuando no la tasa turística, los precios del Imserso, el caso es fastidiar al sector.
De este desapego a quien no me interesa vienen muchos de los problemas que ahora nos enfrentamos. Vienen tiempos difíciles, muy difíciles, pero siempre sabemos que hay una luz al final del túnel que ha vuelto a brillar esta semana en València: Alberto Núñez Feijóo. Aquí hay futuro. Confíen.