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la patronal calcula el importe en 213 millones, equiparable al beneficio anual del sector

Ascer advierte que el Fondo de Sostenibilidad del Sistema Eléctrico tendrá un coste inasumible para el azulejo

El Gobierno elabora un anteproyecto de ley que extiende a todas las empresas que vendan energía la obligación de financiar los 7.000 millones que se destinan cada año a renovables, cuando hasta ahora solo las eléctricas asumían estos importes.

11/01/2021 - 

CASTELLÓ. La Asociación Española de Fabricantes de Azulejos y Pavimentos Cerámicos -Ascer- ha alertado que el Fondo Nacional de Sostenibilidad del Sistema Eléctrico (FNSSE) que prepara el Gobierno puede suponer un sobrecoste energético al sector que rondará los 213 millones de euros al año, lo que equivaldría a todo el beneficio anual de esta industria, además de "torpedear su competitividad frente a nuestros socios europeos y de fuera de la Unión".

La situación, según esgrime la patronal azulejera española, con sede en Castelló, supondrá un nuevo "mazazo al sector en la coyuntura actual, con empresas atravesando problemas de liquidez y con una gran incertidumbre, ya que el impacto del FNSSE será inasumible para un gran número de empresas".

Para Ascer, el coste generado por la implementación del Fondo Nacional de Sostenibilidad del Sistema Eléctrico en el quinquenio 2021-25 para el sector cerámico ascendería a 213,5 millones de euros adicionales, cifra que supone prácticamente todo el beneficio anual del sector y corre el riesgo de dejar fuera del mercado internacional a un gran número de empresas, ya que no podrán trasladar este coste adicional al precio final y mermará su competitividad.

El Ministerio de Transición Ecológica, según detalla la patronal cerámica a través de un comunicado, ha elaborado un anteproyecto de ley que extiende a todas las empresas que venden energía -y no solo a las eléctricas como sucedía hasta ahora- la obligación de financiar los 7.000 millones destinados cada año a las renovables, la cogeneración y la valorización energética de residuos (RECORE). El FNSSE establece, de este modo, un reparto entre los sectores energéticos (productos petrolíferos, gas natural y electricidad) para evitar así subidas del precio de la electricidad, lo cual desincentivaría la electrificación de la economía y la inversión en fuentes renovables, contrarios a los objetivos de descarbonización. Las obligaciones de las aportaciones al FNSSE recaen sobre las comercializadoras de sectores energéticos, y el coste acabará siendo repercutido a los consumidores finales, según explica Ascer.

Por todo ello, desde la asociación que aglutina a las empresas cerámicas se ha presentado una batería de alegaciones ante lo que entienden "una nueva falta de sensibilidad del gobierno por la industria, el único eslabón de la economía que hoy por hoy está garantizando empleo estable y de calidad y que está soportando en buena medida la economía española en este contexto de crisis sanitaria y económica".

Las alegaciones van orientadas principalmente, según explican desde Ascer, a evitar que sectores que no tienen una alternativa al uso de gas natural, y que compiten en mercados internacionales, no se vean perjudicados por la creación de este Fondo.

Entrará en vigor de forma progresiva

El FNSSE entrará en vigor de forma escalonada en el periodo 2021-2025, comenzando con un peso del 20% en 2021 y alcanzando el 100% en 2025. Año en que, si este planteamiento sigue adelante, la factura energética sectorial se incrementará un 14%.

Este fondo, según apunta Ascer, implica un sobrecoste para el sector sin ofrecer nada a cambio, cuando el sector ha puesto de manifiesto el deficiente estado de las redes y el excesivo coste de la energía frente a sus competidores. "Así que no solo no se ponen medios para mejorar el sistema sino que además, se pretende pagar más por el mismo sistema deficiente", argumenta la patronal.

Según denuncia la industria azulejera, con este proyecto de ley "de nuevo se hostiga a la industria para que abandone el consumo de gas en un plazo nada realista y sin ofrecer alternativas técnicas viables ni garantizar su competitividad. Resulta contradictorio que desde el gobierno se insista en el apoyo a la industria cuando en paralelo se plantean mecanismos como el FNSSE, que no sólo golpea a la competitividad de la industria, sino que desincentiva totalmente la inversión y la llegada de fondos extranjeros".

El sector, por otro lado, dice asumir su compromiso con la descarbonización, no en vano ha reducido sus emisiones un 50% en los últimos 30 años y es líder en eficiencia energética en sus procesos, sin embargo, es preciso ser realistas y tener un horizonte técnico y competitivo claro para acometer esa transición. Hoy por hoy, según explican las mismas fuentes, no hay ninguna alternativa energética al gas natural que garantice la viabilidad técnica y que sea competitiva. Forzar al sector a esa transición en el estado actual significa empujarlo a su destrucción y con él, los 60.000 empleos que de él dependen.

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