CASTELLÓ. El juicio por las muertes en la residencia Domus Vi de Alcoy en la primera ola de la pandemia por la Covid-19 afronta la recta final, pues el jueves será ya el momento de las conclusiones y quedará visto para sentencia. En la jornada de este martes, la séptima, se ha podido escuchar las declaraciones de dos peritos aportados por la aseguradora Mapfre, que junto a Quavitae (que gestiona Domus Vi) son las dos partes demandadas, y han defendido la actuación del centro, apuntando frases como que “se actuó acorde a los protocolos que había en ese momento y que se iban actualizando”. Recordar que fallecieron 74 personas y la demanda ha sido interpuesta por 46 familiares de 18 residentes, de los que 15 fallecieron.
Una perito ha afirmado que “no me parece asombrosa la mortalidad que hubo en esa residencia”, basándose en la situación que se daba de manera general y comparó lo que se vivió en la Comunitat Valenciana con la de la Comunidad Madrid, en tanto a temporalidad como a virulencia, y ha apuntado que Domus Vi se avanzó al protocolo de la Generalitat Valenciana, pues contaba con uno propio desde días antes.
“Mejor en la residencia que en el hospital”
Sin embargo, para estos peritos y en contra de lo que otros declararon, “la edad cronológica no es un factor determinante en los fallecimientos, pero sí su situación física y cognitiva, el grado de fragilidad”, apuntando por solo por tener más edad no se es más frágil, sino que debe ir acompañado de enfermedades.
Un tema cuestionado a lo largo del juicio ha sido el no realizar traslados al hospital y estos peritos han remarcado que un traslado podía haber sido más perjudicial, teniendo en cuenta la situación que se vivía en los centros sanitarios, y que en Domus Vi se les podía suministrar el mismo tratamiento con garantías, pues la propia catalogación del centro así lo contempla. “Los enfermos estaban más cómodos en esta residencia medicalizada que en el Hospital. Allí no se hubiese hecho nada diferente”. No dudaron en afirmar que la situación que se vivió en todo el país fue de “catástrofe sanitaria, pues las necesidades superaron a los medios disponibles”.