CASTELLÓ. La Comunitat Valenciana empieza de manera generalizada la recolección de las variedades tempranas de las frutas de hueso (melocotón, nectarina, cereza, ciruela y albaricoque) con unas perspectivas de producción alarmantes. Según las estimaciones de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-Asaja), la cosecha autonómica sufre una merma del 60% a causa del continuado abandono de explotaciones y por los devastadores daños ocasionados por las adversidades climáticas, sobre todo las lluvias acumuladas en los meses de marzo y abril coincidiendo con las fases de floración y brotación de los frutos. Tal es la gravedad que hay campos que no recogerán ninguna fruta, siendo los casos de afección más significativos la cereza en las comarcas centrales y el albaricoque y el paraguayo en La Ribera.
Este importante descenso de aforo en tierras valencianas se suma a la escasez a mínimos históricos de fruta de hueso en el resto de regiones españolas, así como en otros países mediterráneos como Francia y Turquía, debido en este caso a los efectos de la ola de frío ártico a inicios de la primavera. Cabe destacar la pérdida de hasta el 80% de la cosecha en zonas de Cataluña, Aragón y Murcia, las principales áreas productoras del país.
En este escenario de precaria oferta, AVA-Asaja constata un mayor interés comercial respecto a campañas anteriores hacia frutas de calidad con destino a los mercados de la Unión Europea y subraya que debe traducirse en un alza de los precios en origen que compense ese desplome de producción comercializada.
El responsable de fruta de hueso de AVA-Asaja, José Luis Sanz, confirma que “los precios ofrecidos a los agricultores por las variedades tempranas son más altos por calibre. El problema es que no tenemos ni la mitad de la cosecha habitual por culpa de las lluvias, del frío y del viento. El mercado deberá entender que esta campaña viene muy corta y si quiere lo poco que hay en el campo tendrá que pagar un precio digno”.
Sanz pide a la gran distribución que otorgue máxima prioridad a la fruta de hueso de proximidad porque “si la rentabilidad del cultivo se mantiene en números rojos como está sucediendo desde hace años, el abandono de campos seguirá aumentando y la fruta de hueso podría acabar desapareciendo de la agricultura valenciana más pronto que tarde”.
Un estudio de AVA-Asaja a partir de datos del Ministerio de Agricultura revela que la superficie dedicada a las frutas de hueso ha caído un 21% en la Comunitat Valenciana durante la última década, pasando de 14.933 hectáreas en 2012 a 11.782 hectáreas en 2021. La tendencia a nivel nacional refleja un descenso menos acusado, del 10%, al disminuir de 148.302 hectáreas en 2012 a 133.410 en 2021.
En este contexto, el presidente de AVA-Asaja, Cristóbal Aguado, advierte de que “solo unos precios más elevados pueden compensar ligeramente la disminución de kilos, porque si no supondría una auténtica ruina para los agricultores. Aún así, habrá muchos que no tienen contratado el seguro y perderán la cosecha de todo un año. Las empresas de la distribución han de comprender la realidad del campo y han de saber que la estabilidad de la cadena agroalimentaria depende de la estabilidad de los productores. Con sus prácticas abusivas están rompiendo la cadena y esto solo puede traer para el país una pérdida económica, social y medioambiental”.