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Las organizaciones se manifiestan en valència para pedir herramientas contra la plaga

AVA-Asaja y La Unió cifran en 120 millones las pérdidas ocasionadas por el cotonet a la naranja

10/07/2020 - 

CASTELLÓ. La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-Asaja) y La Unió de Llauradors i Ramaders cifran en 120 millones de euros las pérdidas que la plaga del cotonet de Sudáfrica, que se extiende por la citricultura de la Comunitat, causará en la próxima campaña debido a la ausencia de un método efectivo para combatirla.

Así lo han constatado en la manifestación que han convocado este viernes en València, a las puertas de la Delegación del Gobierno, y a la que han acudido centenares de personas. En la protesta las organizaciones agrarias han reclamado la autorización de herramientas de lucha eficaces y la compensación de los daños ocasionados por la plaga. De los 120 millones de pérdidas, 6 corresponden al coste de los tratamientos utilizados, que no tienen apenas efectividad, y 114 a los perjuicios directos sobre la fruta, han detacado.

La concentración, bajo el lema Nuestros cítricos están en peligro. Soluciones para el cotonet ya, que ha contado además con el respaldo de Fepac-Asaja, UPA-PV y el Comité de Gestión de Cítricos, ha hecho hincapié en la descoordinación y el enfrentamiento entre las distintas administraciones competentes –autonómica, nacional y europea– para aportar soluciones que permitan garantizar la sanidad vegetal en la agricultura valenciana.

En este sentido, el presidente de AVA-Asaja, Cristóbal Aguado, ha rechazado "el juego de tenis que están disputando la Conselleria de Agricultura y el Gobierno central, cuando todos tienen culpa en el problema de las plagas y enfermedades agrarias. El Gobierno no evitó la entrada del cotonet por el puerto de Sagunto; y la Generalitat tampoco hizo los deberes para erradicarlo. Luego está la Unión Europea, cuya política fitosanitaria suprime materias activas sin ofrecer alternativas viables, lo que dispara el desperdicio alimentario y arruina a los agricultores". Por ello, Aguado ha instado a "no votar a quien no soluciona nuestros problemas".

Por su parte, el secretario general de La Unió, Carles Peris, ha reprochado a los políticos que les hagan "la vida imposible, somos un auténtico coladero de plagas y, encima, mientras a los agricultores europeos nos prohíben cada vez más materias fitosanitarias, dejan entrar importaciones de países terceros que siguen utilizando esas mismas sustancias, lo que genera una competencia desleal. La Generalitat da ayudas a todos menos a los agricultores y cuando nos prometen algo, después no lo cumplen. En cuanto al ministro de Agricultura, Luis Planas, no hace nada por los agricultores valencianos y parece que busca un sillón en Bruselas".

Documento para trasladar a Madrid

Tras los parlamentos, los representantes de las organizaciones agrarias han registrado un documento reivindicativo dirigido a la delegada del Gobierno, Gloria Calero, para que traslade a Madrid otras demandas, como la asignación de un único puerto de entrada por estado miembro para los cargamentos de cítricos procedentes de terceros países, a fin de lograr la máxima especialización y mejorar la coordinación de los controles fitosanitarios de la UE; establecer inspecciones de seguridad alimentaria y sanidad vegetal en los países de origen; exigir al laboratorio nacional de referencia, que el Gobierno ha trasladado de València a Lugo, que realice análisis de muestras asintomáticas a la fruta que entra por el puerto de Vigo; así como establecer una etiqueta distintiva que realce las ventajas fitosanitarias y ambientales que presentan los productos agrarios europeos respecto a los foráneos.

Con este acto de protesta, el sector agrario valenciano da continuidad al calendario de movilizaciones iniciado a principios de año, interrumpido durante el estado de alarma por la covid-19 y retomado el pasado 26 de junio con un acto ante la Conselleria de Agricultura en protesta por la desastrosa campaña de cebollas y patatas en la huerta valenciana. Si las administraciones no proporcionan soluciones, el sector agrario valenciano presagia un "otoño caliente".

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