VALÈNCIA (EP). La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-Asaja) ha advertido este martes de que el escarabajo de la trufa (Leiodes cinnamomeus) ha provocado unos "daños récord" en la última campaña de la trufa negra (Tuber melanosporum), en la que ha llegado a causar pérdidas de producción y depreciaciones del valor comercial que superan el 80 por ciento de las trufas cultivadas en la Comunitat Valenciana, sobre todo en las plantaciones adultas.
Ante esta expansión "sin precedentes", AVA-Asaja ha pedido a las administraciones que "potencien" la investigación para hallar soluciones "eficaces" contra esta plaga, según ha informado la organización agraria en un comunicado.
Los productores lamentan que las trufas extraídas del suelo con presencia de este coleóptero "pierden todo o buena parte de su elevado valor en el mercado". Los precios en origen de esta temporada se han situado entre 400 y 600 euros por kilo (€/kg), incluso hasta los 1.000 €/kg, debido precisamente a la escasez de oferta que ha ocasionado esta plaga.
Sin embargo, la afección del escarabajo sobre la imagen estética del producto, que restringe "de forma drástica" el canal de venta Horeca (hoteles y restaurantes), y la "sobremaduración" que genera el escarabajo, han hundido las cotizaciones, en caso de encontrar comprador, a apenas 80-90 €/kg, es decir, a la quinta parte respecto a una trufa en buen estado.
El asociado de AVA-Asaja en El Toro José Orduña ha lamentado que ha habido semanas, sobre todo de noviembre a enero, que no ha vendido "ni un kilo de trufas libre de escarabajo", lo que ha mermado "absolutamente" la rentabilidad de su explotación.
"Porque el trabajo es el mismo, pero los ingresos han caído una barbaridad. Si seguimos así, sin sacar nada útil contra la plaga, esto se acaba. Y es mucho lo que está en juego, pues la truficultura se ha convertido en la alternativa de cultivo más atractiva para la gente joven y sin ella aumentaría el despoblamiento de estas comarcas del interior", ha alertado.
El experto en truficultura Santiago Reyna ha subrayado que el escarabajo "no es una plaga nueva, pero en la última década está multiplicando sus poblaciones y sus daños a niveles históricos conforme las plantaciones se intensifican y garantizan una producción estable".
"Cuando la trufa era silvestre había años sin producción en los cuales los escarabajos se morían por falta de alimento, y en años posteriores no les daba tiempo a reproducirse a nivel de plaga. Ahora, al ser continua la producción, los escarabajos no tienen ningún año en que no tengan comida", ha detallado.
Teniendo en cuenta esta nueva realidad del cultivo, AVA-Asaja apuesta por la investigación de alternativas que permitan reducir los ataques del escarabajo de la trufa en las explotaciones, tales como el control biológico, el trampeo masivo y prácticas culturales.
El investigador de la Universitat Politècnica de València (UPV) Vicente Navarro ha explicado que su equipo empezó en 2016 las investigaciones "con compuestos volátiles atrayentes de escarabajo y prácticas culturales, a través de un convenio con el Gobierno de Aragón, pero este proyecto no tuvo continuidad con la Generalitat Valenciana debido a la baja incidencia de este coleóptero en la Comunitat hace una década".
Actualmente, el Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA) estudia la mejora de la eficacia de atrayentes con aroma de trufa, mientras que la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) analiza la incidencia de nemátodos.
Para Navarro, "otra alternativa que podría ser interesante analizar es la identificación de un parasitoide eficaz para su cría y suelta masiva. En cuanto a medidas culturales, es aconsejable una recolección continuada (dos o tres veces a la semana) a partir de noviembre, para retirar las trufas antes de que maduren y sirvan de refugio para los escarabajos, así como retirar la tierra que rodea a las trufas afectadas para eliminar los huevos, larvas o adultos que las acompañan. No obstante, como el escarabajo de la trufa únicamente tiene una generación al año, el proceso de investigación resulta largo y difícil".
Por otra parte, AVA-Asaja ha insistido en solicitar a la Generalitat Valenciana que realice las gestiones oportunas para que las plantaciones truferas en terrenos agrícolas de la Comunitat Valenciana sean consideradas como cultivos agrícolas, "en las mismas condiciones que el almendro o el olivar, en lugar de mantener su clasificación como forestales, lo que acarrea trabas y una pérdida de competitividad respecto a otras comunidades".
La organización ha recalcado que la Conselleria de Agricultura "se comprometió a estudiar vías legales junto a la Conselleria de Medio Ambiente en aras de atender esta demanda".