MADRID (EFECOM).El ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, José Luis Ábalos, ha dicho este lunes que la decisión de suspender todas las actividades esenciales, que se adoptó sin debate interno, ha sido dura y difícil pero que el Gobierno no se podía permitir vacilar y ha asumido "lo que tenía que asumir".
En una entrevista en Los Desayunos de RTVE, Ábalos ha explicado que la medida, adoptada ayer por el Consejo de Ministros y publicada a última hora de la noche en el Boletín Oficial del Estado (BOE) era la alternativa más eficaz, necesaria y pertinente.
Se trataba de responder a "una cierta evolución", planteada tras un periodo en el que la actividad había bajado mucho y aprovechando una coyuntura -la proximidad de la Semana Santa-, en la que se pueden añadir días de descanso al confinamiento ya decretado con anterioridad.
Es una medida dura y difícil, ha admitido, pero el Gobierno no se puede permitir vacilar, aunque "otros sí"; no se trata de que el Gobierno haya cambiado de opinión, sino que ha actuado en función de la evolución de la pandemia de coronavirus, buscando un equilibrio.
Se ha asumido "lo que se tenía que asumir", ha dicho, pero "los datos hospitalarios nos han llevado a tomar medidas de forma gradual", y no a "estancarnos en una situación política, sino en función de cómo se desarrolla la epidemia".
La tardanza en comunicar el parón en la actividad no se debió a ningún debate interno en el seno del Consejo de Ministros, ha asegurado, sino a las dificultades técnicas para redactar con rigor legislativo un decreto ley tan complejo.
Por lo que respecta a las críticas que la medida ha recibido por parte de los empresarios, Ábalos ha reconocido que es "normal que no se felicite, es una medida restrictiva y por tanto duele, y le duele al Gobierno al tomarla, pero hay que tomarla de modo inmediato".
Además, ha explicado, se ha de tomar "de forma gradual", de ahí que se haya dado de plazo un día.
En su opinión, hubiera sido peor, "y en eso sí hubo debate", que algunas actividades cesaran y otras no, por lo que se decidió esta fórmula, "lo más parecido a unas supuestas vacaciones que no lo son".
Según ha explicado, el cese de algunas actividades y no de otras no era una alternativa, porque para las que cerraran la reapertura hubiera sido muy difícil, mientras de que de esta forma es más fácil retomar la actividad.
Hay actividades, ha dicho, que no son esenciales para la economía pero sí para alguna comunidad autónoma, y que han tenido en cuenta, como las conserveras en Galicia o los altos hornos en el País Vasco, que no pueden dejar de funcionar.
Se trata de una medida "excepcional", algo que sólo se recuerda "de tiempos de guerra" y que se ha adoptado al considerarla "la más correcta".
El Gobierno se atiene a los datos sanitarios y responde a los requerimientos de la crisis, ha señalado en ministro, y acomoda sus decisiones a la evolución de la enfermedad, sobre la cual "empieza a haber indicadores de esperanza de control sanitario".