VALÈNCIA. Rubén Baraja se hace experto en recuperar jugadores para la causa desde que tomó las riendas del banquillo del Valencia CF hace más de un año. El técnico vallisoletano ha ido 'jugando' con las herramientas que dispone y ha dado síntomas de ser un entrenador que sí cree en las segundas oportunidades. Estado de forma, adaptación, mentalidad y paciencia son algunos de los factores que ha empleado Baraja para explicar el momento delicado de algunos de sus jugadores, que estaban teniendo poco protagonismo dentro de sus planes.
El caso más llamativo sin duda es el de Hugo Duro. El madrileño ha pegado un cambio radical en apenas un año. El '9' valencianista se ha convertido en el ariete del Valencia por derecho y suma doce dianas cuando el año pasado solo había marcado uno. Baraja le ha esperado y Hugo ha revertido la situación a base de trabajo y goles. En doce meses, el Valencia ha revalorizado un activo que parecía difícil de recuperar.
Fran Pérez fue el primero que aprovechó las limitaciones económicas del Valencia el pasado verano para 'limpiar' la cabeza y convencer a Baraja. De tener algunos minutos con Gattuso, el canterano perdió peso en favor de Diego López y su futuro pasaba por marcharse cedido al Elche. La falta de fichajes y su trabajo en pretemporada cambió la opinión del 'Pipo'.
Otro jugador que ha dado un salto de calidad es Cristhian Mosquera. Una situación llamativa puesto que el central no jugó ningún minuto con Baraja la pasada temporada en competición oficial. Para colmo, se lesionó en pretemporada y apenas pudo convencer a Baraja. El Valencia rechazó una importante oferta de la Serie A y cuando le llegó la oportunidad la aprovechó para afianzarse como líder de la defensa.
Por otro lado, Baraja también ha sabido gestionar el momento de Hugo Guillamón. El canterano perdió su sitio tras el Mundial de Catar y posteriormente arrancó la primera vuelta como suplente. Sin embargo, las lesiones le abrieron un hueco y Baraja no dudó en comprobar si ya estaba preparado para aportar al equipo. Hugo Guillamón respondió y vuelve a ser una pieza importante para el Valencia.
El último jugador en reengancharse ha sido Roman Yaremchuk. El ucraniano venía de pasar dos años complicados y Valencia era un reto para volver a sentirse futbolista. No ha sido un camino fácil, pero el ucraniano se ha ganado un sitio al lado de Hugo Duro y también está asomando la cabeza en la selección de su país.
Además, existe otro jugador que aprovechó la confianza de Rubén Baraja para mejorar sus prestaciones: Gabriel Paulista. Dos años marcados por la irregularidad y las lesiones le hicieron perder peso en el equipo. El Valencia le buscaba salida desde el pasado verano, pero eso no varió el criterio de Baraja que logró sacar una versión mejorada del brasileño. Finalmente, el Valencia no quería que renovara automáticamente su contrato y sus últimos meses le valieron para recalar en el Atlético de Madrid.