CASTELLÓ. Sintonía, complicidad e intimidad. Tres adjetivos que definen a la perfección el concierto que Bea Montero y Javier Bruna ofrecerán el próximo 21 de septiembre al público de Castelló. El dúo, con la madrileña al piano y a la voz y con el tudelano al saxofón, interpretará gran parte de su repertorio de música con esencia jazzística que, en directo, genera momentos de gran conexión musical y comunicación en el que se potencia la escucha, el diálogo y el juego.
Fue la noche madrileña quien unió los caminos de ambos. El mítico Segundo Jazz Club hizo de punto de encuentro de dos artistas que, a partir de aquel momento, decidieron empezar a caminar juntos. Tanto profesionalmente como, más tarde, sentimentalmente. Camino que les llevó a iniciar un proyecto en dúo que Bea define como "muy bonito, porque junta los mundos creativos de cada uno. Están las composiciones de Javier y las mías, y cada una tiene un poco como sus tintes, porque él es más jazzístico y yo, aún teniendo también cierta esencia de jazz, también tengo ciertos aromas más indies, folk... Entonces aquí van combinando".
Ambos, en concierto, intercalan los temas compuestos por uno y otro "como si fueran una suerte de mil hojas musical, de forma que se complementan muy bien y se ayudan a brillar más", cuenta Javier. Conciertos en los que juega una parte primordial la improvisación, la creación en vivo. Sin ella no podría entenderse la actividad del dúo: "La improvisación es un elemento fundamental dentro de cada una de nuestras canciones. En el 90% de los temas hay unas zonas abiertas donde, sobre una rueda de acordes, inventamos un solo o conversamos musicalmente. Esto puede llevar a innumerables lugares distintos. Es aquí donde precisamente reside la magia del momento", sigue el tudelano.
Estas zonas improvisadas, más abiertas, son las que dinamizan el concierto y, según el saxofonista, las que "impiden que el público se aburra al margen de que no conozcan previamente los temas que vamos a tocar". Sin ellas nada sería lo mismo. Porque la creación en vivo lleva a ambos artistas a conectar, a viajar por sus emociones, a atrapar y a hacer disfrutar al público.
La clave de lo anterior, lo que realmente hace especial al dúo y hace posible su éxito es, sin duda, la complicidad que sienten el uno con el otro. Una conexión basada en la música, el trabajo conjunto y en el interés mutuo por descubrir y entender los mundos que interesan al otro: "Nos entendemos muy bien porque tenemos mucho interés por descubrir y conocer nuevas maneras de hacer. Yo dentro de mi mundo y mis gustos musicales me voy impregnando también de los gustos y maneras de hacer de Javier y viceversa", detalla Bea.
Antes de llegar a Castelló ambos han acudido a festivales de la talla del Museg Segovia, uno de los festivales de música más antiguos de España y en el que los artistas tocan a los pies del Alcázar en la pradera de San Marcos. "Poder ver tu nombre en el cartel del Museg es brutal. Es un orgullo y un regalo, el mejor premio para el trabajo que hacemos", confiesa Javier.
También han sido galardonados ambos. Bea con el Premio +Músicas 2023 a la mejor grabación de jazz con su segundo álbum en solitario, 'Like Feathers'. Javier, aparte de ser semifinalista en los Premios MIN 2023 en las categorías de Mejor Artista Emergente y Mejor Álbum de Jazz por 'Ritual', ha ganado anteriormente los premios Folkez Blai, Urdufolk y Raíz y Evolución.
Será a las 19:00 de la tarde en el Salón Cultural cuando el dúo actúe por primera vez en Castelló. Esperan "una buena acogida", señala Bea, pues traen a la capital de la Plana "un repertorio muy auténtico que puede gustar a públicos muy diversos"." Será una bonita experiencia verlo en directo", insiste.
Ambos invitan a los castellonenses a pasarse por el acto, a verlo y a disfrutarlo. Para Javier se produce en el concierto "una conexión muy especial con el momento, con el espacio, con la gente y con la energía que ocurre en ese momento que es muy difícil de explicar".
La misma línea sigue Bea, quien garantiza a los asistentes encontrarse con "un concierto de música muy honesta, un viaje por muchas emociones transformadas en músicas". También con un concierto irrepetible, pues durante el mismo "perdura latente el sentimiento de que se está creando una sensación y una emoción que jamás se va a poder repetir", sentencia.