CASTELLÓ. La castellonense Becsa, de Simetría grupo empresarial, se hace con uno de los megacontratos que la Diputación de Castellón todavía tenía pendiente de adjudicar en esta recta final de la legislatura. Se trata del servicio de mantenimiento de al menos las 65 carreteras de titularidad provincial, con un presupuesto de hasta 33 millones de euros y una duración mínima de dos años y máxima de cinco.
La mercantil se impone a otras cinco concurrentes (Pavasal, Vialex, Padecasa, Durantia y Guerola) tras haber conseguido la mejor puntuación durante la baremación de las plicas técnicas y económicas. De hecho, desde la apertura del primer sobre con los aspectos evaluables automáticamente adquirió la condición de favorita. Lo hizo al obtenido una notable ventaja respecto al resto de participantes en el concurso público.
Entre las propuestas de mejora de Becsa, destaca la rebaja de un 8% sobre el presupuesto de licitación. Esto significa que se compromete a realizar la prestación hasta la finalización de la vinculación contractual por 31,6 millones de euros. Dicho de otra forma, por 6,3 millones de euros anuales en el periodo de un lustro, siempre y cuando se acoja a la prórroga de tres años.
Las actuaciones a realizar son todas las necesarias para el mantenimiento del patrimonio viario de aquellas carreteras que actualmente son titularidad de la institución supramunicipal. Y no solo eso. Según recoge en el pliego, se incluyen los viales que, siendo competencia de otras administraciones, se vayan transfiriendo a la institución durante la duración del contrato.
Las principales actividades contempladas en el expediente son: gestión y localización de emergencias e incidencias, retirada obstáculos u objetos de la calzada y márgenes, limpieza de vertidos y otros productos y señalización de accidentes y situaciones de peligro. Asimismo, se incluyen la reparación de daños causados en la carretera a consecuencia de siniestros y acciones de vialidad en situaciones ocasionadas por fenómenos meteorológicos excepcionales.
Dentro de los trabajos, se distinguen dos categorías. Una integra las actuaciones consideradas como ordinarias. Otra se refiere a las que tienen una naturaleza extraordinaria. Las primeras abarcan todas las operaciones destinadas a retrasar el proceso de degradación de los elementos de la carretera, para que la infraestructura no baje de un umbral de servicio determinado de acuerdo con la importancia de la misma. Normalmente son programables anualmente y van desde la inspección de los componentes, operaciones de conservación de calzada y arcenes, mejora de drenaje, señalización y alumbrado y limpieza de márgenes, medianas y taludes.
En cuanto a las tareas excepcionales (las segundas), están destinadas a restablecer las características de los elementos de la carretera cuando están al final de su vida útil a fin de recuperar los niveles de calidad perdidos. Algunas de las actividades más significativas son: saneo y reposición generalizada de firmes, rehabilitación de pavimentos, mediante tratamientos superficiales o capas fina o estabilización de taludes y protecciones. También forman parte de este grupo de trabajos los planes de renovación de señales y carteles, así como de renovación de barreras de seguridad, balizamientos e hitos.
Para asumir la prestación, se requieren numerosos medios humanos y materiales. Además de un amplio grupo de profesionales (ingenieros, técnicos, encargados, capataces y peones), la adjudicataria debe disponer de una cantera y planta de machaqueo para la fabricación de áridos, una fábrica de hormigón y instalación propia de mezclas bituminosas en caliente. De igual forma, la mercantil ha de contar con un equipo de movimiento de tierras y formación de bases granulares y otro de extendido y compactación de mezclas bituminosas en caliente.