BENICÀSSIM. Las fiestas patronales de Benicàssim en honor a Sant Antoni y Santa Àgueda han concluido el primer domingo del mes de febrero con la tradicional romería y en honor a la patrona de la localidad. La ermita de Santa Águeda fue junto al Castillo de Montornés uno de los lugares de primitivos asentamientos de población y en este templo hoy todavía perfectamente conservado, recibieron en 1.603 la Carta Puebla.
Con motivo de la celebración de la festividad de Santa Águeda que se celebra el día 5 de febrero, este domingo cientos de benicenses se han congregado para festejar el día de su Patrona, y desde las 9 de la mañana se han concentrado en la Iglesia de Santo Tomas para recoger el pañuelo conmemorativo de la festividad de Santa Águeda 2023 y posteriormente iniciar el recorrido. En la romería se porta la imagen de la santa a lo largo de los casi cuatro kilómetros que distan entre lo que es el casco antiguo de la ciudad y la ermita de Santa Águeda.
"Es un día muy especial para todos los benicenses, que profesamos una profunda devoción por nuestro santos patronos Sant Antoni y Santa Águeda, y lo expresamos recorriendo en romería estos cuatro kilómetros hasta llegar a la ermita y disfrutar de un paraje natural de una belleza innegable", ha destacado la alcaldesa de Benicàssim, Susana Marqués.
Como en años anteriores, el Ayuntamiento de Benicàssim ha dispuesto desde la calle Santo Tomás hasta la ermita de Santa Águeda, un servicio de transporte adaptado para que las personas con movilidad reducida que lo requieran puedan acudir a la romería y participar en los actos programados.
El reparto de los pañuelos conmemorativos ha marcado el inicio de la jornada festiva y las reinas de las fiestas, Andrea Pérez y Marta Vicente, y los festeros y las festeras, han sido los encargados de entregar los pañuelos a los asistentes y, tras ello, ha comenzado el ascenso a la ermita de Santa Águeda. La romería ha estado encabezada por la imagen de la patrona que en todo momento ha estado acompañada con música tradicional de la colla de Dolçainers i Tabaleters de Benicàssim.
Uno de los momentos más emotivos, se ha dado cuando los participantes llegan a la calle Santa Águeda, parada obligatoria para tomar fuerzas con el tradicional vino moscatel y dulces típicos de la localidad, antes de retomar el camino. Por último, a las 12 del mediodía, se ha iniciado la parte más religiosa de la jornada, en la que en los aledaños de la ermita se ha oficiado una misa de campo.