VILA-REAL. La semipeatonalización temporal de un tramo de la avenida de la Murà que, conjuntamente con la prolongación de Francesc Tàrrega y Pío XII, forma el principal vial que recorre Vila-real de norte a sur, puede convertirse en definitiva a tenor del deseo expuesto este martes por el alcalde José Benlloch, durante la celebración del pleno municipal. En este sentido, el principal mandatario municipal señaló su disposición a abrir un debate social al respecto. De momento, la medida provisional emprendida en el inicio de la desescalada por la covid-19, que supuso el cierre al tráfico rodado de este tramo, se mantendrá a lo largo de todo el verano, según anunció el propio alcalde a preguntas del portavoz municipal de Ciudadanos, Domingo Vicent.
Benlloch, además de señalar que esta medida provisional seguirá durante el periodo estival, lo que conlleva el desvío del tráfico por calles adyacentes, reconoció su deseo de convertir este entorno de la ciudad en una "segunda plaza Mayor", por la falta de espacios peatonales y las numerosas actividades que se concentran en un centro urbano que "es necesario descongestionar para ganarla al disfrute de los ciudadanos y que incentive al comercio local". El alcalde, que recordó que ya el centro acoge el mercado ambulante y numerosas actividades a lo largo de todo el año, señaló su disposición a abrir un debate social intenso para recabar las opiniones de los vecinos y llegar a soluciones lo más consensuadas posibles.
El tramo peatonalizado de la avenida La Murà corresponde al que discurre entre el Auditori Municipal y la entrada al párking de la Plaza Mayor, donde se concentran numerosos establecimientos de hostelería, el Museu Casa d'Oli, el emblemático edificio de la Comunidad de Regantes, hoy en obras, Els XIII, además de varios negocios comerciales.
El alcalde, durante su intervención, no ocultó que la recuperación para el peatón de este vial, como ya ocurre de manera provisional ahora y que es habitual durante las fiestas patronales en la ciudad, es uno de sus deseos que viene mostrando ya desde la pasada campaña electoral. "Vila-real es una ciudad que no quiere perder su esencia como pueblo, de ahí que tengamos la necesidad de conjugar ambas cuestiones para hacerla más amable para los ciudadanos con una apuesta clara por la sostenibilidad", indicó Benlloch, quien admitió que ve más ventajas que inconvenientes a esta medida.
Por otro lado, en el pleno también se preguntó sobre la celebración o no de las fiestas de la Mare de Déu de Gràcia, previstas para el inicio de septiembre. Al respecto, tanto el concejal de Turismo, Diego A. Vila, como el propio alcalde, señalaron que nada está decidido por cuanto todo está supeditado a las pautas que se dan desde Generalitat, conforme a las recomendaciones sanitarias en torno a la pandemia de la covid-19.
Vila señaló que se encuentra en contacto permanente con los colectivos festeros, como peñas, junta de fiestas y demás grupos para valorar y analizar los pros y contras de una celebración que vendrá determinada por factores externos a la propia fiesta. "No hay nada decidido", sentenció el alcalde, quien reiteró que en todo momento primará la seguridad y la prevención.