El alcalde de Vila-real compareció para anunciar que actualizará la contribución.VILA-REAL. El alcalde de Vila-real, José Benlloch, ha anunciado este viernes que la reducción de ingresos, las sentencias judiciales a raíz de la herencia urbanística de anteriores gobiernos del PP y la necesidad de afrontar el pago de los créditos contraídos, entre otras circunstancias, abocará al Ayuntamiento a endurecer la presión fiscal sobre los ciudadanos y a incrementar el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) para poder "cuadrar las cuentas" municipales.
El mandatario municipal calcula que, a falta de un estudio detallado, "harían falta entre 2 y 2,5 millones" para resolver una situación de la que ya vienen advirtiendo los técnicos municipales y la Intervención, si se quiere cumplir con los límites que marca la ley de estabilidad presupuestaria.
Benlloch ha advertido que "teniendo en cuenta el incremento de los gastos y la caída de ingresos que se prevé en el próximo presupuesto, no vemos otra salida que actualizar los recibos del IBI, después de haberlos mantenido los últimos ocho años congelados”, según recogen fuentes municipales a través de un comunicado.
El alcalde ha señalado que al préstamo aprobado esta semana se suma otros suscritos recientemente, como el crédito de 4,5 millones de euros para el convento de las dominicas o más de 3 millones para resoluciones del Jurado de Expropiación. Estos préstamos -según entiende- "los tenemos que empezar a pagar el año que viene y no podemos afrontar un préstamo pidiendo otro; lo tenemos que pagar de recursos propios". El alcalde ha indicado que "si a esto le añadimos el incremento de gastos que hemos sufrido en cuestiones como la gestión de los residuos o las nóminas de los funcionarios y la bajada de ingresos prevista, por plusvalías, aportaciones del Estado o el IBI de urbana no pormenorizada, nos coloca en una situación muy complicada”, argumenta el dirigente socialista.
Para el mandatario municipal, se trata de “una situación a la cual solo podemos hacer frente de dos maneras: reduciendo gasto o incrementando los ingresos. Y no tenemos más margen para reducir gasto, porque esto significará recortar en servicios y calidad de vida y renunciar a un modelo de ciudad de oportunidades líder, que nos ha vuelto a situar como la ciudad con menos paro de la Comunidad, entre otros”, según justifica.
En cuanto a la disminución de ingresos prevista en el 2020, el alcalde lo centra en tres cuestiones. Por una parte, en la menor aportación del Estado, con unos 300.000 euros menos por el menor crecimiento y la obligación de devolver otros 200.000 euros del PIE (Participación en los Ingresos del Estado) avanzados en 2018.
A esta circunstancia -según esgrime Benlloch- se añade una recaudación en plusvalías entre 400.000 y 500.000 euros por debajo de la prevista, debido fundamentalmente a los recursos –con más de 500 en la actualidad- de propietarios que acreditan que sus bienes no han incrementado su valor.
Por otro lado, según explica, también ha afectado a la recaudación municipal la situación de aquellas parcelas en zona urbana donde no hay previsto ningún plan de actuación, en cumplimiento de las directrices marcadas por una sentencia reciente del Tribunal Superior de Justicia de Extremadura. Respecto a esta cuestión, Benlloch ha advertido que “hay quien está intentando engañar a la gente, diciendo que su parcela está en esta situación”. “No es verdad que todas las zonas no urbanizadas estén afectadas por esta sentencia, pero sí que hay algunas manchas en el plan general que nos ha tocado retirar del padrón de IBI urbano”, matiza.
A esta disminución de los ingresos, continúa el comunicado emitido, se añade también un incremento de los gastos, centrado sobre todo en dos aspectos: por un lado, el tratamiento de la basura, con 600.000 euros más de coste desde 2014, y un millón de euros más en los nóminas del personal funcionario, después de la creación de nuevas plazas “imprescindibles para la prestación de servicios o desbloquear los expedientes de la dependencia”, además de la aplicación del 2,5% de mejora salarial aprobada por el Gobierno central.
El alcalde ofrece este escenario para mostrar la dificultad, según explica, a la hora de "cuadrar los números, sobre todo cuando de vez en cuando llegan nuevas sentencias y resoluciones urbanísticas". Por este motivo, se está trabajando en un estudio para cumplir la ley de estabilidad y aplicar las medidas correctoras que pide la Intervención municipal, según ha anunciado.
Tras estas explicaciones, Benlloch concluye que "no veo más solución a medio plazo que actualizar la contribución, después de ocho años en los que la hemos mantenido congelada e incluso la bajamos dos años, para poder seguir manteniendo el nivel de servicios de calidad y el modelo de ciudad de oportunidades, alianza con la sociedad y trabajo con las empresas locales, y trabajar para mejorar el pago con empresas y entidades", argumenta. "Los empastres del PP -justifica el alcalde- nos obligarán a actualizar el IBI, pero, si todo va bien y encontramos solución al empastre del urbanismo, podríamos volver a bajarlo más adelante", augura.
