Un jardín contra el cambio climático 'made in Alicante' en la London School of Economics
Un jardín contra el cambio climático 'made in Alicante' en la London School of Economics
ALICANTE. El trazo de Carlos Peñalver es fino y sencillo, pero constante. Igual que su carrera artística en la que sigue progresando con sutileza, pero con paso firme. Sus obras pueden verse en lugares como la Escuela de Economía y Ciencias Políticas de Londres, una de las instituciones académicas más destacadas del mundo, o en Saatchi Gallery, una de las entidades de referencia para sector artístico contemporáneo de la capital inglesa. Allí acaba de aterrizar. Esta es la última parada a la que le ha llevado su talento.
Un jardín contra el cambio climático 'made in Alicante' en la London School of Economics
El alicantino, que compone sus dibujos con una fina línea que parece no despegarse del soporte y que se entrelaza consigo misma, avanza con esas particulares formas que evocan tantas emociones. Habitualmente suyas y, en otras ocasiones, de otros. Es el caso de Best for you, el mural con el que se mete en la cabeza de Aaron para describir una particular ‘línea’ del tiempo. El periodo de tres años en el que sufrió una importante crisis emocional que le supuso un problema de salud mental tan grave que acabó viviendo en una auténtica pesadilla, hasta que encontró a los profesionales adecuados.
Aarón tiene ahora 22 años, pero hace poco recordó su experiencia de los diecisiete a los veinte años charlando con Peñalver por videollamada y conversando durante una hora para un primer enfoque del proyecto. “Me contó que estuvo ingresado con problemas mentales serios y pasó un periplo muy duro”, recuerda el artista. Era un adolescente cuando incluso trató de quitarse la vida. “Era un niño, pero al cumplir los dieciocho le pasaron a un centro de adultos en el que todo se hizo todavía más complicado porque ver a gente mayor con ese tipo de problemas puede asustar mucho a un chaval”, explica.
Las sensaciones que podía experimentar Aaron eran interpretadas en dibujos. “Se sentía solo, incomprendido, desenganchado de la sociedad”, apunta el autor. Él, con su característico dibujo en una línea, a modo de boceto, iba plasmando al protagonista, que paradójicamente aparecía cada vez más desdibujado, perdiendo su forma, deshaciéndose. Un tipo caminando que se iba haciendo menos reconocible, incluso sin cabeza. “Hay momentos en los que casi es imposible verle y se pierde en la inmensidad, pero eso es algo de lo que no fui consciente y que retrata a la exactitud lo que me estaba contando”, explica.
Las ideas le habían superado y había perdido la cabeza, pero él también se había perdido para el resto. Era casi invisible. Afortunadamente, encontró a las personas adecuadas, quienes le ayudaron a salir de ese pozo. “Volvió a sentirse seguro y empezó a ser consciente de muchas cosas que se había perdido durante todo ese tiempo”, recuerda. Esas cosas que él no hizo son las que van formando la secuencia, en blanco y negro, hasta llegar al final, donde se funde en un abrazo con esas personas que han sabido ayudarle. Justo ahí, en un abrazo que se convierte en hogar, aparecen los toques de color que le indican que una nueva vida va a comenzar.
Aaron es el protagonista de esa última obra de Peñalver con la que el alicantino se convierte, a su vez, en protagonista de Saatchi Gallery. Y es que todo el mundo habla de ese mural que se integra en una exposición colectiva en la que participan una veintena de artistas. Pero lo que iban a ser unos simples dibujos colgados en la pared se transformó en un componente vivo de la muestra que no dejó indiferentes a los asistentes. A lo largo de dos semanas, dibujó ante la atenta mirada del público, que además no perdía la oportunidad de interactuar con el artista para contrastar recuerdos y sentimientos.
“Quise hacer una ‘línea’ del tiempo donde a simple vista se pudiera ver el antes y el después, pero que no fuese recta sino serpenteante, abrumadora, y que ocupara todo el espacio”, describe el creador. Un mural que define como ‘anti-Instagram’, ya que no se puede captar al completo con definición, sino que hay que estar presente para contemplarlo y entenderlo. “Además, es importante que lo hagan, porque verlo aquí provoca conversaciones y hace que toda esta problemática se verbalice, se hable, y que se encuentre solución a esos problemas que la gente puede tener”, afirma Peñalver, quien pudo comprobarlo in situ durante el propio proceso de creación. “Se sentían identificados y me contaban historias brutales”, recuerda.
La obra adopta el título del propio proyecto en el que se incluye. Best For You es el programa del National Health Service (NHS), el equivalente a la Seguridad Social en España, que busca mejorar la transición de adolescentes a adultos en los centros de salud mental. En una primera ocasión, Peñalver participó en uno de los proyectos artísticos del Hospital de Chelsea y Westminster. Durante el confinamiento también le llamaron para hacer los dibujos a partir de esa conversación con Aaron. Piezas que iban a formar parte de la exposición colectiva The healing arts (Las artes curativas), comisariada por Carmel Woolmington, que se muestra ahora en la galería londinense hasta el 13 de enero. Pero el alicantino propuso a la organización una performance creativa dibujando en directo en gran formato.
Tras las dos semanas de trabajo, la obra permanece expuesta, pero desconoce qué ocurrirá con ella tras esta exhibición. “Si la galería tiene firmada otra exposición a partir de entonces, probablemente se pinte todo de blanco para ese nuevo proyecto que vaya a albergar Saatchi”, cuenta resignado. A pesar de ello, estuvo decidido y no quiso perder la oportunidad de hacerlo dispuesto, incluso, a renunciar a un trabajo fijo. “Dejé mi empleo para poder dedicarme a este mural que estará a la vista dos meses y probablemente desaparecerá después, pero tenía que hacerlo”, sentencia.
Le consta la satisfacción de Georgina Greenslade, Andrew Gittings y Paul Foster, directivos de la galería inglesa, por el resultado final de la obra, pero no sabe todavía cuál será la última decisión. Por su parte, Trystan Hawkins, director de CW+, fundación del hospital en el que se gestaron estos proyectos artísticos, está dispuesto a convertirlo en non fungible tokens (NFT) para introducirlo en el mundo del criptoarte, por lo que iniciará los procesos a principios del próximo año. “Dibujar y contar historias es lo que más me gusta y lo que mejor se me da, así que lo que realmente quiero es que haya gustado y, por tanto, seguir recibiendo propuestas como este proyecto para seguir trabajando en ello”, confiesa Peñalver. Ahora permanece “hambriento”, como él dice. Alerta y abierto a nuevas propuestas.