El bienestar en el lugar de trabajo se ha convertido en un factor indispensable en el ámbito laboral moderno. La correlación entre el bienestar de los empleados y su productividad es un hecho innegable que ha llevado a numerosas organizaciones a reconsiderar sus políticas y enfoques hacia el bienestar laboral.
Por ello, cada 28 de abril, la Organización Internacional del Trabajo conmemora el Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo, una jornada dedicada a promover entornos laborales seguros y saludables a nivel global.
Este año, el foco se sitúa en las repercusiones del cambio climático en la seguridad y salud en el ámbito laboral: el estrés térmico, la exposición a radiación UV, la contaminación del aire, accidentes industriales, eventos climáticos extremos, enfermedades infecciosas y la exposición a agroquímicos, son solo algunos de los problemas que dicho cambio climático plantea.
Con España sintiendo ya los efectos de esta crisis climática, y con una tasa de absentismo superior al 7% (Adecco 2024), es urgente adaptar nuestras prácticas laborales, tanto para preservar la salud y seguridad de los trabajadores, como para que la productividad de nuestras organizaciones no se resienta.
La productividad y el rendimiento de una organización no son simplemente el resultado de la cantidad de horas trabajadas, sino de la calidad de esas horas. Factores como la fatiga, el estrés, la mala alimentación y la falta de actividad física pueden disminuir la atención y la concentración, aumentar el riesgo de errores y accidentes y menguar significativamente la capacidad de un empleado para realizar su trabajo de manera segura y eficaz.
Sin embargo, un empleado que goza de un alto nivel de bienestar es capaz de concentrarse mejor, pensar de manera más creativa y resolver problemas de forma más eficiente.
Por todo ello, es fundamental que las organizaciones adopten un enfoque proactivo hacia el bienestar organizacional, implementando programas y políticas que promuevan hábitos de vida saludables y ofrezcan un ambiente de trabajo positivo, un equilibrio entre la vida laboral y personal, y, sobre todo, una buena salud física y mental.
En la Asociación Networking Directivas y Empresarias de Castellón (NDCS), hemos decidido abanderar esta necesidad y por ello hemos organizado unas jornadas anuales sobre este tema que se alinean con el Marco Estratégico Europeo para enfrentar los desafíos impuestos por las transiciones ecológica, digital y demográfica en el nuevo panorama laboral.
Ha llegado el momento de que el bienestar organizacional ocupe el lugar que le corresponde en la agenda de prioridades de todas las organizaciones. Considerar la formación en materia de seguridad y salud como una inversión esencial, y no como un gasto, puede catapultar el éxito y la sostenibilidad a largo plazo de las empresas.
Aquellas organizaciones que comprenden esta verdad y actúan en consecuencia no solo protegen el bienestar de sus trabajadores, sino que también cosechan beneficios tangibles: un aumento en la productividad, una reducción en las bajas laborales por motivos de salud y un sólido prestigio como empleadores éticos y responsables.
La autora es miembro de NDCS y consultora de salud y bienestar corporativo
