Culturplaza analiza los largometrajes de la Sección Oficial de Cinema Jove 2024
VALÈNCIA. Una despedida de soltero puede salir mal por mil razones, pero tal vez nunca se haya visto como en Birdeater, la película de género de Jack Clark y Jim Weir que forma parte de la Sección Oficial de Cinema Jove. Los directores australianos proponen generar terror a través de la historia de Louie, que va a celebrar un fin de semana junto a sus amigos en una cabaña aislada en medio de un bosque, e Irene, su prometida, a la que invita a la misma fiesta.
El experimento, obviamente, sale mal. Con ya cierto recelo hacia la relación entre uno y otro, el fin de semana servirá para conocer detalles oscuros sobre Louie e Irene: él le narcotiza todas las noches para poder escapar de casa y tener una vida social más allá de casa sin que ella lo viva con ansiedad. Pero no solo esta verdad será revelada, sino que, poco a poco —y en esto sí que todas las despedidas de soltero coinciden—, la masculinidad tóxica de los hombres y sus dinámicas de poder en las relaciones mostrarán su crudeza.
Jack Clark y Jim Weir proponen un equilibrio extremadamente difícil: no prometen un arco de personajes inocentes a personajes culpables, solo se va desvelando lo que desde un primer momento ya se desvela como algo siniestro. Sus personajes no tienen una deriva, es una verdad oculta que opera entre ellos y, cuando uno empieza a hablar, se va desvelando todo por la naturaleza entrecruzada de esta.
Una larga escena de una cena sirve para empezar el festín, aunque la puesta en escena tiene su propia fiesta visual. Clark y Weir proponen una película que está llena de referencias audiovisuales invisibles, pero que de alguna manera, es el resultado de todo un universo visual que atiende el ahora, el 2024. Cada plano y cada recurso está pensado para impactar, para formar parte de este fin de semana. A veces puede parecer un videoclip, un video producido para redes sociales, pero es una película. Esta cuestión, la del impacto visual influenciado por las tendencias estéticas de internet ya es algo que arrastraba, por ejemplo, un blockbuster reciente como es Saltburn. Es la imagen sin metáfora.
¿Lastra esto la película? La hace entretenida, la hace ligera, la hace popular; tal vez también empacha. Pero esto precisamente también puede ser una intención cinematográfica, si es que acaso el cineasta tiene que proponer una serie de sensaciones al público. Clark y Wier sin duda quieren provocar al espectador, lo hacen continuamente, lo hacen desde el principio mismo de la película, y al final consigue generar un suspense sin muertes ni investigaciones, solo a través de la conversación. Todo un logro.
Hay algo a analizar en las películas sobre despedidas de solteros. Tras el boom pre-MeToo de Resacón en Las Vegas, Birdeater o la recientemente estrenada Ex-maridos, proponen una mirada crítica alejada del fiestón etílico. En el final de su soltería, se avistan los miedos y preocupaciones de los hombres y las relaciones de poder que operan en el heteropatriarcado. Ninguna de las dos da soluciones, pero sí propone marcos en los que problematizar lo que se daba por superado pero no dejaba de ser reflejo de lo peor de la masculinidad.
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