CASTELLÓ. Las obras del proyecto de acondicionamiento del refugio antiaéreo del camino de Onda de Borriana han concluido esta semana, según han informado este sábado fuentes municipales a través de un comunicado. En este sentido, el concejal de Patrimonio, Vicent Granel, se ha mostrado muy satisfecho por los trabajos finales de este proyecto, que forma parte de la Estrategia Edusi y están cofinanciadas al 50 por ciento por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder) en el marco del Programa Operativo de Crecimiento Sostenible 2014-2020.
Los trabajos se han ejecutado siguiendo el proyecto redactado por el director de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la Universitat Politècnica de València, lvan Cabrera i Fausto, y bajo la dirección coordinada del mencionado arquitecto y de la arquitecta técnica María Tarancón Franch, según detallan las mismas fuentes.
El proyecto de acondicionamiento ahora ejecutado contempla varios aspectos. En primer lugar, se han reconstruido las bóvedas de crucería que quedaron inconclusas en los años treinta y se ha reconstruido el doble nicho destruido en 1980. Asimismo, se ha dotado al refugio de un pavimento cerámico de arcilla roja colocado sobre la tierra preexistente.
Además, se ha instalado un sistema de ventilación y un llamativo sistema de alumbrado interior que permite hasta cuatro ambientaciones diferentes. Aunque, sin duda, para Granel “la parte más sorprendente del proyecto es su nuevo acceso”: la escalera situada junto a la puerta del templo de Sant Josep en la calle San Juan de la Cruz que permitirá a los peatones bajar cómodamente a un primer nivel donde empiezan las rampas históricas.
“Esta escalera está protegida por un estructura de hierro y madera que cuando está abierta sirve de barandilla y cuando está cerrada sirve como banco para que el vecindario pueda sentarse a tomar el sol o la fresca”, ha destacado el edil.
En las últimas semanas, según explican las mismas fuentes municipales, Granel y Cabrera han estado en permanente contacto para finalizar una de las inversiones municipales que, a juicio del responsable municipal, “ayudará a agrandar el patrimonio local y, también, a la divulgación cultural y turística que implica el refugio para la ciudad. Vecindario y visitantes podrán comprobar lo que supuso tener un refugio y cómo se construyó”.
El comunicado municipal recuerda que, en marzo de 2015, el Ayuntamiento de Borriana ya encargó a Ivan Cabrera un informe sobre la seguridad de la estructura de baldosa del refugio que había permanecido cerrada desde finales de los años cuarenta y solo se había abierto puntualmente durante los años 80 a raíz de las obras llevadas a cabo en la vecina plaza del camí d’Onda y posteriormente en alguna otra ocasión.
Este informe preliminar fue favorable y propició el encargo al arquitecto burrianense de un estudio de estabilidad estructural mucho más detallado y de un proyecto de acondicionamiento de esta infraestructura histórica que permitiera hacerla visitable y abrirla a la ciudadanía.
Empezaron entonces una serie de campañas de extracción de las tierras derrumbadas en las zonas donde las bóvedas no se habían completado y del barro arrastrado a través del antiguo acceso durante los años en que el refugio permaneció abierto después de la Guerra Civil. A continuación, se escaneó con láser todo el interior y las calles inmediatas y se hicieron ensayos de resistencia de las baldosas.
El estudio de estabilidad estructural concluyó que la estructura del refugio era suficientemente segura y no necesitaba ningún tipo de refuerzo a pesar de situarse a doce metros de profundidad. En las últimas semanas, se han realizado los trabajos de iluminación para que se pueda abrir “cuando la situación actual lo permita”, ha concluido Granel.