VALÈNCIA. Este viernes 12 de mayo la Cadena SER reunirá a los candidatos a la Generalitat de las principales fuerzas políticas de la Comunitat Valenciana en lo que será el primer debate de la campaña electoral de cara a los comicios que tendrán lugar el 28M. Después de esta cita, habrá que viajar casi hasta el final de campaña, concretamente al día 25, para volver a ver de nuevo a los cabezas de lista contraponer propuestas y programas en el que será el segundo y último debate de la campaña autonómica, en este caso en À Punt, la televisión pública.
Así pues, dos serán los encuentros de estas características en los que participarán los primeras espadas de los partidos con representación en Les Corts: el presidente de la Generalitat, Ximo Puig; Carlos Mazón (PP); Mamen Peris (Ciudadanos); Joan Baldoví (Compromís); Carlos Flores (Vox) y Héctor Illueca (Podem-EU). No han sido los únicos debates solicitados: RTVE, Prensa Ibérica (grupo de Levante-EMV, Información y Mediterráneo) y Las Provincias junto a COPE y Mediterráneo TV, también dieron un paso delante para organizar una cita que, no obstante, encontró la negativa del jefe del Consell, Ximo Puig, a participar, al considerar suficientes dos encuentros de estas características en campaña. Una postura que ha causado malestar en los medios solicitantes.
Echando la vista atrás respecto a anteriores campañas autonómicas, se observa un cierto patrón común respecto a la postura de los distintos candidatos respecto a los debates electorales. Generalmente, los presidentes de la Generalitat, ya fuera por considerarse en ventaja o por evitar el riesgo de cometer errores, siempre han sido más reticentes a la celebración de este tipo de citas. En cambio, los aspirantes, que habitualmente figuraban por detrás en las encuestas, eran más agresivos tanto a la hora de pedir este tipo de encuentros como en sus intervenciones en los mismos.
Empezando por la última cita electoral, durante la campaña de abril de 2019 tuvieron lugar tres debates, a los que se sumaron también las citas correspondientes a las elecciones nacionales que se celebraban en la misma fecha. El primero tuvo lugar en la Cadena SER, mientras que el segundo se celebró en RTVE y el tercero y último fue albergado por À Punt, apenas un par de días antes del domingo de las votaciones.
En líneas generales se consideraron más que suficientes los tres debates celebrados y sólo la candidata del PP, Isabel Bonig, trató de promover sin éxito un 'cara a cara' con el presidente de la Generalitat y líder socialista, Ximo Puig, en las semanas previas a la campaña.
Sin duda, el caso más atípico es el de 2015, con Alberto Fabra (PP) como presidente de la Generalitat. Una situación especial porque las encuestas empezaban a apuntar al vuelco en el Gobierno valenciano tras 20 años de dominio popular: tal vez por esto, y por el talante del propio presidente, se acordaron tres debates; uno de los cuales fue un 'cara a cara' entre Fabra y el entonces aspirante, Ximo Puig, celebrado en Mediterráneo TV.
Previamente, se había celebrado en el inicio de campaña un debate con los principales candidatos en la Cadena Ser y, finalmente, tuvo lugar otro en la recta final, en este caso en Alicante, organizado por el grupo Editorial Prensa Ibérica (EPI) también con todos los aspirantes (se agregó en esa jornada la líder de UPyD, Alicia Andújar, por orden de la Junta Electoral). Cabe recordar que el Consell de Fabra había cerrado Canal 9 año y medio antes, por lo que no se pudo celebrar un debate en la televisión pública valenciana.
Cuatro años antes, con Francisco Camps (PP) como presidente de la Generalitat, la situación había sido muy diferente. Sólo hubo acuerdo para la celebración de un debate de los candidatos con representación en Les Corts: Jorge Alarte (PSPV-PSOE); Enric Morera (Compromís), Marga Sanz (EU) y el presidente de la Generalitat y candidato popular. Una cita grabada para ser emitida un viernes a las once y media de la noche con un formato, tal y como recuerda la crónica de Guillermo López en este diario, "totalmente rígido, consistente en la sucesión de monólogos de los candidatos, que no se podían interpelar ni responder".
Y con este encuentro terminaron los debates en la campaña de 2011. El PSPV, capitaneado por Alarte, según recuerdan desde el partido y confirma la hemeroteca, habían solicitado en total cuatro citas de estas características: dos debates de candidatos y dos 'cara a cara'.
De hecho, la Cadena SER llegó a organizar uno de ellos e invitó al presidente de la Generalitat y candidato del PP, que declinó asistir. La emisora decidió entonces entrevistar a Alarte y dejar vacía la silla de Camps, para evidenciar el malestar existente por no participar en el programa.
Una afirmación que resume cómo la aceptación o no de los debates así como la cantidad de los mismos depende de la estrategia de los diferentes candidatos. En esa capacidad de elección, los presidentes autonómicos o los grandes alcaldes -Rita Barberá, también prefería minimizarlos- suelen tener la ventaja de condicionarlos con su ausencia. En aquel momento, Camps, ante un rival principal poco conocido como era el socialista Alarte, con el caso Gürtel y el caso de los trajes como telón de fondo y otros dos contendientes convocados a estas citas como eran Morera (Compromís) y Sanz (EU); optó por la estrategia de evitar lo máximo posible los debates para no dar visibilidad a los opositores y evitar riesgos. El debate de Canal 9 lo vieron sólo 73.000 espectadores y, finalmente, el candidato de PP ganó las elecciones con mayoría absoluta.
Pero no todo son debates. De hecho en aquel momento, esta estrategia de congelación mediática por parte de la Presidencia de la Generalitat se extendía a otros ámbitos de la comunicación. Si en estos días, se ha observado en el jefe del Consell y candidato del PSPV-PSOE, Ximo Puig, una precampaña de relativa baja intensidad por motivos estratégicos; en 2011 el PP estuvo a un nivel muy superior en ese aspecto. Sobre esto, la portavoz adjunta del Comité Electoral del PSPV, Clara Tirado, afirmaba en aquellos días que Alarte había concedido 25 entrevistas durante la campaña mientras que Camps sólo había contestado "a las preguntas de un medio de comunicación".