CASTELLÓ. La alcaldesa de Burriana, Maria Josep Safont, ha anunciado el final de las obras del carril ciclopeatonal de la carretera del Grao, que cuenta con un espacio de 1,8 metros de ancho para peatones y 2 metros para ciclistas, con una separación verde de 0,9 metros en la que se ha plantado romero y cipreses, y cuyas obras han contado con un coste total que asciende a 769.730,40 euros. Esta actuación ha sido financiada en un 50% a través del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder) en el marco del Programa Operativo Plurirregional de España.
Safont ha asegurado que esta obra conecta “de manera efectiva y racional” a las vecinas y vecinos del núcleo urbano con el Grao y supone “mejorar la seguridad y la tranquilidad, tanto para todas las personas que van caminando o en bicicleta como para la circulación de los vehículos de motor”.
El proyecto forma parte de las obras catalogadas como Movilidad Urbana Sostenible, dentro de la estrategia Edusi. Mediante esta iniciativa, el Ayuntamiento ha ensanchado el tramo de 1,2 kilómetros de la calzada para incorporar la zona destinada a las bicicletas y a los peatones, similar a lo que ya se hizo en el vial del puerto a comienzos de la pasada legislatura.
El inicio de las obras, según ha señalado la alcaldesa, se tuvo que realizar a mediados de mayo porque pese a que los pliegos para la licitación de las obras estaban listos a finales de 2018, y en marzo de 2019 ya estaban adjudicadas las obras, no se pudieron comenzar hasta disponer de todos los terrenos, es decir, cuando se firmaron las expropiaciones en mayo. Al respecto, Safont ha precisado que no podía ejecutarse el nuevo vial “antes de que estuviera el PGOU modificado y el proyecto de construcción, que culminó en mayo de 2019”.
Si bien la mayor parte del nuevo trazado discurre por la izquierda como prolongación del carril bici y acera ya existentes hasta el camí l’Ermita de la Misericòrdia, se da la circunstancia de que en el Grao, el carril bici existente se sitúa a la derecha de la carretera, obligando a cruzar la calzada a la altura de la entrada al camí de l’Ermita. A partir de dicho punto el carril bici se pasa al margen sur hasta conectar con el existente en la avenida Vicente Cañada Blanch y tiene una longitud de 190 metros y una anchura media de 2,20 metros, mientras que el paseo peatonal continua a nivel hasta el final por el margen norte de la carretera.