CASTELLÓN. Los numerosos cambios producidos en la plantilla del Castellón durante el mercado de invierno obligan a su técnico, Óscar Cano, a estabilizarla con un once reconocible para la parte decisiva de la temporada.
El preparador albinegro dispone de los elementos que ha solicitado, pero ahora tiene que darles forma. Hasta ahora no ha repetido ningún once, algo comprensible después del rosario de salidas y entradas producidas en enero. Pero hay jugadores nuevos que ya se han asentado en la titularidad, como Rubén Ramos, Jamelli.
Otros, como Jairo Cárcaba y César Díaz, están alternando presencias en el once con suplencias. Luego están los casos de Óscar Fernández y Julio Delgado, que han jugado los minutos finales en algunos encuentros. Todos ellos tienen un margen de crecimiento y adaptación al grupo que podría modificar el orden actual en las preferencias del técnico, por lo que el once tipo del equipo aún puede cambiar.
Lo que sí es seguro es que ese once de Cano no se parecerá en nada al de su debut como técnico del Castellón, frente al Peralada. Primero porque hay tres jugadores de aquella alineación que ya no están en el club (Olynyk, Hicham y Máyor), y segundo porque hay otros que se han ido cayendo sobre la marcha (Verdú, Rubén García y Castells).
Hasta ahora la estabilidad hay que encontrarla en la línea defensiva, con Muguruza, Satrústegui, Carlos Delgado y Regalón, que han repetido como bloque en las cuatro últimas jornadas, junto a Campos, titular en todos los partidos de la temporada. Falta encontrar lo mismo en el centro del campo y en ataque. No sería un mismo once en cada partido, pero sí un modelo de base con el que el Castellón afronte la parte final de la temporada.