VALÈNCIA. Minutos antes del mediodía de ayer martes el euro se situaba por debajo del dólar estadounidense aunque posteriormente recuperaba la paridad. Un hecho sin precedentes desde julio de 2002, que es un fiel reflejo de unas políticas monetarias bien distintas a ambos lados del Atlántico. Mientras la Reserva Federal norteamericana (FED) sigue con sus subidas de tipos de interés, a esta parte el Banco Central Europeo (BCE) no comenzará con las suyas hasta el próximo jueves 21 de julio y sigue con 'tipos negativo'.
A primera vista las exportaciones se benefician de la debilidad de la moneda única respecto a su par americano; todo lo contrario que las importaciones, que van a sufrir -y mucho- por aquello de que las materias primas o commodities se pagan en 'billetes verdes'. Además, los turistas del área dólar (Estados Unidos, Canadá, Australia...) también se verán favorecidos a la hora de viajar a la Eurozona, dado que les resultará más barato que hace unos meses.
"La inflación en Europa se sitúa actualmente en el 8,6%. El BCE tiene previsto elevar los tipos de interés a finales de este mes, siendo el último de los grandes bancos centrales en hacerlo con la excepción de Japón. La autoridad monetaria de la Eurozona no los ha subido en 11 años y se ha mostrado reticente a hacerlo a pesar de las altas tasas de inflación. Esta lentitud en los movimientos de la autoridad monetaria presidida por Christine Lagarde está llevando a la divisa común europea a perder valor frente a las principales monedas internacionales". Así responde Ricardo González, gestor de GPM, a la llamada de este diario.
"Rumbo a una recesión inminente, la economía necesita agilidad por parte de los bancos centrales poniendo las bases de la reconstrucción, pero por desgracia estamos viendo que los bancos centrales se están mostrando muy lentos en reconocer el problema que tienen por delante. Muy especialmente el BCE, cuya poca agilidad es probable que genere mayores presiones inflacionistas para Europa. No olvidemos que la gran mayoría de materias primas están denominadas en dólares, por lo que a igualdad de precio en las commodities a los europeos cada vez nos cuesta más adquirirlas", señalaba. Y, además, recuerda que "la debilidad de la moneda única tiene un lado positivo como es la exportación. Con una moneda débil será más probable que los países con aquellas más fuertes decidan comprar e invertir dentro de Europa en general y la Comunitat Valenciana en particular gracias a que podrán hacerlo de forma más económica por el efecto cambio".
Desde la gestora valenciana de instituciones de inversión colectiva Buy & Hold, su cofundador Antonio Aspas manifiesta que "uno de los principales factores que influyen en los tipos de cambio de las divisas es el binomio inflación-tipos de interés. Europa -como suele ser habitual- va muy por detrás de los acontecimientos frente a una actuación mucho más decidida de la FED, tanto en la subida de los tipos de interés como en la reducción del balance de bonos que mantienen en cartera, o incluso en los mensajes que lanza a los mercados. Esto hace que los tipos de interés reales sean claramente negativos en la Eurozona, lo que sin duda contribuye a tener un euro barato".
Además, advierte que tener una moneda por debajo del dólar es "es una espada de doble filo que te beneficia únicamente si tienes un balance exportador positivo. ¿Por qué? Porque por un lado hace mas baratos nuestros productos para exportar, pero por otro encarece el precio de los productos que importamos como petróleo, gas, hierro, maquinaria, ordenadores.... Todo ello aumenta los costes de producción debiendo elevar los precios, lo que hace subir la inflación y reduce nuestro poder adquisitivo. ¿Cuánto tiempo estaremos con un euro débil? Pues el que tarde el BCE en endurecer su política monetaria para hacer frente a la inflación".
Lo cierto es que Estados Unidos es uno de los principales socios comerciales de la Comunitat Valenciana. Concretamente el cuarto al cierre del primer cuatrimestre del año en curso, según los últimos datos publicados por el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo. A 30 de abril, las ventas autonómicas hacia territorio estadounidense ascendían a 925,3 millones de euros, un 8,7% más que al cierre de 2021, y representaban el 7,3% sobre el total de las exportaciones valencianas. Solo eran superadas por Francia (1.607,6 millones), Alemania (1.546,9 millones) e Italia (1.179,5 millones). Por su parte, y en el lado de las importaciones, solo China (1.943,7 millones) batía los 913,7 millones en productos que proceden de Estados Unidos, que a esa fecha tenía un peso del 7,2% sobre el total después de dispararse un 52,9% en los cuatro primeros meses de este año.
"Más que en la exportación a Estados Unidos, el efecto que provoca es en las importaciones, porque todas van a ser más caras excepto en la Eurozona. Importamos inflación y perdemos competitividad, pero sí las exportaciones se van a beneficiar aunque relativamente, porque no van a compensar los perjuicios que van a tener las importaciones 'dolarizadas'. Es un tema complicado con una inflación inducida; mientras los flujos financieros van a irse hacia EEUU ante las subidas de tipos de interés, esperando que el BCE haga lo mismo", explicaba a este diario Vicente Mompó, director del Área Internacional de Cámara Valencia.
"La política monetaria del BCE es diferente a la de la FED porque va en paralelo a la política de los estados miembros. Además, aquí los tipos van a repuntar pero poco a poco no como está sucediendo en la otra orilla del charco. Asimismo, no hay que olvidar que las materias primas están denominadas en dólares, lo que nos costará más importarlas. Resumiendo: las exportaciones serán más fáciles y llevaderas, pero conllevan inflación", añadía.
Por su parte, María Dolores Parra, directora general de Internacionalización de la Generalitat Valenciana, reconoce que "la principal preocupación procede del lado de las importaciones que vengan valoradas en dólares; principalmente las que son de carácter energético y aquellos productos intermedios que lo hagan también en divisa americana. En cuanto a las exportaciones, la caída del euro frente al 'billete verde' nos beneficia para ser más competitivos, puesto que el incremento de precios que las empresas están trasladando a sus clientes podría verse un poco compensado. Hay que ver qué parte compensa a la otra y observar si el incremento de los costes por la importación es menos importante que el beneficio por el lado de las exportaciones".
En ese sentido también se pronuncia Joaquín Andrés, responsable del departamento de Internacionalización de la Cámara de Comercio de Castellón. "La paridad euro-dólar nos deja un sabor agridulce por cuanto nuestras exportaciones denominadas en dólares se abaratan -el mercado de EEUU representa entre el 8 y el 10% de nuestras exportaciones y habría que sumar otros países de Centroamérica que operan en en la misma moneda-. Por el contrario, las importaciones se encarecen en general aumentando el costo de la vida. Todo ello sucede en medio de una crisis energética, que repercute directamente en un menor consumo e inversión".
Los productos cerámicos son uno de los principales en la balanza comercial de la Comunitat Valenciana con Estados Unidos. De hecho, tal y como se observa en la imagen superior, el pasado año tenían un peso del 17% sobre el total. Desde la comercializadora azulejera castellonense APE Grupo, su directora de Administración y Finanzas Inma Muñoz opina que "un dólar fuerte favorece a la importación de Estados Unidos y, por tanto, las empresas exportadoras que reciban 'billetes verdes' tienen la oportunidad de venderlos a mercado y beneficiarse del cambio a favor. En el caso de APE Grupo y, por extensión, el resto del sector cerámico, es momento de vender a mercado todos los dólares recibidos y disponibles. Las compañías que tienen transacción comercial con Estados Unidos logran mayores ganancias al convertir su disponibilidad de divisa en euros".
Desde otra firma del sector azulejero que no quiere desvelar su identidad, uno de sus responsables advierte de que "en otro momento el tema de la paridad hubiese tenido un impacto mucho mayor. Actualmente es otro problema añadido a las subidas de precio por los incrementos de costes energéticos y de materias primas, así como el encarecimiento de los fletes. Con la suma de todos estos factores seguimos perdiendo competitividad en un mercado tan importante como el americano que todavía tiene mucho recorrido de crecimiento, aunque cada vez está siendo más complicado". Y la razón para esta lectura más negativa en el azulejo es sencilla, y es que los clientes "ya nos exigen revisiones de precios sabiendo que el cambio nos beneficia", señala este dirigente cerámico.
Para la industria del calzado, con la producción más importante en la provincia de Alicante, la situación de la paridad euro-dólar preocupa más que alienta. Y es que, aunque sí podría verse beneficiada por un euro más bajo a la hora de exportar, el sector depende en buena parte de la importación de materias primas, que suelen llegar de Asia -con las transacciones en dólares- y verá encarecidos sus productos. "A la hora de la verdad esta situación supone una pérdida de competitividad", según el director general de la Asociación Española de Empresas de Componentes para el Calzado (AEC), Álvaro Sánchez.
Y es que, apunta Sánchez, "para financiarse, no es lo mismo un euro a precio bajo que al alza en cotización. Creemos que las empresas tendrán menos capacidad económica para hacer frente a las deudas. Tememos una posible deflación". Como el país depende de las materias primas del exterior, las firmas que importen se verán afectadas, tal y como mantiene el director general de AEC.
Eso sí, en clave positiva, según AEC, la situación podría ser interesante para que empresas de China o Estados Unidos -que operan con otras monedas distintas al euro- quieran implantarse en Europa. El motivo: comprar y vender en euros podría ser más beneficioso que el intercambio de diferentes. Y la situación puede ser golosa también para firmas autóctonas. De este modo, Álvaro Sánchez también pone de manifiesto que hay que reactivar la economía nivel europeo y volver a tener una capacidad productiva sólida para generar riqueza pronto para evitar un "grave problema" que llegaría pronto.
En este sentido, la junta directiva de AEC se muestra "muy preocupada" por las que pueden ser las consecuencias de esta paridad de divisas. En el sector perciben que la situación económica se pueda complicar más y que las inversiones potenciales irán a menos en las empresas con “un euro menos atractivo que pierde peso frente al dólar”. Por este motivo, indican que una solución inmediata de cara a que el euro no pierda más valor sería que el Banco Central Europeo subiera los tipos de interés para no “asustar” a los inversores.
Las firmas del calzado empiezan a calibrar las posibles consecuencias de esta paridad euro-dólar. Para el ilicitano Grupo Donval –con firmas como Comerplast- su responsable de comercio exterior, Francisco Valero, que ahora está presente en la feria Lineapelle New York, donde mostrarán las novedades de la temporada otoño-invierno 2023-2024 en el calzado, "nos afectan más las importaciones. El 10% de maniobra que manejábamos con el cambio de divisas, ahora se pierde". Este grupo vende a otros países en euros, pero importan, principalmente de China y Vietnam, donde las transacciones son en dólares. Eso sí, también comercian con Turquía, a quienes compran en euros y ahora puede convertirse en un socio más interesante que los del lejano oriente, por cercanía y menor coste de transporte, y por hacer el intercambio en euros. Esperan que esa paridad no se alargue y que el euro vuelva pronto a superar al dólar en valor.
Por su parte, David Galao, director de Internacional de la empresa Quinorgan, en Elche, aún se encuentra valorando lo que puede suponer la paridad, pero "las compras de materia prima se hacen en dólares y el impacto, aproximado, puede ser de un 15%. Nuestro problema será importar a esos niveles". Ya tienen problemas con los suministros de químicos y la inestabilidad internacional y ahora se suman las monedas. Están a la espera de valorar posibles soluciones.
Otra de las empresas innovadoras en calzado, Evathink, de Aspe, tiene como director general a José Enrique García Villora, quien también es tesorero de AEC. "Claramente, conllevará una peor competencia en precio. En nuestro caso, importamos mucha materia prima derivada del petróleo y la paridad euro/dólar impide el ajuste de precios, ahora cuando empezaba a moderarse la situación por los precios". Así, García mantiene que "a medio plazo, repercutirá esta paridad. En sólo dos meses la moneda única ha pasado de 1,12 unidades frente al dólar a estar equiparado". El empresario considera que Europa está mal posicionada en una "guerra" económica "que capitanea Rusia pero de la que Estados Unidos saca tajada".