CASTELLÓ. El concejal de Transición Ecológica del Ayuntamiento de Castelló, Fernando Navarro, ha presentado el final de las obras de la primera fase de la Cámara Agraria, que ha implicado un cambio en la carpintería interior y exterior para mejorar la eficiencia energética y modernizar el espacio, y ha anunciado la recuperación del servicio de atención al público el 1 de febrero, unas un medidas que tienen el objetivo de ayudar a reactivar un sector primario que, según el concejal, “tendrá un papel central en las próximas décadas” en la lucha contra el cambio climático.
“Desde la concejalía de Transición Ecológica nos hemos implicado para recuperar los servicios agrarios municipales y nuestro sector agroalimentario para que la ciudad vuelva a mirar a su término municipal”, ha afirmado el concejal de Transición Ecológica, que ha subrayado la puesta en marcha de la nueva sección de Transición Ecológica incluida en la nueva Relación de Puestos de Trabajo del Ayuntamiento, con siete plazas que están trabajando en la Cámara Agraria. “Son pasos para cambiar el rumbo en las prioridades del Ayuntamiento en las siguientes décadas”, ha resaltado el concejal, que ha compartido en la Cámara un encuentro con los medios de comunicación, que ha incluido un catering con productos locales y naturales.
La primera fase de adecuación ha tenido un coste de 176.000 euros que ha sido financiado por el programa Repoblem Pobles de la Conselleria de Vivienda y Arquitectura Bioclimática, y ha comportado el cambio de 103 piezas de carpintería exterior de la fachada y patios interiores, puertas, ventanas y balconeras, respetándose las características arquitectónicas e históricas de la Cámara Agraria.
En 2022, ha añadido Navarro, se llevará a cabo una segunda intervención, con una inversión de 350.000 euros aportada también también de la Generalitat, que llevará aparejado mejoras en eficiencia energética y accesibilidad. De forma paralela, se retirarán las barreras arquitectónicas y se instalará un ascensor.
Así, en febrero arrancará el servicio de atención público, que se encargará de asesoramiento al sector primario en planificación, ayudas o lucha contra plagas biológicas. Ahora mismo, la Cámara es sede de los sindicatos de riegos y tramita los permisos de quema. Con la nueva unidad quiere convertirse en un epicentro de las políticas de transición ecológica y agroalimentarias.
“El 40 % de los campos están abandonados, con la que la recuperación agraria es una oportunidad económica mientras la restauración del paisaje propicia la absorción de C02.”, ha agregado el concejal.
Navarro ha destacado, asimismo, tres hitos que se llevarán a cabo el siguiente ejercicio para empujar a la actividad agroalimentaria, como la puesta en marcha de un nuevo mercado de venta directa de productos hortícolas de temporada, la dinamización del banco de tierras con el objetivo de acompañar a propietarios y potenciales productores en el arrendamiento, la cesión o los acuerdos de custodia de parcelas ahora abandonadas; y continuar con planes de formación para seguir generando un ecosistema que atraiga nuevos perfiles y modernice el sector.