CASTELLÓ. El Ayuntamiento de Castelló activará a partir de este viernes 20 de marzo un servicio especial de transporte público en autobús que reduce a la mitad el servicio ordinario debido a la caída de la demanda derivada de las directrices sanitarias por coronavirus. El consistorio mantendrá las conexiones básicas con los centros de salud y hospitales pese a que dejan de ser operativas nueve de las 19 líneas y se amplían las frecuencias de paso. Se trata de una nueva medida derivada de la situación de crisis sanitaria ocasionada por el Covid-19, que es acorde a la demanda actual del transporte público en la ciudad, siempre garantizando el servicio básico, ha informado el consistorio en un comunicado.
"Tras evaluar el uso del transporte público en los últimos días, y siguiendo las directrices sanitarias por coronavirus, vamos a reducir el servicio a mínimos, manteniendo las líneas básicas hacia los centros de salud y hospitales. Con ello pretendemos contribuir en la medida de lo posible a frenar las posibilidades de contagio", ha explicado el concejal de Movilidad Sostenible, Jorge Ribes.
De esta forma, a partir del viernes y hasta nueva orden, de lunes a domingo (incluyendo festivos), solo quedarán activas 10 de las 19 líneas de transporte público (L1, L2, L4, L6, L7, L8, L9, L10, L16 y L18), con una frecuencia de paso de 60 minutos (salvo una, la L7, que será de 90 minutos). Otras nueve (L3, L5, L11, L12, L13, L14, L15 , L17 y la nocturna, LN1), dejarán de prestar servicio. Además, solo se podrá acceder a los autobuses por la puerta trasera.
Estas medidas se suman a otras que ya se están aplicando en el transporte público urbano de Castelló con el objetivo de frenar la propagación del coronavirus, como el refuerzo en la limpieza y desinfección de los autobuses. También se aconseja pagar con el abono y no en efectivo, y se recomienda mantener las distancias de seguridad entre las personas que esperan en las paradas y dentro del vehículo, entre los pasajeros y con el conductor.
La recomendación general es que no se utilice el transporte público urbano si no es estrictamente necesario y se limite su uso, especialmente entre los grupos vulnerables, que son los mayores de 60 años y las personas diagnosticadas de hipertensión arterial, diabetes, enfermedades cardiovasculares y pulmonares crónicas, cáncer, inmunodeficiencias, y las embarazadas, por el principio de precaución.