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Castellón multiplica los operadores ecológicos en 15 años pero el cultivo no acaba de arrancar

6/01/2019 - 

CASTELLÓN. La producción ecológica en Castellón vive una diatriba difícil de explicar. Mientras los operadores que trabajan mediante estos métodos totalmente respetuosos con el medio ambiente han aumentado de forma espectacular en los últimos 15 años, la superficie permanece prácticamente estancada. 

Según los últimos estudios publicados por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, entre 2003 y 2017 las comarcas castellonenses han pasado de contar con 94 operadores de agricultura ecológica a 251. Aquí se encuadran desde las labores más tradicionalmente consideradas dentro de la vertiente ecológica, como la agricultura y la ganadería, hasta las empresas que manipulan y envasan los productos y se encargan de venderlos, así como también los importadores que trabajan con bienes del extranjero. 

De hecho, entre las empresas inscritas está el gigante citrícola con sede en Almassora Martinavarro, y otras grandes compañías naranjeras y de otras área, como Frutinter, de Vila-real, o Harinera del Mar, en Almenara. Estas conviven con pequeños comerciantes, tal y como consta en el Registro General de Operadores Ecológicos. En este sentido, el presidente del Comité d'Agricultura Ecològica de la Comunitat Valenciana, José Antonio Rico, destaca que el modelo sostenible "cuenta con un mercado emergente y en el que los productores han visto que hay una gran oportunidad de crecimiento y rentabilidad a través de la innovación".

El cultivo, dominado por los pastos

El incremento de operadores en el territorio castellonense en estos 15 años, del 167%, va en la línea de lo que ha sucedido en la Comunitat Valenciana, que ha pasado de 986 a 3.013 operadores en el mismo plazo. En cambio, en cuanto a la agricultura ecológica propiamente dicha, Castellón vive una situación totalmente diferente a la autonómica y a la estatal, donde ya se cultivan más de 2 millones de hectáreas bajo criterios sostenibles. 

Así, mientras en el territorio autonómico, del 2003 al 2017 la superficie cultivada bajo parámetros ecológicos prácticamente se ha cuadriplicado hasta rozar las 100.000 hectáreas, en Castellón tan solo ha sumado 1.600, al pasar de 11.267 a 12.806. Esto se explica porque la mayor parte de las tierras catalogadas como ecológicas en las comarcas castellonenses son pastos y sus propietarios fueron de los primeros del territorio estatal en apostar por esta etiqueta para sumar valor añadido a sus productos. 

Entre los cultivos que crecen, el olivo (555 hectáreas), los frutos secos (495 Ha), el cereal (378) y la trufa (112 hectáreas) son los más representativos en las comarcas castellonenses. El presidente del Caecv anima asimismo a explorar estos cultivos para aportar diferenciación a los productos. Esto ayuda además a generar "nuevas oportunidades para los más jóvenes", al posibilitar en las zonas con mayor déficit de población a que esta permanezca en las localidades. 

Rico destaca asimismo "el apoyo de la Conselleria de Agricultura", clave para la evolución al alza de los productores y de la superficie cultivada, "ya que apostó por el Plan de Producción Ecológica 2016-2020 y ya estamos recogiendo los primeros frutos".

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