VALÈNCIA. La nueva batalla política en España viene girando en los últimos días sobre los indultos de los implicados en el proceso soberanista de Cataluña. El movimiento del Gobierno liderado por Pedro Sánchez de apostar por los indultos a los independentistas en prisión ha levantado de sus asientos a la oposición y a parte de dirigentes socialistas que se han mostrado disconformes con esta posibilidad. En otros referentes del PSOE, la medida se ha esquivado ante la opinión pública o se ha recibido con indiferencia.
Sin embargo, dos barones autonómicos se han elevado por encima del desmarque y el estupor de otros 'pesos pesados' socialistas para apuntalar la posición de Sánchez. Tanto el presidente valenciano, Ximo Puig, como su homóloga balear, Francina Armengol, se han descarado -y no es la primera vez- para apoyar públicamente la tesis de La Moncloa. "No hay otra vía que la cooperación, el diálogo y el reencuentro", subrayó el jefe del Consell días atrás preguntado por esta cuestión, en un claro guiño a la postura de Sánchez.
Una línea que siguió Armengol días atrás, al recalcar que el conflicto en Cataluña es, a su juicio, "político y no jurídico". "Hay que tomar decisiones políticas que vayan encaminadas a la concordia, el entendimiento", subrayó.
Una postura que, ni mucho menos, es compartida de forma general en las filas socialistas. El histórico expresidente de Extremadura, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, exigió este mismo lunes un referéndum dentro del PSOE para decidir la posición sobre los indultos. "Hace tiempo que no hablan las bases, y en función de ello que el Ejecutivo tome las decisiones", comentó en una entrevista en Telecinco en la que criticó también la postura favorable de Rodríguez Zapatero y recordó que Sánchez afirmó hace año y medio que "nada" de indultos.