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Un remate complicado para la campaña de la clemenules: las lluvias frenan el final de la recolección y aumentan el riesgo de ‘pixat’

En la parte positiva, las precipitaciones han recargado acuíferos y la parada de la recolección puede ayudar a rebajar la presión en los mercados de cara al arranque de la segunda parte de campaña

  • Imagen de archivo de un campo de clementinas inundado. 
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CASTELLÓ. La campaña de la clemenules encara su recta final con más contratiempos. Las lluvias de los últimos días, coincidiendo con el cierre de la recolección, han obligado a parar los trabajos en el campo y han añadido nuevos factores de inestabilidad a una campaña que ya venía condicionada por la debilidad de los mercados y una rentabilidad ajustada.

Así lo explica Carles Peris, secretario general de La Unió Llauradora i Ramadera, quien explica que con motivo de este episodio de lluvias “la recolección se ha tenido que parar y, con el exceso de humedad, pueden aparecer problemas de encharcamiento en las zonas inferiores del árbol”. Esta situación, señala, afecta especialmente a las últimas partidas de clemenules, donde “puede aparecer algo de pixat, lo que nos va a dificultar todavía más el remate final de una campaña marcada por la mediocridad”.

La clemenules, variedad mayoritaria en la provincia de Castellón y protagonista de la primera mitad de la campaña citrícola valenciana, quedará prácticamente recolectada antes de que acabe el año, si no lo impiden las condiciones meteorológicas. Y lo hará con un balance desigual y lejos de las expectativas iniciales. Pese a que el arranque apuntaba en positivo por un menor aforo y precios elevados en origen, la realidad de los mercados europeos ha sido muy distinta.

Según recuerda Peris, durante los meses de septiembre y octubre la fruta valenciana se encontró con “una fuerte competencia de Sudáfrica, que ha intensificado sus exportaciones de pequeños cítricos en el tramo final de su campaña”. Este solapamiento con el inicio de la temporada europea disparó la presencia de fruta sudafricana en los lineales, precisamente en el segmento de pequeños cítricos que predomina en el cultivo valenciano y castellonense.

Esta presión frenó la demanda e impidió la esperada mejora de las cotizaciones. “En las últimas semanas la presión en los mercados europeos ha bajado porque ya no hay fruta sudafricana y la demanda comienza a responder algo mejor, pero los precios no han acabado de remontar tanto como esperábamos”, subraya Peris. En destino, las cotizaciones se han situado en general por debajo del euro por kilo, niveles inferiores a los de la pasada campaña y que complican la rentabilidad del tramo final de la clemenules.

A este contexto se suma un elevado destrío, que este año se ha situado entre el 20% y el 25%. Parte de la fruta se ha descartado directamente y otra se ha destinado a industria, lastrando los ingresos de los productores. Entre las causas, el sector señala la incidencia de la araña roja —especialmente dañina para la clemenules— y los efectos de los episodios de pedrisco registrados a finales de la pasada primavera.

Con todo, las lluvias de los últimos días también dejan lecturas positivas a medio plazo. “Las reservas de acuíferos son buenas y los embalses también están en una situación favorable”, destaca Peris, quien añade que “no habrá que regar, lo que supone un menor coste de explotación, y eso siempre es una buena noticia”. Además, apunta que la falta de recolección durante estos días puede provocar “que el mercado se vacíe un poco”, lo que podría ayudar a encarar con mejores expectativas el inicio de la segunda parte de la campaña.

Primeras operaciones de la segunda parte

Pese a las dificultades del primer tramo, el sector afronta la segunda mitad de la campaña con un moderado optimismo. Como ya informó Castellón Plaza, han comenzado los primeros tratos de variedades como clemenvilla, sando y tango, que concentrarán su comercialización en los primeros meses del año. Según Peris, las operaciones iniciales se están cerrando en horquillas de precios “aceptables”: entre 0,50 y 0,60 euros por kilo para la clemenvilla; entre 0,50 y 0,68 euros para la sando; y entre 0,70 y 0,90 euros por kilo para la tango.

Estas variedades híbridas cuentan además con un aforo reducido, lo que podría favorecer su salida comercial si se mantiene la estabilidad en los mercados. A ello se suman las previsiones en los principales países competidores. Aunque Egipto anticipa un aumento de producción del 10%, su oferta se centra fundamentalmente en naranjas. En cambio, Marruecos y Turquía, dos de los principales proveedores alternativos de pequeños cítricos en Europa durante este período de la campaña, prevén descensos de cosecha, un escenario que podría beneficiar al producto valenciano.

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