VILA-REAL (EFE). El Villarreal se presenta como favorito para la clasificación en el Grupo I de la Liga Europa tras el sorteo realizado este viernes, aunque los tres rivales que le han correspondido le obligarán a otros tres tantos desplazamientos complicados.

El conjunto de la Plana ha coincidido en el mismo grupo con el Qarabag de Azerbaiyán, el Maccabi de Tel Aviv israelí y el Sivasspor turco, por lo que en dos desplazamientos deberá viajar al otro extremo del Mediterráneo, además de a la zona del Cáucaso para enfrentarse al equipo azerí.

Futbolísticamente, el conjunto de Unai Emery se presenta con diferencia como el más potente de los cuatro, no solo por la Liga en la que compite y por haber partido en el sorteo como cabeza de serie, sino por el menor potencial y la trayectoria europea de sus rivales, al margen del nivel competitivo de sus torneos nacionales.

El segundo cabeza de serie es el Qarabag, nacido en la localidad azerbaiyana de Agdam, pero que ha jugado en distintas ciudades del  país y que ha llegado a esta fase de grupos tras derrotar a domicilio por 0-3 al Legia polaco, un rival que por historia se presentaba como más potente.

El Qarabag es un asiduo de la Liga Europa en la que no ha dejado de competir desde 2014, además de haber participado en la fase de grupos de la Liga de Campeones de la temporada 2016-2017.

El Maccabi Tel Aviv es el equipo con más tradición competitiva en Israel y también el que más ha defendido al fútbol del país fuera de sus fronteras. A esta competición ha llegado tras ser eliminado por el Salzburgo austríaco en la última ronda de la Liga de Campeones por un marcador global de 5-2.

En la temporada recién concluida, el equipo israelí ha dominado por completo la competición nacional con una sola derrota en los 36 partidos disputados y en la fase previa de la Liga de Campeones superó al Riga letón, al Suduva lituano y al Dinamo bielorruso.

El Sivasspor alcanzó la fase de grupos del torneo como cuarto clasificado de la Liga turca, pero es un conjunto con poca tradición en competiciones continentales, ya que nunca había alcanzado la fase de grupos de la Liga Europa.

La ciudad, de casi 300.000 habitantes, está más cerca de la parte oriental del país que de la costa del mar Egeo y el estadio tiene capacidad para cerca de 30.000 espectadores.