CASTELLÓ. El Ayuntamiento de Segorbe ha adjudicado a la empresa Estudio Métodos de la Restauración el primero de los tres contratos del ambicioso proyecto de recuperación de su patrimonio histórico. Los 856.460 euros disponibles gracias a una subvención de la Unión Europea permitirán que el próximo mes de marzo se haya rehabilitado un nuevo tramo de las antiguas murallas.
En concreto, se va a restaurar el tramo noroeste de la fortificación urbana, de 300 metros, localizado en el Cerro de Sopeña y que tiene su origen en la primera Guerra Carlista de 1833. Se reconstruirá la antigua ladera, la torre y el tramo propiamente dicho de la muralla.
También se repavimentará el espacio urbano entre la plaza del Ángel y la calle Mur-Blay para elevar la altura de la muralla en ese punto y dar continuidad al tramo de la calle Argén que ya fue rehabilitado. Por último, se restaurará la zona este de la muralla que discurre por el parque de la calle Sot de Ferrer y se mejorará la accesibilidad en la calle de La Torre.
El consistorio analiza ahora las ofertas presentadas a los otros dos contratos: el más cuantioso, de 992.358 euros para recuperar el antiguo acueducto y crear un parque urbano, también será adjudicado en breve a Estudio Métodos de la Restauración al ser la única empresa que opta al contrato; la tramitación del otro, de 236.181 euros para mejorar la iluminación de monumentos, va algo más retrasada ya que aún no se han abierto las plicas con las ofertas presentadas. En todos los casos, el dinero de la Unión Europea será clave para desarrollar los proyectos.
En el caso del contrato de iluminación, permitirá sustituir 250 puntos de luz en el centro histórico y mejorar el alumbrado de 10 monumentos protegidos como la iglesia de San Joaquín y Santa Ana o el Seminario Menor Diocesano, entre otros. Por su parte, la recuperación del tramo final del acueducto consistirá en la demolición de la vivienda situada en el número 5 de la calle Muralla. En el huerto posterior se creará un jardín y se mejorará la conexión urbana con la calle San Roque.
El derribo de ese edificio se dará cuando el Ayuntamiento culmine la tramitación de la modificación 9 del Plan Especial de Protección y Reforma Interior del Conjunto Histórico Artístico. El consistorio ya compró la casa del número 5 de la calle Muralla y otra lindante para demolerlas y recuperar así el acueducto en el punto donde quedó oculto por los edificios que fueron construidos hace alrededor de un siglo.
Segorbe apuesta de forma decidida por su patrimonio
Estos tres proyectos no son los únicos que ha impulsado el consistorio segorbino en los últimos años para poner en valor su rico patrimonio histórico. A mediados de 2024 ya culminó las obras de consolidación y restauración del tramo noroeste de la muralla urbana en su conexión con el Fuerte de la Estrella. Ese tramo de la fortificación rodeaba la ciudad durante las Guerras Carlistas. La muralla ya fue recuperada en su extremo opuesto y el año pasado se descubrieron los últimos lienzos que permanecían ocultos tras nueve pajares.
Las obras afectaron al tramo inicial del paseo de Sopeña y de la calle Estrella. Se demolieron los nueve pajares que habían sido expropiados y un pequeño almacén situado en la parte superior del depósito de agua, donde giraba la antigua muralla medieval en dirección sureste.
La empresa Retroshovel ingresó 140.549 euros por la ejecución de los trabajos. A esa cantidad se le añadió un sobrecoste de 43.728 euros a raíz de la aparición de nuevas deficiencias en el lienzo de la muralla y de la reconstrucción del muro frontal derecho del depósito de agua, que no se pudo mantener en pie. Se ejecutó el adave en la zona posterior de la muralla y se logró conservar uno de los laterales del lienzo, que sí estaba en muy buen estado de conservación. El lugar que ocupaban los pajares fue ajardinado.
Los diferentes gobiernos municipales han restaurado de forma progresiva el extraordinario patrimonio histórico de Segorbe desde el año 1997. Aún hoy queda mucho por hacer. Hay que tener en cuenta que las antiguas murallas medievales tenían un perímetro superior al kilómetro lineal.