VALÈNCIA. La legislatura sigue avanzando y, en apenas un par de meses, alcanzará su ecuador. Una mandato destripado por la terrible Dana acontecida el pasado 29 de octubre que dejó 228 víctimas mortales en la provincia de Valencia y reseteó toda acción política realizada previamente, lo que también implicó una revisión y examen de los liderazgos que a día de hoy sigue vigente.

El Partido Popular, al frente de la Generalitat con Carlos Mazón al mando, atraviesa una crisis que, más allá de la factura que le pueda pasar en las urnas en el medio o largo plazo, se presenta como un problema por las relevantes incógnitas que se observan a simple vista en el horizonte.

El principal interrogante, como ya ha venido informando este diario, es precisamente cuál va a ser el papel que va a jugar en el futuro el actual jefe del Consell. En estos meses, se han producido rumores de todo tipo: uno de ellos, que el líder nacional del PP, Alberto Núñez Feijóo, apostaría por el relevo de Mazón este verano, situando a un presidente de transición en la Generalitat. Una maniobra para la que necesitaría un acuerdo con Vox y que, sin embargo, parece haber perdido fuelle en las últimas semanas.

Por lo pronto, la primera maniobra ha sido propinar una patada hacia delante al congreso regional que teóricamente debía celebrarse en junio y debía servir para, en condiciones normales, reelegir a Mazón como presidente del PPCV. Con la excusa de la reconstrucción como prioridad, desde Génova han optado por un aplazamiento con vistas a una celebración cuando las aguas bajen más tranquilas, si bien ya hay quien empieza a dudar sobre si eso llegará a ocurrir, como algunos apuntaban, a principios de 2026.

El problema es que, no sólo no hay un sucesor claro, sino que además han emergido otros actores que complican el escenario. El expresidente Francisco Camps es el principal artista (no invitado) para colarse en el proceso. Este mismo jueves protagonizaba un podcast (organizado por Inspira Brand) en un pub de València con cerca de un centenar de jóvenes de Nuevas Generaciones, y el próximo 11 de mayo celebrará un acto en el Veles e Vents que aspira a ser incluso más multitudinario que los ya reseñables que viene realizando últimamente.

Con este creciente protagonismo del expresidente, el ambiente enrarecido en las filas populares, la ausencia de un sucesor claro y las lógicas dudas que existen para dar continuidad a Mazón, algunos dirigentes apuestan porque el aplazamiento del congreso regional se ampliará hasta quién sabe cuándo.

A ello también contribuye que la que muchos en la sociedad civil y los medios de comunicación, debería ser la sucesora natural de Mazón, la alcaldesa de València, María José Catalá, tampoco está por la labor de coger las riendas ni postularse para ser futura candidata a la Generalitat, tal y como recalcó en una entrevista concedida recientemente a El Español.

Bien es cierto que en política todo puede cambiar en un instante, especialmente si el líder nacional del PP telefonea para dar una orden explícita, pero lo cierto es que realmente la alcaldesa pretende -y así lo verbaliza- concentrar sus esfuerzos en amarrar el consistorio y no quiere realmente dar un paso adelante en esta legislatura en dirección a la Generalitat. Internamente, a nadie escapa tampoco que, desde el punto de vista orgánico y territorial, Catalá no es una dirigente que haya trabajado el partido fuera de la capital, por lo que no partiría con una ventaja holgada respecto a un rival como pudiera ser Camps, que lleva ya unos meses dedicándose a reactivar todas las relaciones trabajadas durante años en el seno del PP, donde existen muchos referentes que se han sentido desplazados en la última etapa. Así pues, la idea de celebrar un congreso donde Camps pueda presentarse no es un sueño para Catalá, pero tampoco para ningún otro dirigente que Génova quisiera imponer.

Quizá por ello Catalá, en los últimos tiempos, ha defendido públicamente con ahínco a Mazón. Una defensa que fue más bien inexistente en las primeras semanas e incluso meses postdana, algo que causó fuerte malestar en Presidencia de la Generalitat, aseguran algunas fuentes populares. Una relación que, tras la decisión de Génova de seguir dando cobertura a Mazón, se ha ido normalizando en el escenario público, con declaraciones de Catalá defendiendo al presidente de la Generalitat. Haciendo un frío análisis, también para la alcaldesa el mejor de los escenarios dentro de la precariedad existente es que Mazón continúe sin la irrupción de nuevos actores a la espera de que se tome otra decisión o la situación pueda en cierto modo normalizarse.

Ahora bien, por parte del jefe del Consell, más allá de la intención de resistir e incluso continuar al frente de la Generalitat y apurar sus opciones para volver a ser candidato, la realidad es que tampoco se vislumbra en las filas populares un heredero claro dentro del 'mazonismo', dado que la preferencia del Palau se encaminaría -como siempre ocurre en política- hacia un dirigente de su confianza, lo cual excluiría a la propia Catalá.

Sin duda, y algunos en el PP la mencionan, la vicepresidenta primera del Consell, Susana Camarero, es uno de los activos que tiene el partido en primera línea de mayor solvencia. Conocida en Génova, tiene contactos en Madrid y en una situación normal, sería la principal favorita para llegar a ser candidata (no puede ser presidenta en estos momentos por no ostentar acta de diputada). No obstante, otros dirigentes populares ven precisamente un problema en la dura tarea que está llevando a cabo en la actualidad como portavoz del Consell, ejerciendo de escudo de Mazón en estos meses postdana. Un papel que, para muchos, le conllevará un desgaste que, sumado a ser la vicepresidenta cuando se produjo la catástrofe, puede suponer un lastre si llegara a ser cartel electoral.

Así, y a falta de la posible irrupción de figuras de la provincia de Alicante o Castellón, la incógnita que sobrevuela sobre el PPCV apunta a seguir sin despejarse durante, al menos, unos meses más. El presidente de la Generalitat y líder de los populares valencianos tiene su siguiente cita importante este martes en el Congreso del PP europeo que tendrá lugar en València, cuya intervención tiene el interés de ver si reafirma el discurso próximo a Vox pronunciado semanas atrás con el objetivo de aprobar los presupuestos, y que choca en cuestiones como el Pacto Verde Europeo avalado por su compañera de partido Ursula Von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea. Acto seguido, partirá en un viaje institucional con intereses comerciales a Estados Unidos, sin asistir en esta ocasión a la Romería de la Santa Faz en Alicante, una circunstancia que pone de manifiesto las dificultades que está encontrando Mazón para recuperar la normalidad en actos de gran afluencia de público debido a las protestas que sigue recibiendo en los mismos.