VALÈNCIA. Días atrás, tuvo lugar una reunión entre la alcaldesa de València, María José Catalá, y el entonces aspirante a presidir la Generalitat, Juanfran Pérez Llorca. Un encuentro fuera de agenda y sin fotografía que, no obstante, trascendió a los medios de comunicación y que se interpretó como un acercamiento mediante el que el inminente jefe del Consell acudía a la sede consistorial para presentar sus respetos ante la referente municipal.
Cabe recordar que Pérez Llorca ha terminado situándose al frente del Palau después de unos días inciertos por las dudas existentes en Génova, dado que la primera opción de Alberto Núñez Feijóo para ocupar el puesto era, precisamente, la de María José Catalá. Sin embargo, las reticencias de la propia protagonista y la obligación de buscar un relevo inmediato para el Ayuntamiento de València, persuadieron a la dirección nacional del PP.
Superada esta fase, quedaba la del deshielo. En las filas populares, era conocida la desconfianza entre Catalá y el ya expresidente Carlos Mazón, algo que se extendía a los miembros de su equipo, entre los que se encontraba Pérez Llorca.
Sin embargo, el jefe del Consell ha promovido de inmediato aplicar borrón y cuenta nueva, al igual que parece haberlo hecho la alcaldesa: la razón principal no puede ser otra que los objetivos comunes. Pérez Llorca quiere hacerse valedor en el año y medio que resta de legislatura de la confianza de Génova para ser candidato y, según fuentes del PP, Catalá -como ha reiterado públicamente en varias ocasiones estos días- quiere repetir en el Ayuntamiento.
Más allá de que esta hoja de ruta de la alcaldesa se mantenga, lo que resulta obvio es que ambos necesitan estabilidad y, cuanto antes, dejar atrás la etapa convulsa y de desgaste liderada por Mazón con la crisis desatada por su gestión de la Dana. Es por ello que esta paz de conveniencia se ha sellado rápidamente.

- Los concejales Gil, Ballester, Moreno y Llobell en el intercambio de carteras el jueves. Foto: KIKE TABERNER
Prueba de ello es el diseño del Consell acometido por Pérez Llorca, que ha incluido a diversos dirigentes cercanos a Catalá, como la nueva consellera de Educación, Mari Carmen Ortí, o la secretaria autonómica de Cultura, Marta Alonso; además de 'pescar' en un sector cristiano del partido que también ha sido cercano a la alcaldesa.
De la misma manera, no pasó desaparecibida la escenificación pública de ambos líderes en varios de los momentos clave de estos días o la presencia de buena parte del equipo de la alcaldesa en el traspaso de carteras entre consellers.
Una manera de reflejar que Catalá ha tenido un peso e influencia en el diseño del Ejecutivo de Pérez Llorca quien, a cambio, obtiene una estabilidad que considera necesaria para apuntalar su cargo internamente para, a partir de ahí, poder crecer en crédito y visibilidad.