València

Estudio sobre la gentrificación en las ciudades: València sigue la deriva de Madrid y Barcelona

  • Mapa de la gentrificación en València.
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VALÈNCIA. Cafeterías de especialidad donde antes había fruterías de barrio, nómadas digitales trabajando en coworking o turistas que sustituyen poco a poco a los vecinos de toda la vida. Los signos de la gentrificación son diversos aunque comunes en la mayoría de ciudades. Pero más allá de estos símbolos visibles, ahora un estudio ha puesto cifras para medir el nivel de gentrificación en diez principales ciudades de España. Y València no escapa a este fenómeno.

El Cap i Casal se sitúa entre las ciudades donde la gentrificación ha avanzado con más fuerza en la última década, tan solo por detrás de Madrid, Barcelona y Palma de Mallorca. La subida generalizada de los precios del alquiler y la mayor presencia de población con formación y estudiantes universitarios son los principales impulsores de la gentrificación en el caso de València.

Así lo recoge el estudio Cómo la gentrificación ha redefinido las ciudades españolas: la expansión del proceso en la década 2011-2021, elaborado por los investigadores Carlos Sanz-Pérez, Antonio López-Gay y Riccardo Valente, del Centre d’Estudis Demogràfics (CED-UAB). El trabajo analiza la evolución de este proceso entre los censos de 2011 y 2021 y muestra cómo, aunque a menor escala que las dos grandes metrópolis, València empieza a reproducir dinámicas similares, especialmente en algunos de sus barrios más céntricos y colindantes.

Índice de Gentrificación

Para comparar ciudades y barrios, los autores construyen un Índice de Gentrificación. El indicador combina ocho variables asociadas a este fenómeno: el aumento de población joven, con estudios universitarios, ocupada en categorías laborales altas, nacida en países ricos, que vive sola o en hogares compartidos no familiares, la aceleración en la llegada de población universitaria y el incremento de los precios del alquiler.

Cada una de estas variables se normaliza en una escala de 0 a 1 y se agregan en un índice final que pondera el cambio registrado entre 2011 y 2021 y la intensidad alcanzada en 2021. De este modo, una puntuación más alta indica barrios donde la transformación social y residencial ha sido más profunda.

Los resultados confirman que Madrid y Barcelona concentran las áreas más gentrificadas del país, con valores muy superiores al resto de ciudades en muchos de sus barrios. Sin embargo, el estudio subraya que el fenómeno se ha extendido durante la última década a otras capitales como València, donde el proceso, aunque menos intenso, ya es estructural. Para Carlos Sanz-Pérez, investigador del CED y autor principal del estudio aunque València no alcanza los niveles de las dos grandes metrópolis, algunos de sus barrios presentan ya valores preocupantes en algunos indicadores y muestran dinámicas similares a las que Barcelona experimentó en fases anteriores del proceso.

El fenómeno se expande desde el centro a barrios colindantes

En València, la gentrificación es más aguda en Ciutat Vella, de hecho la agrupación censal con mayor puntuación del índice en la ciudad se localiza en El Carme–La Seu–El Pilar, con un valor de 0,628 aunque muestra una clara tendencia a expandirse hacia barrios colindantes.

Desde este núcleo, el proceso se extiende hacia Extramurs, con valores cercanos a 0,59, y hacia Russafa, en el distrito del Eixample, donde el índice se sitúa entre 0,54 y 0,55. Se trata de barrios tradicionalmente populares o de perfil mixto que, según el estudio, están experimentando un rápido cambio en su composición social y residencial. A diferencia de otras ciudades, la capital del Turia se caracteriza por un fuerte incremento de la población con estudios universitarios y ocupada en categorías laborales altas, así como por una aceleración en la llegada de población más formada.

El precio del alquiler, una variable clave

Además, el encarecimiento del alquiler aparece como uno de los factores centrales del proceso. El estudio señala que València es una de las ciudades donde la mayoría de las agrupaciones censales han registrado incrementos en los precios del alquiler durante el periodo analizado, junto a Barcelona, Málaga y los municipios insulares. Este aumento generalizado refuerza los procesos de sustitución social y dificulta la permanencia de los residentes con menores recursos. Más allá de estos distritos céntricos, también se observan señales de gentrificación en barrios de la fachada marítima como el Cabanyal con un índice del 0,4. Sanz-Pérez advierte que la propia configuración del índice podría subestimar la magnitud de la problemática en casos como el del Cabanyal.

  • Turistas en València. -

Más allá del diagnóstico, los autores subrayan que el índice de gentrificación puede funcionar como un termómetro del cambio urbano y como una herramienta útil para el diseño de políticas públicas. Sostienen que la distribución territorial del indicador permite anticipar las vías de expansión de la gentrificación y detectar barrios en riesgo antes de que el fenómeno se consolide.

En este sentido, Carlos Sanz-Pérez señala que entre las medidas más eficaces para frenar la expulsión de población vulnerable destacan el control de los precios de la vivienda, especialmente del alquiler, y la ampliación del parque público residencial, con el objetivo de garantizar el uso residencial de la vivienda y proteger a los vecinos con menos recursos. “El riesgo es avanzar hacia ciudades cada vez más excluyentes, donde la población que no puede asumir los costes de la vivienda se ve obligada a marcharse”, advierte el estudio.

 

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