VALÈNCIA. Cuando era pequeña, y en las tardes en las que visitaba a su abuela, Adriana Manso (Barcelona, 1994) no se paraba a merendar ni a ver los “dibujitos” en la tele como otros niños. Ella prefería la alfarería a las muñecas, y se dedicaba a crear extravagantes anillos que jugaba a ponerse junto a su abuelito. Ese mismo juego, ahora a manos de una “niña grande” le ha llevado a crear La Manso, una marca de joyería contemporánea que desde el año 2019 funciona bajo su nombre y que ha llegado a las manos de Madonna, Lily-Rose Depp, Bella Hadid, Dua Lipa, Rosalía y Bad Gyal entre otras famosas. 

Este próximo viernes 28 de marzo -a las 18:30h- y gracias a las sesiones de Encuentros con… la catalana visitará el CaixaForum València para hablar sobre diseño, bisutería “creativa” y emprendimiento en una charla que le va como anillo al dedo. Repasando sus piezas más icónicas y recorriendo de memoria su historia personal y de marca, Manso repasará algunos de los detalles que le han llevado a convertirse en un referente en la bisutería de lujo contemporánea. Y cómo lo ha hecho sin abandonar su peculiar estilo que le evoca a los anillos que hacía con su abuela y que ahora se inspiran en las tendencias de los años 90. 

“Me gusta explicar cómo se crea la marca y como avanza con el paso del tiempo. Es importante que el público conozca cómo se trabaja dentro de La Manso y atender a las preguntas de los futuros emprendedores”, explica Manso, quien apunta a que el ciclo Encuentros con… le ayuda a generar un espacio que podría ser una primera cita con La Manso. Y un encuentro que le reúne con un target que podría ser ella misma hace seis años. Comenzando desde sus inicios, Manso recuerda que la idea de hacer anillos nació como un hobby que compartía con su abuela, y fue en la pandemia cuando empezó a plantearse atender más a sus ambiciones creativas.

“Siempre he ido muy por mi propio camino, nunca me planteé hacer más estudios creativos -ya venía de hacer iluminación de espectáculos- porque eran privados pero creía que aprendiendo algunas técnicas sencillas y masterizándolas podía hacer lo que quería”. Bajo la filosofía de la prueba-error Manso comenzó a trabajar en su proyecto de marca sin tener mucha idea de lo que hacía, aunque con mucha determinación. Con una base de 300 euros y sin más equipo que ella misma, compró un stock de anillos de plástico y con eso comenzó a generar sus primeras piezas que son la suma de varias de sus ideas de la infancia. “Me puse a hacer lo que soñaba cuando era pequeña, trabajé en ver cómo hacerlo posible y me lo empecé a tomar como un juego”. 

Sin especial interés en seguir las tendencias -o generar una propia- empezó a trabajar con formas imposibles y de resina y colores muy vivos para conseguir hacer algo “grande, estrafalario” y donde el punto clave lo den los colores. “Nunca tuve una ambición de convertirme en alguien trascendente en el mundo de la moda, siempre he hecho un poco lo que me divertía y cuando empecé ya tenía la sensación de que estaba haciendo algo que me gustaba y me representaba”. Con esa originalidad, que se mantiene viva desde que inició la marca, ha conseguido llegar a famosas de renombre que han posado la mirada en su trabajo: “Cuando empecé a tener contacto con los estilistas de las famosas no me puse nerviosa ni pensé en ningún tipo de presión. Está claro que al principio tener el respaldo de este tipo de famosas es una publicidad orgánica que funciona genial, pero la clave cuando llegan este tipo de encargos es mantener la calma”, confiesa Manso, quien no se considera una persona muy fanática de nada.

“Que los anillos los lleven las famosas da mucha visibilidad, pero la gente llega a tu marca por otras cosas”, apunta la creadora. Respecto a si se considera referente de la “joyería contemporánea” Manso explica que sencillamente se dedica a hacer su trabajo y que “todo lo demás llega”. Su trabajo, sin embargo, se ve respaldado por un entorno social en el que la manera de concebir la bisutería y la moda no para de actualizarse: “Creo que ahora somos muchas más las marcas que podemos vivir de forma independiente gracias a los nuevos clientes. La moda no para de modernizarse y hay un cambio de visión a la hora de percibir la bisutería del momento”.