VALÈNCIA. Si les presento a Gala i Ovidio es probable que algunos de los lectores tengan que ubicarse, pero si les digo que son el alter ego de Aida Tarrío y Raül Refree la cosa empieza a iluminarse. La cantante gallega, miembro de la banda Tanxugueiras, y el músico y productor catalán, que ha trabajado con artistas como Rosalía o Silvia Pérez Cruz, se encontraron durante una residencia en el Pazo de Mariñáns y, desde entonces, han seguido de la mano.
Fruto de su colaboración este año han publicado dos EP -Un final y Que parece un principio- que funcionan como dos caras de una misma moneda, un sugerente proyecto musical que, lejos de los ritmos que parece imponer la industria, no quiere ser flor de un día. Este sábado 18 de octubre presentarán su proyecto en el Institut Valencià d’Art Modern (IVAM), dando el pistoletazo de salida al ciclo de conciertos Posar la veu. Pero antes de sonar, exploramos el germen y futuro de Gala i Ovidio de la mano de Aida Tarrío.
- Una cosa es admirar el trabajo del otro y otra distinta encajar en el estudio. ¿En qué momento os disteis cuenta de que funcionabais juntos como colaboradores?
- Nos conocimos hace cuatro años en Galicia, durante una residencia en el Pazo de Mariñáns. Allí coincidimos para explorar canciones tradicionales, sin saber mucho el uno del otro. Desde el primer momento en que tocamos juntos ocurrió algo muy poderoso, difícil de explicar. Supimos enseguida que teníamos que hacer algo juntos. Gala i Ovidio no nace como una colaboración puntual, sino como un proyecto a largo plazo. Todo resulta muy fácil y surge de una forma natural y genuina.
- Cada uno tenéis proyectos paralelos con personalidades muy marcadas —desde el perfil de productor de Refree a la banda Tanxugueiras—. ¿Qué os permite explorar Gala i Ovidio distinto?
- Nos permite ir a cualquier lugar. Gala i Ovidio nace desde una libertad creativa absoluta y un ritmo propio. Es un espacio sin límites ni expectativas, donde podemos crear sin pensar en etiquetas ni estilos.

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- Foto: POL GONZÁLEZ NOVELL
- Os conocisteis en un contexto de música tradicional gallega, en las residencias del Pazo de Mariñáns, pero con el tiempo os habéis ido acercando más al pop e incluso a otros géneros. En este diálogo constante, ¿en qué espacio se enmarca el proyecto de Gala i Ovidio?
- No partimos de ideas cerradas ni de un estilo concreto. Preferimos seguir la intuición de cada momento antes que trazar un único camino. En este proyecto no hay obligaciones, existe la pausa y la sensación de que cada cosa tiene su tiempo, su momento y su porqué.
- Las miradas contemporáneas a la música tradicional —con nombres como Rodrigo Cuevas, La Maria o vosotros mismos— están ganando cada vez más terreno. ¿Es el público hoy más receptivo?
- La música tradicional, aunque no lo parezca, es contemporánea en sí misma. Hay algo identitario en ella que nos hace acercarnos para sentirnos parte de una comunidad, de una cultura, de una lengua… En un mundo cada vez más uniforme, en el que parece que todos somos de todas partes y de ninguna a la vez, la música tradicional despierta algo primitivo y emocional. Por eso es capaz de conectar con el público, pase el tiempo que pase.
- ¿En qué medida Un final y Que parece un principio son dos proyectos distintos pero que se entienden como una misma entidad?
- Nos gustaba mucho la idea de los EPs, es una forma de hacer música a nuestro ritmo, sin fechas impuestas ni frenetismos. Cuando comenzamos con Un final sabíamos que seguiríamos ese camino (el de los EPs), pero no imaginábamos que el siguiente sería como la otra cara de la moneda, y al final acabó siendo así.
Un final recoge los primeros temas que hicimos juntos, donde la tradición está más presente. En Que parece un principio todo empieza a diluirse, entran otros estilos y se construye un concepto que, casi sin darnos cuenta, se conecta profundamente con el primer EP.
Un final fue nuestra primera toma de contacto, el proceso de conocernos poco a poco y hacer música juntos. En Que parece un principio se refleja más la libertad del proyecto, la idea de no ligarnos a nada, ni siquiera a la música tradicional, que siempre estará ahí. Que parece un principio marca el camino que queremos seguir como grupo, sin ataduras estilísticas ni etiquetas que nos limiten.
- Una curiosidad, una cadena de recomendaciones: ¿qué escuchan Aida Tarrío y Raül Refree ahora? ¿Qué artista o álbum tenéis en bucle estos días?
- De vez en cuando me reconecto con la música que escuchaba de pequeña, y casi siempre acabo volviendo a una artista que me ha inspirado toda la vida, María Dolores Pradera. Especialmente su última etapa, que estoy escuchando mucho últimamente.
- El nombre del grupo es más que un guiño a Rosalía de Castro. ¿Cómo surge?
Queríamos llamarnos de una forma que no se quedara simplemente en la suma de nuestros nombres. Un nombre grupal crea un lazo más fuerte, un compromiso, porque creemos que este proyecto puede vivir muchos años si los dos queremos.
Gala i Ovidio son los hijos gemelos de Rosalía de Castro, y había algo en esa relación de hermanos, tan poderosa, que sentimos muy cercana a cómo vivimos nosotros nuestra conexión. Además, Rosalía de Castro es una figura de referencia a muchos niveles, y cada día descubrimos en ella cosas nuevas que nos fascinan. Es precioso poder llevar un pedacito de ella como sello del grupo.